Acosado.

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Debido a los problemas con los resultados de sus exámenes, no pudo hacer la visita diaria a su hermana y alfa. Solo tenía cabeza para llegar a su destartalada casa y arrojarse en su duro colchón para dormir. Estaba cansado hasta la muerte.... esperaba , en serio, no morir por eso en medio camino, disminuir sus defunciones no fue fácil. 
A la distancia divisó una figura conocida acompañada de alguien desconocido, rápidamente se movió al primer callejón que encontró para ocultarse. Una vez pudo ver solo las espaldas de esa pareja alejarse volvió escabullirse para retomar su camino a casa. 
Desde hace días que estaba pensando en como terminar con Tammy, pero no había imaginado que ella se le había adelantado sin siquiera decírselo. ¿Debería estar enojado? Bueno, si es que lo llegó a estar no tuvo tiempo para notarlo. Nuevamente percibía feromonas de alfa merodeado cerca suyo. 

No quería entrar en pánico porque su maldito cuerpo soltaría feromonas y delataría su posición. En su lugar buscó refugio tras un contenedor de basura para  rosearse algo de su inhibidor.
Esperó bastante antes de decidirse volver a salir. 
Era tan confuso, estaba seguro que había percibido ese olor en particular, pero no era el mismo que lo había estado rondando cerca de la cafetería Tweak. ¿Es que había más de uno? 

<<No entres en pánico, no entres en pánico.>>

Agradecía tener la habilidad de ocultarse entre las sombras, pero no era fácil cuando desprendía tantas feromonas, maldita sea el momento en que se enamoró tanto como para tener un cuerpo que implora atención todo el tiempo. Ahora solo le quedaba depender de la basura podrida y el amargo hedor de orina del callejón. Su único temor era, que así como él podía sentir las feromonas del alfa merodeando, el alfa pudiese sentirlo a él.
Tardó lo suyo, al punto que se les entumieron las piernas por estar en cuclillas tanto tiempo, finalmente cuando ya no se sintió perseguido decidió correr todo lo que podía con sus adoloridas extremidades. 

Ni siquiera podía relajarse una vez en casa, por el contario, de las pocas veces que lograba encontrar a sus padres sobrio, está fue una ocasión. Quería solamente llegar a su habitación, pero su madre, que estaba revisando una ¿carta?, levantó la mirada hacia él.

─¿Donde estabas? ¡Es bastante tarde para estar aún afuera!

¿Desde cuando esta mujer actuaba así, preocupada? Incluso, pese a todo lo ocurrido con Karen, sus padres siguieron relajando, no intentaron detener su consumo a sus adicciones, pero si las habían intentado disminuir para los momentos que tenían que asistir a alguna citación o reuniones con Leo.
Pese a que "parecía limpia y genuinamente preocupada", lo único que podía transmitirle a Kenny era desagrado, después de todo no albergaba ningún respeto por sus padres.

─Kenneth McCormick, respóndele a tu madre.  

Kenny hizo un claro gesto de desagrado con su cara y un sonido de asco, se limitó a solo decir que tuvo un problema con sus exámenes para rápidamente marcharse a su cuarto, cerrando la puerta y trabándola. No esperaba que su madre lo siguiera.

Carol golpeó la gastada pero dura superficie de la puerta mientras alzaba la voz desde el otro lado.

─Kenny, necesito hablarte de algo importante, argggg, sal de ahí mocoso insolente. ¿Es así como te comportas con tu madre?

<<Aja.... madre ¿Qué importancia tienes?>>

Se lanzó a su cama, buscando la funda de su bolsa, necesitaba relajarse y el aroma de Leopold era perfecto para eso -o para estimularlo-. 
Que desperdicio de día, no pudo ver a Karen ni Leo, además que su hermanita había pedido que no faltara a visitarla esta semana, solo esperaba no haberla hecho enojar. 
Concentrado únicamente en el aroma de Leo, logró ignorar los golpes de la puerta y quedarse dormido.

Κοίτα με Άλφα |Mírame Alfa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora