¡Buenas noches!
Quería escribir que seguiré con "The north is so cold" pero me apetecía mucho escribir algo que tuviera que ver con Juego de Tronos y con Jon Snow, y aquí está el primer capítulo que espero que leáis, comentéis y votéis.
Espero que os guste.
Xx.
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El rey Robert, como todos los reyes y señores de Poniente, tenía sus amantes además de su mujer. Él era un rey joven, podía conseguir lo que quisiera.
Una de las mujeres que más le marcó fue Alyona Orbea, era joven, bonita. Lucía un pelo oscuro a la altura de la cintura, ojos marrón oscuro, una cintura diminuta. Y tenía algo más, algo mágico. Ella no sabía el motivo pero desde niña podía jugar con fuego y no quemarse; su cuerpo parecía frágil pero era fuerte. Con diez años fue cuando podía ver algo más en los ojos de las personas. Ella tenía dos hermanas mayores que compartían los mismos poderes que ella. Si se lo proponían podían lograr cualquier cosa, pero se limitaron a vivir como campesinas.
La habitación era oscura y todos los muebles estaban viejos. Los gritos inundaban la habitación, una mujer estaba pariendo, no iba a sobrevivir, ella lo sabía, las mujeres que la ayudaban lo sabían. Robert Baratheon estaba en aquella habitación, aquella mujer había sido su amante durante toda la guerra; él también sabía que ella no sobreviviría, y tenía la esperanza de que aquel bebé tampoco.
Un llanto inundó la habitación, era una niña, con los mismos rasgos que su madre pero ella tenía sangre real. Ella era una bastarda de Robert Baratheon.
Una de las hermanas cogió al bebé, la otra intentó hablar con Alyona, pero era demasiado tarde, había muerto.
- Mi señor, es una niña. - La mujer se acercó con el bebé en brazos, pero Robert no lo aceptó, él no quería ese bebé.
- No me voy a encargar de esa cría, cuídela usted, désela a alguien. No me importa, yo no la quiero. - Él se dirigía hacia la puerta para salir de allí, cuando la mujer intentó pararle.
- Mi señor, por lo menos dele un nombre.
- Llámela Roselyn, que tenga el apellido de su madre. - Se giró y vio el cuerpo de la mujer, pensó que era una pena que hubiera muerto. - A ella enterrádla.
Aquellas mujeres sólo pudieron cuidar a la niña unos meses, ellas no tenían dinero para cuidarla. Fue cuando decidieron sacarla de allí, y así buscar un lugar seguro para que la cuidaran y la criaran.
La hermana mayor sacó a la niña envuelta en sábanas, además de una cesta con la ropa de cuando ellas eran pequeñas. Cogió también la ropa de Alyona, Roselyn algún día sería joven, necesitaría ropa.
La niña comenzó a llorar, la mujer intentó calmarla, no quería atraer a nadie.
- Rose. - Ella susurraba su nombre y la acunaba en sus brazos. Vio como había muchas hojas secas en el suelo, cogió una, quizás si el bebé jugueteaba con la hoja podría hacer que parara de llorar. - Rose, mira, juega con esto. - La niña lo cogió, aunque no le duró mucho, lo había quemado con sus pequeñas manos. Roselyn había heredado los poderes de la madre.
Alguien se acercaba, era un grupo de hombres de la guardia de la noche. Entre ellos estaba Jeor Mormont y el maestre Aemon Targaryen.
- ¿Quiénes sois? - Era la fuerte voz de Jeor - ¿Qué hacéis por estas tierras?.
- Mi señor, soy una humilde campesina, intento salvar a esta pobre niña. - Entonces se le ocurrió que se la llevaran ellos. - Mis señores, sé que no puede haber mujeres en el muro, pero ¿podrían cuidarla allí?