Capítulo 7.

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-Hoy me encontré con la señora Stanley.

Hice una mueca, ya sabía a donde iba esto. Seguí sirviendo la cena y dejé que Charlie continuara su discurso. Él debía aprender a hablar con una adolescente.

-Dijo que tú y Edward son más que amigos.

-Somos pareja –declaré.

Era la manera más sencilla de traducir lo que Edward y yo teníamos. Sería muy complicado explicarle a Charlie lo que significaba ser compañeros para los vampiros. Además de que le daría un infarto o me tacharía de loca. Di la vuelta y le sonreí. Dejé los dos platos frente a nuestros lugares y regresé por el agua.

-Entonces son novios.

Asentí. Charlie podía darle el título que quisiera, al igual que el resto del mundo. Mientras Edward y yo supiéramos la verdad, no me importaba.

-Creí que sólo eran amigos.

Sonreí al detectar al policía detrás de su gesto molesto.

-Así es. Sólo éramos amigos, pero las relaciones suelen empezar así, tío. No esperabas que me hiciera novia de Edward al segundo de conocerlo.

Asintió pensativo.

-¿Te trata bien? –preguntó después de empezar a comer.

-La pregunta es, si yo lo trato bien –los dos reímos y continuamos la cena entre bromas hacia Edward. Estaba seguro que el chismoso acosador debía estársela pasando bomba en mi habitación.



-Así que ¿Debo empezar a tenerte miedo? –Sonrió de lado, acostado como dueño y señor de mi cama.

¡Diablos! Eso había sonado bien y muy tentador.

-Creo que debería estar temblando del miedo, señor Cullen –me recosté a su lado- sabes, no tenemos que pasar todo el tiempo juntos.

-¿Quieres que me vaya? –sonó dolido.

-No, no quiero que te vayas –lo abracé- pero no quiero que tu familia piense que los estas dejando de lado por mí.

-Ellos sabes que eres mi compañera y he esperado mucho por ti.

-Lo sé, pero siguen siendo tu familia. Recuerda que quieres ser lo más humano posible y los humanos no solemos pasar todo el tiempo juntos.

-¿No me extrañaras?

Él no parecía entender mi punto de vista.

-Claro que te extrañare, pero eso es lo mágico de esperar. La ansiedad de volver a vernos.

-No me gusta sentir ansiedad.

-No, te gusta tener todo bajo tu control.

-No es verdad.

Alcé una ceja.

-Por favor Edward, sabes que es así. Amas poder escuchar todo y tener las visiones de Alice a tu disposición, al igual que los sentidos de Jasper y odias con todas tus fuerzas no poder escuchar mis pensamientos. Haz intentado un millón de veces que te deje escucharlos.

-¡Porque no es justo! No deberíamos tener secretos.

-No los tenemos. Te he contado todo de mí ¡Me has interrogado prácticamente!

-Trataba de conocerte, que es diferente –se defendía.

-Llámale como quieras, pero ni el FBI sabe tanto de mí.

Suspiré exasperada. Realmente Alice tenía razón, era imposible discutir con Edward, pero no me daría por vencida.

-No puedes quedarte a verme dormir y no es que no me guste dormir contigo, pero al igual que yo paso tiempo con Charlie, tú debes pasar tiempo con tu familia y no está a discusión Edward.

Antes de crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora