Antes de crepúsculo.

Capítulo 14

Aquí estoy de nuevo. Lamento mucho la tardanza, tuve algunos problemitas. No voy a dejar la historia. Así que no se preocupen. 

Como sé que les debo una disculpa. Este capítulo tiene una escena especial (guiño, guiño)

¡Disfrutenlo!

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-Me ofrecí para decorar el baile de invierno.

-¿De verdad?

-¡Sí! Angela Weber fue muy agradable. Le encantaron mis ideas.

-Al fin Forks va a tener una fiesta decente.

-Gracias. Tengo tantas cosas por hacer.

Alice realmente estaba muy emocionada. Me alegraba haberle dado la idea. Sabía que ella podía hacer un buen trabajo.

-¿Me vas a ayudar?

-Claro que sí. Cuenta conmigo.

Sonrió complacida y después miró hacia Edward. Él la estaba ignorando olímpicamente. Contuve mi sonrisa lo mejor que pude.

-Creo que sería una buena ocasión para mostrar normalidad –susurré.

Escuché quejidos y suspiros.

-Nos vemos en tu casa –lo besé.

-Puedo venirte a buscar.

-No, tengo que usar mi auto o dejara de encender.

-Solo tienes que encenderlo un rato.

-Edward.

-Es cierto, pregúntale a Rosalie.

-No hablo de eso. Amo pasar el tiempo contigo, pero quedamos en pasar tiempo con nuestras respectivas familias y no estaría mal pasar unos minutos sola.

-Comprendo, pero me es difícil.

-Lo sé –lo besé- te veré más tarde cariño.

Bajé rápido antes de que siguiera con el tema. Había dejado adelantado un poco la comida de hoy con un propósito en mente. Después de acabar con la comida corrí a mi habitación y saqué mis cosas de dibujo que había comprado con Alice.

-¿Juliet? –gritó.

-¡Ya bajo! –le grité a Charlie abriendo un poco la entrada al ático.

Mi habitación al estar ubicado a lo largo de la casa, me brindaba mucho espacio, lo cual utilizaba a mi favor. Tenía la cama ubicada lo más lejos posible del cuarto de Charlie. Edward y yo la habíamos movido después de nuestro primer intento. Habíamos quedado en ser lo más silenciosos posible, pero no siempre lo lográbamos.

-¿Cómo te fue en el trabajo?

-Muy bien, estuvo tranquilo. Solo tuve una pequeña visita antes de salir.

-¿Una visita? –le serví su plato y regresé por el mío.

-Sí, el doctor Cullen y su esposa.

Mordí mi labio para no sonreír. Seguí de espaldas a él mientras servía nuestros vasos con agua.

-¿De verdad?

-Sus hijas están muy emocionadas de que vayas con ellos a sus vacaciones.

Dejé mi plato y su vaso de agua.

-Sí, Alice quiere conocer mi casa y Rosalie que la lleve a los mejores lugares de la ciudad. Obvio también quieren ir de compras –reí.

-Eso me comentaron.