Antes de crepúsculo.

Capítulo 12

Hoy conoceremos un poco mas a Edward. Espero les guste. 

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Mientras Edward comenzaba a revisar el contenido del sobre. Suspiré profundamente antes de enfrentarme a lo que sea que estaba por venir.

-¿Es todo lo que consiguió? –dijo molesto.

-Sí. Solo es la información que tienen los policías.

-¿No es suficiente?

-No, Juliet. Esa información es falsa.

-¿Qué quieres decir? –Rosalie preguntó.

Le quité la carpeta a Edward y me horrorice al ver las fotos.

-¡Dios mío! –corrí al baño y vomité todo el contenido que iba rumbo a mi estómago.

Las fotos eran horribles. Mis padres habían sido masacrados. Alguien los había torturado hasta la muerte. Lloré llamando a mi madre.

Edward (Pov)

Alice me detuvo cuando iba a correr detrás de Juliet.

-Deja que Esme se encargue.

Mire a Alice como si se hubiera vuelto loca. Mi compañera me necesitaba.

-Las personas en las fotos... son exactamente iguales a sus verdaderos padres.

Todos nos quedamos paralizados. Excepto Esme que voló hacia el baño. Su instinto materno era más fuerte que nada.

-Dios mío –repetí la frase de Juliet y miré de nuevo con detalle las fotos.

-Alice ¿Lo sabias?

-No, Carlisle –dijo como si quisiera llorar- ojalá lo hubiera visto antes.

No pude evitarlo correr al baño cuando Juliet comenzó a llamar a su madre. Ella no debía pasar por esto. Ella debía estar feliz todo el tiempo. La escena que vi, terminó de matar mi muerto corazón. Mi fuerte Juliet, estaba destrozada por sus padres. Se aferraba a Esme como si su vida dependiera de ello. Con sumo cuidado Esme la ayudó a levantarse del suelo y a lavarse. Yo solo podía apretar los puños. Mi parte obscura quería salir, quería destrozar, matar. Haría lo que fuera por ella. Por verla feliz.

-Amor –me desgarraba escucharla llorar.

-No te escucha –me miró triste Esme- tiene que sacar su dolor.

Asentí, pero aún así me acerqué y tomé su mano. No importaba donde estuviera ella en este momento. Yo estaría a su lado esperándola.

-Llévala a mi habitación. Le llamare a Charlie. Ella no puede irse en este estado –mamá acarició el cabello de Juliet y le habló al oído- todo estará bien, pequeña.

En cuando Esme se alejó. La tomé en mis brazos y caminé lento para no molestarla con la velocidad.

-Estoy aquí, contigo. Regresa a mí –besé su frente.

La deposité en la cama y me recosté a su lado, para seguirla abrazando. Escuchaba los pensamientos de mi familia, la llamada a Charlie y la plática de Jasper explicando los detalles de la información de la policía.

-Descubriremos juntos lo que paso –Acariciaba su espalda- No estás sola, amor. Siempre me tendrás.

Después de casi una hora, Juliet se quedó dormida. Pero incluso en sueños se quejaba.

-¿Cómo está? –dijo Carlisle al asomarse a la puerta.

-Tiene pesadillas.

Mi padre asintió comprendiéndolo y miro con dolor a Juliet.