Capítulo 4.
No todos los acosadores
secuestran, unos solo
te hacen dudar."Ambos sabemos que las noches fueron hechas principalmente para decir cosas que no puedes decir por la mañana".
Do I wanna Know? Arctic Monkeys.
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Así que... Ahí estaba. Frente al posible secuestrador o acosador psicópata que me mataría esa misma noche en la cochera de mi casa.
¡Dios! ¿Qué diría mi madre?
Él hizo una seña de que me acercara y sí, como la idiota que soy; en vez de tomar una decisión razonable y meterme de nuevo a la casa y hacer como que nada sucedió, caminé hacia su lugar, con la frente en alto, sabiendo que había un desconocido frente a mi casa que me invitaba a hablar con él a medianoche.
Pero, ustedes saben lo que el Oh Gran y Sabio Disney recomienda en esos casos: si es guapo, canta con él, si te sigue la canción es el indicado para casarte a la semana o al día siguiente.
Llegué a la mitad del camino. Sinceramente la cochera no era muy grande y la mitad del camino dejaba al menos 1 metro y medio entre él y yo, así que ahí me sentía a salvo.
Y entonces, comencé a cantar.
Va, va, debo ponerme seria. En realidad lo que pasó fue lo siguiente:
Él sonrío con una de sus comisuras levemente levantada, dándole el toque de una sonrisa ladeada pero completamente nerviosa. De hecho, toda su postura denotaba nerviosismo.
Sus pies parecían luchar entre quedarse y huir, sus manos temblaban y no solo por el frío de la madrugada, sus dedos se contraían de vez en cuando. Todo él parecía estar lleno de una energía tímida que necesitaba escapar de la forma que fuera.
"Demonios, va a matarme" Pensé en ese momento mientras trataba de analizar mejor su físico entre las sombras de la noche y mi estúpida miopía que no me dejaba ver más allá de medio metro de lejanía entre yo y el objeto.
Maldita sea, él en serio había elegido la peor noche para verme: acababa de llorar y estaba despeinada, en pijama, y me dolía todo el cuerpo. ¿Por qué no volvía cuando al menos estaba peinada? Juro que peinada sí cambiaba...
Logré ver que se sonrojaba de una manera que casi me pareció linda y desvió la mirada.
-Hola -dijo después de unos cuantos segundos, moviendo su mano en un movimiento corto de saludo.
Lo único que hice fue mirarlo con cara de: "¿Me vas a matar o qué?", "¿Se va a hacer o no se va a hacer la carnita asada?" Gracioso que yo no lograría comer de esa carnita asada porque sería la mía
-Lo siento, emm... ¿Te molesté? -su voz se escuchaba temblorina, como llena de esa emoción que los enamorados suelen cargar.
De nuevo, no dije nada. Me sentía como un fantasma inexistente en medio de esa noche extraña.
-Este... Me llamo Isaac.
"Oh, vaya, dijo su nombre. Los modales hacen al psicópata, acosador, asesino, lo que sea que sea este morro" de nuevo casi escuché la voz de Oholiab.
Levanté las cejas y mi cabeza a forma de saludo y él me miró fijamente.
«Olvídenlo, no quiero ser comida de psicópata. ¡Amá! ¡Ayuda!»
-¿Puedes hablar?
Tragué saliva y entonces decidí utilizar mis cuerdas vocales frente a él por primera vez.
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El sepulcro de las flores
Lãng mạnHan pasado años, ¿sabes?, pero por fin he logrado amputarte de mi alma -vamos, sé que entenderás esa referencia-, aun cuando estás dentro de ella. Han pasado años, ¿sabes?, y es gracioso que el otoño apenas está huyendo de mi interior (¿será porque...