Este capítulo tiene escenas de abuso al final de este, no hay detalles específicos sobre el acto en sí pero la escena puede incomodar a algunos lectores. Tengan cuidado con ello y lean hasta dónde puedan. Los quiero, ajolotitos.
------†------Capítulo 1. La tragedia de las mariposas y sus aleteos.
"En la tierra de los Dioses y los monstruos, yo era un ángel".
Lana del Rey, "Gods and monsters".
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Cuando era pequeña vi una película que se llamaba "Efecto Mariposa" y, aunque no me gustó nada, me dejó pensando. Pasaron los días y yo no podía dejar de ver a las mariposas aletear y pensar que en algún lugar del mundo estaban causando un huracán o algo parecido. Y es que, ¿Sospecharías, querido lector, que una mariposa tiene el poder de probablemente destruir un cacho del mundo con solo aletear? Puedo apostar a que nadie lo haría si al menos alguien en la antigüedad no lo hubiera especulado y lo hubiera vuelto un famoso dicho al proponer que "el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del planeta", y eso hicieron. Con el tiempo lo aplicaron a varios aspectos de la humanidad y lo nombraron "Efecto Mariposa", logrando establecerlo como una teoría de "causa y efecto" donde el efecto no parece tener relación directa con la causa inicial. Lo interesante llega cuando lo volvemos una elegante metáfora y lo aplicamos a la vida. ¿Has pensado en lo que tus pequeñas decisiones y actos pueden afectar tu futuro?, incluso el parpadear en el momento incorrecto puede arruinarte la vida... o tal vez salvártela. Vivimos en base a aleteos de mariposa, que son nuestras decisiones -hasta las que parecen totalmente estúpidas-, que causan huracanes en algún punto de nuestro futuro.
Bueno, mi vida solo ha sido el resultado de demasiados aleteos que cada vez arruinan más mi futuro. Lo gracioso, querido lector, es que mis mariposas no aletean en la misma dimensión en la que causan los huracanes. Soy una enferma mental, nunca olvides eso, he vivido más tiempo del que mi memoria puede recordar en una dimensión mental que nunca he podido controlar y que siempre termina afectando a mi realidad.
Mi historia tiene mil comienzos, cada uno causado por infinitos aleteos, y sabiendo que ninguno de ellos importa demasiado para esta historia, he elegido uno que probablemente fue el que inició realmente con la muerte de la primavera. Comenzó en la noche que parecía ser la más tranquila de mi vida y fue así:
En la Tierra, el tiempo era estable, las brisas de un otoño que luchaba por asentarse en mi ciudad chocaban entre ellas y se reían mientras corrían entre las hojas de los árboles. Probablemente llovería unas horas más tarde, o tal vez solo las nubes se irían y dejarían ver a un cielo estrellado que observaría todo en silencio. Mi cuerpo real dormía plácidamente mientras en mi cuerpo mental trazaba planes para encaminarme a la destrucción.
Habían pasado unos cuantos meses en aquella dimensión mental desde que había sido nombrada como la Princesa Damara Koret de Xindire, la hija creada por la Gran Reina Destructora Kiuntré Ackemdut, y estaba completamente consciente de lo importante que era en ese nuevo puesto. Sabía a la perfección que era una pieza clave para la política de ese Universo en el que nos encontrábamos y aún más fundamental para todos los habitantes de aquel orbe que nuestro Reinado abarcaba. Y justo tomaría ese poder que me habían otorgado para efectuar una venganza que, aunque sabía que nadie necesitaba, mi alma la requería.
Antes de eso habían pasado alrededor de 850 millones de años en mi vida mental en los que yo no había sido una princesa, había sido más de cien cosas que por ahora no deben ser relatadas pero nada parecido a una princesa.
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El sepulcro de las flores
RomanceHan pasado años, ¿sabes?, pero por fin he logrado amputarte de mi alma -vamos, sé que entenderás esa referencia-, aun cuando estás dentro de ella. Han pasado años, ¿sabes?, y es gracioso que el otoño apenas está huyendo de mi interior (¿será porque...