El sepulcro de las flores

22. Fuego, ruidos sordos y el inicio del final.

ADVERTENCIA.
ESTE CAPÍTULO CONTIENE LENGUAJE FUERTE, CONTENIDO MADURO Y (LO QUE YO CONSIDERO) MEDIANAMENTE CRUDO.
PROCEDA CON PRECAUCIÓN, QUE SOBRE AVISO NO HAY ENGAÑO.

Capítulo 22. Fuego,
ruidos sordos
y el inicio
del final.

«Pedí que la marca que dejaste no sanara tan rápido.
Oigo tu voz en los silencios
¿Será la provocación del fuego seguida por el golpe?»
Fire and The Thud, Arctic Monkeys.

§•°•†•°•§

Guayaba.
¿Has escuchado
Fire and the Thud?

Yo.
¿De quién?

Guayaba.
Obviamente
Arctic Monkeys.

Yo.
Oh sí. ¿Por qué
no lo supe antes? Jajaj.
Nop. ¿Por?

Guayaba.
Escúchala.

Yo.
No tengo wi-fi
ni datos para
buscarla.

Dejé el celular en mi mesa y continué poniendo atención a la clase de filosofía mientras mordía el bolígrafo en mi mano.

El móvil iluminó su pantalla con un mensaje y al desbloquearlo vi que me habían puesto un paquete de datos móviles y llamadas ilimitadas.

Bufé una risa y disimuladamente me coloqué los audífonos para colocar un vídeo de la canción con su letra.

Guayaba.
Te la dedico.

Apreté mis labios en un gesto tanto enternecido como fastidiado a la vez.

Yo.
La sigo escuchando.

-Aymara.

Demonios...

Apagué la música y coloqué mis manos en mis mejillas para quitarme los audífonos de la forma más disimulada posible.

-¿Está prestando atención?

-Síp.

-Entonces sabrá decirme lo último que dije.

Doble demonios...

-¿Puedo decirle de lo que trata la clase?

-No. Dígame lo último que dije.

Triple demonios...

-No sé...

-¿Cuál es su mayor sueño?

Morir dormida.

-No tengo sueños -dije tan sincera como pude.

-Y así no va a llegar a ningún lado en la vida. Fuera de mi clase.

Fruncí mi boca algo molesta porque ya sabía que ese profesor me odiaba y tenía algo contra mí. ¡Pero no era justo que me sacara de su clase así!

Un compañero hizo un sonido de burla desde algún rincón y yo volteé a verlo mal mientras me echaba mi mochila al hombro y salía del salón.