Capítulo 28. La miseria
de no decir adiós."Recuerdo aquella noche
mejor que algunos años de mi vida"
Antes del atardecer.≈•°•·•°†°•·•°•≈
Los recuerdos me sofocaron, y la remembranza de todo el tiempo que pase junto a Isaac hizo doler mi corazón.
Sí había vuelto...
Aún así, él no me había recordado que ya nos conocíamos y eso, de un extraño modo, volvió a clavar una daga en mi corazón.
-¿También piensas en él?
Volteé a ver a Oholiab y, sin contestarle su pregunta, me colgué de su brazo para dejarle una mordida en los músculos de su antebrazo.
-¡Ey! Eso duele, animala sonsa.
-¡Eso fue por abandonarme y dejarme con las voces!
-¿Ah, sí? -él me dio un reverendo sape con la fuerza de su mano extendida y me miró con superioridad-. Eso fue por ignorarme cada vez que te decía que me hicieras caso.
-¡¿Cómo querías que te hiciera caso si ni siquiera te veía?!
-¡Yo qué sé! Además, te lo dije: no te abandoné, siempre intenté encontrar la forma de hacer que me volvieras a ver.
En ese momento vi a una maestra mirándome extrañada a lo lejos y procedí a ignorar a Oholiab para ver a Isaac.
-¿Qué piensas?
-Que me volverán a llevar al psiquiátrico si no te callas o si te vuelvo a hacer caso.
-Al menos serás una loca feliz. Digo, conmigo cualquiera es feliz.
-Contigo todos somos unos estresados, eres peor que un grano en...
-¡Código albóndiga!, ¡Nos volteó a ver!
Lancé un gritito y di la vuelta para retirarme de la escuela cuando el llamado de él llegó a mis oídos.
-¡Chinitos!
-Carajo, ¡Corre, Forest, corre!
-¡No puedo correr, idiota! Creerá que me importa lo suficiente para escapar de él.
-Pues a mí sí me importa que te hable. No lo quiero en nuestras vidas de nuevo.
-Oholiab, ni siquiera sé por qué no me recordó que ya nos conocíamos, quiero investigar eso de él...
-Lo que quieres es comertelo con miel y limón.
Isaac tocó mi hombro y ambos, Oholiab y yo, nos quedamos tiesos mirando lo cerca que estábamos de la puerta.
Tan cerca para saborear el sabor de la huída y tan lejos como para hacernos los occisos.
-Aymara, ¿Verdad?
Giré en mi propio eje y Oholiab llevó la uña de su pulgar a mordisquearla en su boca.
-El acosador que me veía desde lejos, ¿No?
-Perdón, no quería incomodarte...
-Lo haces ahora.
-Sí, bueno, deja de mentir, te encanta tenerlo aquí -interrumpió Oholiab pero lo ignoré.
-¿Quieres que me vaya? -dijo él con esa sonrisa maquiavélica de aquellos que saben la verdad incluso antes de ser pronunciada.
-Quiero saber por qué no me recordaste que ya nos conocíamos, Isaac.
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El sepulcro de las flores
RomanceHan pasado años, ¿sabes?, pero por fin he logrado amputarte de mi alma -vamos, sé que entenderás esa referencia-, aun cuando estás dentro de ella. Han pasado años, ¿sabes?, y es gracioso que el otoño apenas está huyendo de mi interior (¿será porque...