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Al llegar, pensé que iríamos a la casa de Edu, pero en vez estacionamos en otra casa.

--Espera que te ayudo al bajar --. Habló Eduardo y salió primero del auto.

Luego pasó hasta el otro lado del carro, hasta llegar a mí y me ayudó a bajar.

Pasé mi brazo derecho por encima de sus hombros para poder aferrarme bien. Él pasó su brazo izquierdo por mi cintura hasta poder sentir sus dedos tomarme con firmesa para que no me caiga.
Al sentir el contacto de sus dedos con mi piel, miré sus ojos sintiendo una pequeña chispa que iba surgiendo desde aquel punto de contacto, en cambio; él solo miraba hacia el piso con cuidado de no tropezarnos.

--Cuidado con el cordón de la vereda --. Habló Cacha sin haberse dado cuenta todavía que lo estaba mirando.

--Si, si --. Contesté fijando su rostro.

Levanté un pie y tomamos camino hasta la casa.
Edu tocó el timbre y por la puerta salió Nacho.

--Hola, ¿qué te pasó? -- Saludó Nacho mirándome.

--Me tropecé.

--Te hiciste mierda --. Sincerizó Nacho mirando mi pie.

--Bueno pero ahora dejanos pasar --. Habló Cacha.

--Bueno dale, pasen --. Entramos a la casa y me senté en el sofá.

--¿Querés que te traiga hielo?

--Si, por favor --. Pedí y a los 5 minutos, ya me estaba poniendo el hielo sobre mi tobillo, para aliviar más el dolor.

--¿Vemos una película? -- Preguntó Edu.

--Dale, elijan una. Yo voy a traer algo para comer --. Contestó Nacho saliendo del livinh hasta ir a su cocina.

--¿Qué te gustaría ver? -- Cuestionó Cacha mirándome.

--Mmh... no sé, lo que sea.

--¿Te gusta Los Juegos Del Hambre? -- Preguntó.

--Nunca las ví --. Confesé.

--¿No? -- Negué con la cabeza --. Entonces vamos a ver Los Juegos Del Hambre --. Habló con una sonrisa y buscó en Netflix la película.

Así estuvimos dos horas hasta que terminó la primer película.

--¿Te sigue doliendo el tobillo? -- Cuestionó Cacha.

--Ya no. Estoy mejor --. Sincericé.

--Eu -- habló Nacho -- ¿qué opinan si vamos a la plaza un rato?

--Dale --. Respondí.

--Está bien, vamos --. Agregó Edu.

Así que, subimos al auto y fuimos hasta un parque que estaba cerca.

Al llegar paseamos un rato por una feria que había y compramos varias cosas, aunque la mayoría eran boludeces, a excepción de mi copo de azúcar que había comprado.

Las cosas estaban ocurriendo de maravilla, hasta que derepente un tipo que no conocía mi tomó de la mano y me empezó a hablar.

--Hola linda ¿cómo te llamas?

--Que te importa, bro, sueltame --. Hablé sacudiendo mi brazo intentando que aquel hombre suelte mi mano.

--Para linda, quiero hablar con vos.

--¡Yo no quiero! ¡Soltame! -- Pedí.

--¿No escuchaste flaco? Te dijo que la sueltes --. Habló Edu firme, tomando mi mano y haciendo que el tipo me suelte.

ℋℯ𝓇𝓂𝒶𝓃𝒶 𝒹ℯ 𝒥𝒶𝓏ℯ » ᴄᴀᴄʜᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora