ℋℯ𝓇𝓂𝒶𝓃𝒶 𝒹ℯ 𝒥𝒶𝓏ℯ » ᴄᴀᴄʜᴀ

30

Habían pasado dos semanas desde que dije la verdad, y los siete estuvimos muy metidos en el tema de mi embarazo. Estas dos semanas estuvimos buscando lugares en los cuales podría ir a abortar sin ningún problema, y hace 4 días Lauti (Zaina) había hayado el lugar.
No quedaba lejos, pero tampoco era cerca. Lo bueno era que no tenía que salir del país, pero eso no quitaba los miedos y nervios que sentía día, tras días.
Los nervios se acumulaban en mi interior acompañados de preocupaciones, alusiones que me generaban mucho más temor, y más. Cada una sumándose a la otra hasta formar una montaña de sentimientos autodestructivos en mi interior, perjudicado acciones tan básicas como dormir, comer, hablar, caminar, sujetar objetos con dicha fuerza, etc. Pero por suerte Edu estuvo -y está- siempre a mi lado ayudándome y protegiéndome. No digo que mi familia y amigos no lo hagan, pero a Edu, lo siento mucho más presente que a los demás. Será porque necesito mucho de él para mi bienestar, tanto emocional como físico, ya que es muy importante su presencia para mí, y, todo este tiempo juntos, Edu me demostró que él siente la misma necesidad que yo.

Esa, creo yo, que era la parte buena de toda esta mierda que estaba viviendo en estos momentos. Estar con él y poder sentirme amada y segura con una persona que ame mi verdadero yo sabiendo que, no es la mejor del mundo, pero es buena, gentil, humilde, cariñosa, y con una gran rotura que con amor se puede curar.

Al amanecer del día, pude sentir como unos dedos acariciaban mi pelo, como una suave respiración chocaba con mi piel, como esos mismos dedos paseaban por mi rostro transmitiendo tranquilidad, que era lo que necesitaba en este momento.

No quería abrir los ojos. No quería despertar. Quería quedarme abrazada a él y sentir el calor de su cuerpo que me hacía sentir protegida de todo mal que me rodease.
Sus brazos eran un hogar para mí, uno caluroso y lleno de amor. Sé que en ellos no tendría posibilidad alguna de sufrir.

Mis párpados dejaban de pesar, mi piel empezaba a sentir contacto con el exterior, mis manos sentían la necesidad de abrirse y tocar cosas, mis pies querían moverse, mi cuerpo ya no encontraba necesidad alguna de seguir durmiendo. Gran parte de mi se quería levantar, pero mi interior era de plomo. Estaba sujetado a la cama, con la idea fija en no salir y quedarse para siempre allí.

Sentí unos suaves y tiernos besitos en mi rostro haciendo esbozar una pequeña sonrisa.
Abrí mis ojos lentamente, y noté como Edu me miraba de una forma muy penetrante -pero de buena manera-.
Pasó su mano por mi mejilla y se acercó a mis labios.

--Buen día amor. ¿Estás bien? -- Me preguntó corriendo un mechón por detrás de mi oreja.

Lo miré a los ojos y asentí.

No encontré la necesidad de hablar, es más no encontraba ni la fuerza para poder decir algo en lo absoluto.

Él sonrió y me besó.

--Me alegro... -- suspiró y me siguió mimando por un tiempo.

Él se acostó boca arriba, y yo apoyé mi cabeza en su pecho apoyando mi mano sobre su remera, pensando en que en unas horas estaría en un hospital preocupada por la idea de que capaz no podría sobrevivir, y que jamás volvería a ver a mi familia, y mucho menos a Eduardo.
Unas lagrimitas salieron de mis ojos cayendo sobre su pecho.

Edu se enderezó, secó mis lágrimas con sus pulgares y luego me abrazó.

--Shhh, tranquila amor. Está bien, está bien -- me dijo al oído. Tomó mis hombros con sus manos y me miró fijo a los ojos --. Sé que tenés miedo, es normal ¿si? Pero va a salir todo bien, en serio. ¿Querés que te sea sincero? -- Me preguntó y yo asentí --. Tengo muchísimo miedo, posta, pero sé que no te va a pasar nada malo ¿por qué? Porque sos fuerte, sos una persona fuerte y valiente Candela -- al escuchar eso negué con la cabeza varias veces mirando hacia la cama lloriqueando un poco --. Si Candela, lo sos. Yo lo sé, Jaze lo sabe, Wos lo sabé, Lidia lo sabe... la única que no se da cuenta sos vos, y eso me parece tristísimo que no veas el valor y la fuerza que tenés, Cande. Sos todo lo que está bien, sos una buena persona que le pasaron cosas malas, nada más. Pero que eso no te haga creer que no lo sos, porque si lo sos, y lo puedo asegurar ¿si? Por favor, nunca bajes tu valor por cosas que no valen la pena, y mucho menos por personas que no lo valen.