Final

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Narra Cacha.

Estos días capaz no fueron los mejores, llenos de miedos y preocupaciones, pero eso no impedía que bajara mis esperanzas. Tenía -y tengo- fé en ella, se que va estar bien, pero por más positivo que trata de ser conmigo mismo hay momentos que bajo la guardia y no puedo, lloro.

Odio hacerlo. Y más aún siendo por Cande.

Pasaron cuatro días de que llegamos al hospital, y Cande, ya había pasado por la sala de cirugía. Ahora solo duerme, a veces se mueve un poco, pero no despierta, eso me preocupa un poco, me da miedo, pero trato de calmarme. Cuando el miedo, la preocupación, se empieza a apoderar de mí lo único que puedo hacer es, tomar su mano. Es lo único que me calma, es lo único que me da serenidad, por más que esté dormida. Me quedo mirandola, juego con sus dedos y algunos mechones de su pelo. La miro, la cuido, la protejo, la contemplo, la deseo, la amo.

Por las noches me acuesto a su lado y duermo abrazada a ella, por más de que no se deba. Me hacer sentir bien, seguro, sereno, siento que tengo un hogar a su lado.
Le hablo cada noche, le pongo música, le cuento noticias, o cosas buenas e interesantes. Le cuento mis sueños, mis esperanzas, mis pesadillas, mis miedos. Lloro por las noches estando a su lado, y me siento terrible haciéndolo, pero en parte siento que me protege, por más que no esté consiente. También me da tiempo para pensar en todo, y en lo afortunado que soy por tener a Candela de novia. Es muy hermosa, buena, valiente, humilde, infantil, un poco terca, distraída, dormilona, espontánea, tímida, pero extrovertida, fuerte, única... es todo para mí, y el solo verla me da años de vida.

Por el momento, solo eramos nosotros dos. Y me fascinaba estar junto con ella, por más de que no me hable, aunque también me gustaba estar con los chicos y Lidia, cada vez que vienen. En realidad, vienen todos los días desde las 13:30 hasta las 18:30. Y es divertido charlar con ellos, pero la única charla que anelaba más era con Cande.

Ahora solo estaba sentando a su lado, mirándola, y acariciándola con la yema de mis dedos, por toda su cara.

Se me era imposible no sonreír como un bobo enamorado, y verla como si fuese la obra de arte más cara del mundo, aunque lo fuese.
Soy muy vulnerable a Candela. Sus ojos, sus manos, su pelo, sus labios, su nariz, su piel, su voz, sus piernas, sus brazos, su panza, su ombligo, todo de ella me volvia extremadamente vulnerable. Todo me hacía quedar más enamorado que la vez anterior.

Y yo seguía acariciándola, apreciándola, amándola. Era lo único que podía hacer.

—Hola, ¿cómo estás? Yo me desperté hace un rato largo, son las 10 y 25 de la mañana, y acá tengo un café, te daría un poco pero aún estás dormida —. Le empecé a hablar —. ¿Querés que ponga música? Si querés, pongo Camila Cabello, pero la pongo bajita, ya que es temprano —. Le seguí hablando.

Tomé mi celular, fuí a Spotify, puse aleatorio y empezó a sonar I Have Questions.

—¿Sabes? Siempre que escucho esta canción, me la confundo con la otra. ¿Cómo es que se llama?... — Pregunté y empecé a buscar la canción.

—¿Crying In The Club?

—Si, es... — me giré rápidamente y la ví esbozando una sonrisa, y con los ojos entreabiertos.

Me quedé paralizado por unos segundos pero luego me abalancé sobre ella y la abracé.

—A-amor ¿cómo estás? ¿Te duele algo? ¿Que sentís?

—Estoy bien, no me duele nada por el momento, y me siento bien, feliz ahora que te veo —. Sonreí. En cualquier momento me largaba a llorar, extrañaba tanto verla, escucharla, sentirla —. Una pregunta Edu.

ℋℯ𝓇𝓂𝒶𝓃𝒶 𝒹ℯ 𝒥𝒶𝓏ℯ » ᴄᴀᴄʜᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora