IT'S A MATCH [BRIGHTWIN]

13: Bella y Bestia.

Capitulo 13

[  Las mejores cosas del mundo no se pueden 

ver ni tocar...deben sentirse con el corazón. 

-Helen Keller. ]

4 de Julio;  2020

(Casi un mes después.)

-¡Metawin! ¡Metawin!

Estábamos casi en los últimos 10 minutos del final del partido, el marcador estaba 2-2 y el equipo de medicina nos sacaba ventaja en oportunidades de ataque. Mis análisis en el campo de riesgos me dicen que no tenemos las posibilidades para ganar, pero mi pasión y determinación son las que me mantienen de pie mientras que esquivo a uno de los jugares pateando la pelota entre el medio de sus piernas. Mi corazón late de pura adrenalina, y aunque tengo a mis compañeros que me apoyan ante cualquier situación, mis ojos están fijos tanto en la portería como en el balón, no hay tiempo para dudar. Con rapidez intento idear una jugada al mirar a los que están cerca de la zona de disparo, mis ojos notan al capitán, quien rápido capta y se posiciona frente al jugador que lo está marcando, yo esquivo al que esta bloqueándome y pateo sin más la pelota en dirección al arco.  Nadie se espera ese movimiento, estoy muy seguro, por la forma que se posicionaron, que esperaban que mi tiro fuera para Gulf, y es así como las defensas se centraron en él.   Tuve el camino libre para que mi tiro fuera directo, sin estar muy seguro de si entraría o no, seguí con la mirada el curso que toma el balón en el aire y no es hasta que pasa por debajo del brazo del ante brazo del arquero que pude respirar; casi son segundos los que tardo en escuchar el silbato que indica nuestra anotación, como los gritos de los fanáticos que vinieron animar.

Todos chocamos nuestras manos en un rápido saludo antes de volver a nuestras posiciones luego de eso, pero solo habremos durado unos cuatro minutos más en la cancha antes de reunirnos en el centro a festejar por el pitido final que dio por concluido nuestro segundo partido ganado en el campeonato.

-¡Eso es, Metawin!- Me felicito el capitán, quien rápido revolvió mis cabellos y rodeo mi cuello con su brazo.

Me atrajo hacia el grupo y todos abrazados de nuestros hombros comenzamos a saltar en medio de la cancha como idiotas. Habíamos tomado ese ritual la primera vez que ganamos contra los de ingeniería, el que lo inicio fue Mil, ya que no podía creer que en el minuto dos pudo atajar uno de los balones que iba directo a anotar y empatar. El chico se sintió tan emocionado que lanzo sus guantes a un lado y corrió hacia Gulf para abrazarlo mientras que saltaba como un loco al son del ¨ole ole¨, ya después todos, como estábamos igual de felices con la victoria, nos acercamos a unirnos a su pequeño cántico. Fue así como terminamos abrazados y cantando en aquella ocasión, por lo que gracias a ese ambiente lleno de energía es que también tomamos la decisión de implementarlo cada vez que juguemos. No importa si perdíamos o ganábamos, nos reuniríamos a cantar en el medio o en los vestidores, el lugar no importaba, lo que interesaba era la unión y esa hermandad que podíamos sentir todos mientras que estábamos juntos.

Una vez terminamos de felicitarnos, pude mirar hacia la tribuna y escuchar a mi nuevo fanclub animando, eran alrededor de diez personas o quizá un poco más, tanto chicas como algunos chicos estaban de pie con algunas bandas en su cabeza con mi apodo impreso; ¨mr chic¨. Desde que gane ese concurso no han parado, no me siento orgulloso de ser nombrado así, pero me halaga que muchas veces se han reunido para venir a animar al equipo o solo aparecen al final de los entrenamientos para traernos algunas bebidas, no es tan malo cuando vez que alguien te cuida y quiere, además todos ellos respetan que tengo una pareja, por lo que nunca se han metido o atacado a Pear cuando ella viene a buscarme algunas veces al entrenamiento; creo que estamos en una perfecta armonía entre todos y me gusta cómo se siente eso.