7: Win.

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Capitulo 7

[Las cosas que haces terminan por hacerme entender  

¿Porque me duele? Quiero irme lejos.

Pero luego miro las estrellas y noto lo lindas que son 

Y mi corazón vuelve a pensar: ¿No seria bueno que estuvieras aquí? ]


-

Como lo prometió, luego de ese día todo fue como si nunca nos hubiéramos conocido. 

Creo que esta de mas decir que luego de salir de ese hotel no pude ir a mi cita con Pear, y que los motivos de eso fueron principalmente la culpa, la vergüenza al tener que verla a los ojos para darme cuenta de la asquerosa persona que soy. Porque si, soy un asco de novio y no hay nada que pueda hacer para negarlo.

No quiero decir que la amo, porque esto no se le hace a una persona que amas. Tal vez mi sentimiento por Pear ahora es un cariño que es especial de alguna forma, nosotros sabemos que estamos juntos porque no podemos vernos como amigos, pero tampoco como desconocidos, y esta bien, digo, es mejor eso que perder a alguien que es importante. Normalmente no me aferro a las cosas porque siempre que me gusta algo, hay motivos o personas que alejan eso de mi y termina por solo ser otro gustar que tengo que olvidar.

Como la vez que quería comprar una motocicleta y mi padre me regalo el auto en su lugar. Según él, un chico de mi nivel no podía rebajarse a andar en una maquina tan peligrosa y que es usada mayormente por las personas de clase media. No se vería bien para la imagen de la familia, y los vecinos que me vieran llegar en ella solo hablarían sobre como el niño rico- quien se supone lo tenía todo- se había vuelto ordinario.

Déjenme decir que para mi eso estaba bien. No nací deseando que otros me llamaran con el apodo de ¨niño rico¨, muchas veces esperaba solo ser Win, un niño normal que caminaba por la calle con sus amigos e iba al centro comercial a pasar el rato sin intenciones de gastar demasiado.

Claro, nunca fui de derrochar mi dinero. Por mucho que tuviera, siempre tenía mis límites y guardaba cierta parte ahorrarla, así dado el cosas de que realmente - llegado el día- quisiera algo lo compraría sin dudarlo. A veces los únicos gastos que requería eran las cenas o comidas con mis compañeros, en ello no escatimaba, y era un gusto culposo el que me daba cada vez que me atascaba de platos deliciosos.

Muchas veces me detuve a pensar sobre lo privilegiado que éramos todos. Cuando salíamos a comer miraba la mesa llena de distintos platos, mariscos, carne, arroz, luego observaba a los demás en silencio y detallaba nuestras vestimentas. Relojes caros, celulares último modelo en la mesa, camisas limpias y bien planchadas siempre.

Éramos perfectos y nuestros padres estaban orgullosos de nosotros.

Todos herederos de algo. Creo que ninguno de mis amigos de la escuela tenía un futuro incierto. Cada uno sabia a donde iban sus vidas y no precisamente porque ellos lo deseaban. Nosotros éramos el muñeco perfecto de nuestros padres y parecía que estábamos bien con ello. Incluso teníamos un lema, siempre que hagas las cosas al pie de la letra y sin demoras, podrás gastar la tarjeta sin límites o culpas. Mike, uno de los herederos de una disquera, la invento una tarde que se gasto más de cuatro mil dólares en ropa de diseñador, y todos reímos tanto por su excusa barata que nos la tomamos como propia; como una manera de vivir.

Aunque yo nunca estuve de acuerdo.

Pero como de costumbre, yo nunca intentaba hacer cambiar de parecer a nadie. Por más que muchas veces deseaba que las personas no me miraran como Metawin, el hijo de un empresario, nunca me esforcé por demostrar lo contrario y continuaba llegando a clases con mis cosas último modelo, exponiendo todos esos lujos porque se suponía que estaba bien.

IT'S A MATCH [BRIGHTWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora