Capítulo 4: Chica Bonita

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Durante la madrugada Conan decidió pasarse por el hospital a visitar a Heiji, no tenía algo grave, ni nada por el estilo, aparte de unas cuantas raspaduras, pero Kazuha exageradamente lo obligó a permanecer en el hospital, a lo cual este primeramente se negó rotundamente, pues debía resolver el caso junto con "Kudo", lo que confundió nuevamente a la chica, ya que según ella Shinichi no tenía nada que ver, por lo cual amenazó con llamar a la madre de Heiji para que ella se hiciera "cargo", lo que asustó completamente al chico, ya que conocía perfectamente la actitud de su madre cuando le sucedían ese tipo de cosas durante sus casos, de esta forma aceptó finalmente a regañadientes permanecer en el hospital por esa noche.

En eso estaba Conan, mirando a su amigo roncar ridículamente, acostado de una forma extraña, en su cuarto del hospital.

¿Qué por qué Heiji estaba durmiendo de esa forma?

Pues resulta que Kazuha no se fue conforme hasta que suministraron a Heiji una pequeña dosis de anestesia, por lo cual ahora el chico estaba en el séptimo sueño.

El pequeño detective se hallaba inmerso en sus pensamientos, tratando de descubrir qué era lo que había sucedido con Kaito Kid como para desaparecer de esa manera, cuando sintió una mano en su hombro que lo hizo saltar de sorpresa, después de todo eran las 4 a.m., nadie aparte de él debería quedar allí, ya que la hora de visita había acabado y él solo logró entrar gracias a que se escabulló de las enfermeras, como siempre lo hacía.

Se dio la vuelta rápidamente preparado para pelear con el desconocido, cuando noto una cabellera rubio-fresa que tanto conocía, después de todo era el pelo que acariciaba cada vez que algo lo molestaba y tenía un bloqueo deductivo.

—Ai... ¿qué haces aquí? —preguntó extrañado, pero a la vez aliviado por tenerla cerca de nuevo luego de un día tan largo como ese.

—¿Qué es lo que crees? Te seguí, por supuesto, no eres el único con dotes de espía —respondió sarcásticamente la chica. —Noté que algo te molestaba, así que imaginé que vendrías con el detective este —dijo cruelmente refiriéndose al chico, pues aún estaba enojada por lo que les había dicho este esa tarde.

Conan rio recordando la amenaza hecha al pobre Heiji en contra de la integridad de su cabello, así nada más fue como Haibara logró subir el ánimo del detective, el cual con los ánimos renovados se acercó a ella, jalándola hacia él y encerrándola en un abrazo lleno de sentimientos.

—Entonces... ¿Qué es lo que sucede, Kudo? —continuó la chica, aceptando gustosa el abrazo mientras él los llevaba a ambos al sofá que había en la habitación.

—¿Desde cuándo notaste que estaba pasando algo? —preguntó el chico viéndose descubierto, mientras acariciaba su cabello rubio-fresa, tratando de calmarse.

—¿Desde cuándo? ¿En serio lo preguntas? —dijo divertida Ai, haciendo que Conan suspirara.
—Shiho... —respondió a modo de advertencia para que dejara de tratar de tomarle el pelo.

—¡Okay! ¡Okay! Te lo diré —dijo la chica gustosa de poder jugar de esa forma con él. —Principalmente fueron dos cosas —dijo esta haciendo señas con sus dedos, al parecer el estar tanto tiempo con él había hecho que agarrara uno de sus hábitos. —Primero, cuando estábamos en la sala del Director, cuando esos cuatro comenzaron a discutir por el huevo, tú pusiste una cara rara que indicaba que algo te estaba molestando demasiado, luego hay varias cosas más que me llevaron a pensar que algo malo estaba ocurriendo, pero la última, y la que definitivamente me convenció fue cuando estábamos en el templo Naniwa y nos tuvimos que separar, pero es que no solo me dejaste con las chicas sabiendo que no quería, sino que también me gritaste, eso fue muy obvio ¿no crees tú? —murmuró lo último quejumbrosa, haciendo que el chico se sonroje por su tono.

—Sí, sí, lo siento por eso. —admitió Conan, disculpándose con su novia, quien solo se acomodó más encima de él, tratando de molestarlo.

—¿Me dirás que fue lo que sucedió? —preguntó curiosa.

—¿No era que ya lo sabías? —dijo juguetón tratando de devolverle una cucharada de su propia medicina a la chica, saliéndole mal el juego al recibir un pequeño golpe en la cabeza, dándole a entender que no estaba jugando. —Okay, okay, tranquila —dijo el chico tratando de que dejara de golpearlo, así fue como comenzó a contarle todo su día, desde su sospecha por los cuatro tipos, hasta lo que sucedió en la persecución de Kid.

—Así que el mago fastidioso está muerto, ¿acaso no es bueno para ti eso? —bromeó Ai tratando de quitarle un poco la tensión, recibiendo una mirada enojada de su parte —Lo siento, lo siento, solo bromeó, después de todo se perfectamente que no te gustaría que un enemigo como él muriera, lo que tú quieres es atraparlo para mandarlo directo a la cárcel, no te preocupes, un chico tan fastidioso como él no puede morir tan fácilmente —continuó diciendo divertida.

Al escuchar esto Conan solo rio admitiendo lo cierto que era lo que estaba diciendo Ai. De pronto comenzaron a acercarse lentamente uno al otro con intenciones de juntar sus labios, no tenía nada de malo solo un beso ¿no?, después de todo ellos no eran unos niños, eran adultos, las versiones en miniatura de Shiho Miyano y Shinichi Kudo, ya lo habían hecho antes, una vez más no haría una diferencia entre lo bueno y lo malo, era lo que ambos maduramente pensaban mientras acercaban sus labios uno al otro, hasta que finalmente los juntaron levemente en un tierno beso lleno de amor y cariño, iban a intensificar aún más su beso cuando...

—¡Vaya! ¡vaya! ¿por qué razón cada vez que los veo juntos tengo que salir con un trauma? —preguntó divertido Heiji, haciendo notar lo muy despierto que estaba, al haber esperado el momento oportuno para hablarles y así avergonzarlos aún más.

Así fue como hizo que Haibara empujara a Conan de un golpe, haciendo que el pobre cayera al suelo con un sonoro ruido, que le hizo doler hasta a Heiji, ambos chicos muy sonrojados por haber sido pillados con las manos en la masa por el moreno, quien nunca olvidaría esto para molestarlos en el futuro.

—H-Hattori —dijo Conan avergonzado por la situación. —¿Hace cuánto que estás despierto? —cambió de inmediato su tono a uno enojado al haber notado sus intenciones.

—¡Que te importa, Kudo! Lo que sí debería importarte es que jamás olvidaré esto... —dijo picándolo muy divertido, pero muy pronto notó el peligro en el que se encontraba, cuando miró a cierta "chica linda" como la apodaba él.

—Hattori... será mejor que olvides esto para siempre... —no tuvo que decir nada más, el chico aceptó rápidamente, ¿Por qué?, pues por la cara de demonio que esta hacía.

—Claro, claro, lo olvidaré, lo siento chica bonita. —respondió nervioso Heiji, tratando de calmar a Shiho, llamándola por el apodo que le había puesto cuando se volvieron amigos.

—Esto... Kudo... ¿cómo terminó la persecución de Kid? —dijo rápidamente buscando otro tema de conversación, a lo cual Shinichi le ayudó también asustado por la cara de su novia.

—Ya veo. —dijo Heiji una vez Conan le contó todo lo sucedido —Así que este caso solo está comenzando. —continuó Heiji —Lamentablemente, ya no podré ayudaros, mi sobreprotectora madre no me dejará ir a ningún lado por los siguientes días —dijo fastidiado. —Así que solo me queda una cosa por hacer... Chica bonita, ¡ayuda a Sherlock por mí! —pidió divertido a Shiho, al ver la cara de celos de Conan debido al apodo.

—¡Lo haré, detective de pacotilla! —respondió esta, después de todo seguía siendo la cruel Ai Haibara.

(N/E: Sí, yo de nuevo, jaajas, esto si es ser cruel. Lo siento por lo de Conan y Ai, pero todo lo tenía planeado para explicar de alguna forma por qué Heiji no ayudaba, ni aparecía en el resto de la película, cuando era un caso tan importante y podría haber ido con ellos a Tokio, siendo como él es, sin más me despido. @sdossdos.)

El último mago del sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora