Capítulo Final: El plan y "eso"

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Al día siguiente, todo volvió a la normalidad, Ran había dejado de tratarlos como si fueran estafadores, Kogoro dejó de tratar a Ai con respeto y los mandó a comprar la comida para que Ran hiciera el desayuno.

—¿Me dirás que sucedió con Kid? —preguntó Conan cuando volvían de la tienda.

—¿Es que acaso no escuchaste? Hay misterios en este mundo que no deben ser resueltos. —respondió nerviosa tratando de esquivar la pregunta.

—Haibara... —dijo amenazadoramente.

—Bien, bien. Te lo diré. —claudicó la chica ante la insistencia de Conan. —Lo que pasó fue...

Hace dos días

Barco Suzuki

Ai observaba pacientemente a Ran, quien no dejaba de sospechar de Conan, eso era malo, todo se iría abajo si ella descubría la verdad. Saldría herida de esto y pondría en peligro a todos, con la amenaza constante de la Organización de Negro, por lo cual debían encontrar rápidamente una solución para no ser descubiertos.

De pronto su rostro se iluminó, había notado algo a lo que nadie había prestado atención, ni siquiera su novio, por lo cual salió del salón sin ser vista, excepto por una persona, quien rápidamente la siguió.

Ai se dirigió a su habitación, donde empezó a vendar a la paloma herida de Kid.

—¿No te enseñaron tus padres a no espiar a las personas? —dijo Ai de repente, sin dejar de curar a la paloma.

—¿Cuándo notaste que estaba aquí? —preguntó una voz saliendo de su escondite, era el oficial Shiratori.

—¿Por qué cree que salí de esa forma del salón? —respondió la chica con otra pregunta.

—¿¡Lo hiciste a propósito para que te siguiera!? —dijo sorprendido.

—Sí, detective... o, mejor dicho, ¡Kaito Kid! —dijo Ai tal como lo haría Conan.
—Vaya, ¿cómo lo notaste tan rápido? —preguntó dejando de imitar la voz de Shiratori.

—Eso no te importa. —respondió tajantemente Ai.

Por supuesto que lo descubrí al verlo seguir a Conan, por todos lados. —pensó la chica.

—Me sorprende que te hayas dado cuenta antes que tu novio... —dijo tanteando el terreno, para descubrir cuál era la relación de esos dos.

—No te equivoques, él solo está muy concentrado en resolver el caso... ¡Mierda! —respondió de prisa nerviosa, parándose al notar que había caído directo en su trampa.

—¡Ja! —rio fuertemente Kid al verla completamente roja de lo avergonzada —Así que, si eres la novia del pequeño detective, ya sé quién es él, ahora la gran interrogante es quién eres tú. —dijo Kid curioso.

—¿Ya sabes quién es él? —dijo abrumada Ai.

—Sí, es Shinichi Kudo, ¿no? —respondió sereno —No te preocupes, aún no sé qué le sucedió para estar así, imaginó que a ti te pasó lo mismo, pero no diré nada, sería una forma muy sucia de ganarle y yo soy un caballero. —dijo galantemente Kid mientras hacía una reverencia ante la chica —Lo que me lleva a la pregunta, ¿quién eres tú? Y no hablo de tu nombre falso, sino del real.

—No te lo diré... —respondió ella.
—Bien, puedes hacer lo que quieras, pero hasta que me lo digas te concederé un apodo, el apodo será... umm... —pensó mirándola para sonreír pícaramente —Será chica rojita. —determinó riéndose.

El último mago del sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora