Capítulo 7: Escorpión

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Al atardecer todos se dirigieron a la proa, en donde se encontraban Kogoro, el señor Suzuki y Ryu Sagawa, el reportero independiente.

—¡Oh! Natsumi-san y Seiran-san... ¿Por qué no nos acompañan? —dijo el primero emocionado levantándose junto al señor Suzuki para moverles una silla a estas dos como un "caballero", ignorando de paso a los dos niños que se encontraban a su lado, los cuales se fueron a sentar a otra mesa.

—¿En serio? —preguntó esta.

—Claro, adelante. —dijo Kogoro, sin embargo, como un "hombre adulto" que era se quedó viendo las piernas de Seiran, que comenzaron a notarse aún más apenas esta se sentó. —¡Oh! ¡Qué hermoso par de piernas! —decía este como todo un viejo verde.

Este viejo no tiene remedio... —pensó avergonzado Conan.

—Es un depravado. —dijo Ai más para sí misma que para otro, pero Conan la escuchó.

—Sí... —le dijo él dándole la razón, de pronto vieron como Seiran se sorprendía ante el anillo que poseía el reportero independiente colgado en su cuello.

—Sagawa-san, ese pendiente... —dijo esta.

—¿Se refiere a este collar de la familia Romanov? Es una buena investigadora. ¿Quiere verlo? —dijo sosteniéndolo cerca suyo.

¿Ah? ¿Desde cuándo lo tenía puesto? —se preguntó Conan a sí mismo.

—Al parecer lo tiene puesto desde que salió de su habitación, seguramente lo tenía guardado en una de sus maletas. —respondió Ai a su pregunta no formulada.

—¿Cómo...? —quiso preguntar Conan, pero fue cortado antes de terminar.

—¿Cómo sabía que querías saberlo? —preguntó —A veces eres demasiado obvio, o quizás es solo que me enseñaron desde chica a leer a las personas. —dijo divertida.

—"María". —leyó Seiran a contraluz en la inscripción del anillo. —¿Podría este el anillo de María, la hija del Zar? -preguntó sorprendida.

—Si usted lo dice, así debe ser. —respondió Sagawa.

—¿Dónde lo encontró? —preguntó Seiran, recibiendo una risa de este mientras se iba.

—¿Es auténtico? —preguntó Kogoro a la mujer.

—Necesito observarlo mejor. —dijo esta.

—Oye, Nishino, tu bolígrafo se va a caer. —dijo el señor Suzuki señalándole el bolígrafo en su bolsillo.

—¿Eh? Gracias. —dijo acomodándolo. 

Lo que nadie notó en ese momento fue que mientras Sagawa se iba, estaba recibiendo miradas extrañas por parte de algunos de los presentes. Quizás si Conan o Ai lo hubieran notado podrían haber evitado su destino.

–––––––

Esa noche Ai estaba en su computadora trabajando en la cama y Conan leyendo un libro al lado de la cama sentado en el piso, principalmente por la comodidad de las otras chicas. Normalmente estarían más juntos, pero dado que Ran y Sonoko estaban allí hablando sobre quien sabe que, Conan decidió leer en el piso, acompañado con una almohada, aunque los dos se sentían incómodos porque se habían acostumbrado a trabajar y leer mientras estaban cerca, esta vez no pudieron hacerlo.

En ese momento fue cuando escucharon gritos desde la habitación de al lado, era el secretario Nishino diciéndole a Kogoro que encontró muerto al reportero independiente, de inmediato todos fueron corriendo al cuarto y vieron que estaba destrozado, las plumas de la almohada regadas, las macetas rotas, papelera botada, etc. 

El último mago del sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora