Capítulo 5: Paloma Salvadora

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Al día siguiente, 23 de agosto, luego de asegurarse que el huevo estuviera intacto, cancelaron la exhibición y regresaron a Tokio en el barco de Suzuki.

Ahora mismo el secretario del señor Suzuki se encontraba sacando el huevo de la caja fuerte principal que hay en el Barco Suzuki. ¿Para qué? Pues para mostrárselo a la invitada del señor Suzuki, Natsumi Kosaka, una joven mujer de 27 años, dueña de una confitería, ella era la mujer que habían visto con el secretario, Heiji y Conan el día anterior, antes de que pasara todo lo de Kid.

—Mi tatarabuelo se llamaba Kiichi, trabajó con la compañía Fabergé como orfebre, mientras trabajaba en Rusia se casó con una rusa y regresaron juntos a Japón, al poco tiempo mi tatarabuelo tuvo una hija. —explicaba Natsumi.

—¿Qué piensas sobre esto? —le susurró Shiho a Shinichi —Ya has notado que hay algo extremadamente raro, incluso la necesidad de dispararle a Kaito Kid...

—Así es, pero no tengo idea que está pasando, ¿por qué tendrían que dispararle? ¿qué lograban con eso? Aún no hallo la respuesta, pero la encontraremos luego. —dijo este en el mismo tono, agarrando disimuladamente su mano.

—Pero luego murió, nueve años más tarde, mi tatarabuelo murió a la edad de 45. —continuó hablando Natsumi, mientras los niños hablaban entre ellos, siendo completamente ignorados por el resto.

—¿Y qué pasó con la niña? —preguntó el señor Suzuki.

—Era mi abuela —respondió Natsumi. —Mis padres y mi abuelo murieron en un accidente de auto, cuando tan solo tenía cinco años, fui criada por mi abuela.

—La señora falleció el mes pasado —se unió a la conversación, entristecido por la pérdida, Kuranosuke Sawable, de 65 años, mayordomo de la familia Kosaka.

—Yo estaba trabajando en París como cosmetóloga. —dijo Natsumi —Antes de venir aquí, mientras revisaba las pertenencias de mi abuela, encontré este viejo plano de mi tatarabuelo. —dijo sacando de su bolso dos papeles rotos, en los que salían unos dibujos del huevo. —Aunque le falta la parte del medio.

"Memories" —leyó el señor Suzuki, inclinándose hacia los planos. —Está claro que es del huevo del recuerdo, pero aquí dice que tenía joyas en su interior. —dijo confundido.

—¿Podría ser que el original los tuviera, pero alguien las reemplazó? —preguntó Kogoro.

De pronto Ai notó algo raro en los planos, así que decidió acercase un poco a la mesita en la que estaban para verlos más de cerca, llevándose a Conan junto con ella, al sus manos seguir unidas.

—¿Eh? —dijo Ai curiosa, cosa que extrañó a todos sus conocidos, ya que nunca la habían visto muy interesada en nada, excepto Conan, quien sabía perfectamente que estaba ayudando porque se lo prometió a Heiji la noche anterior.

—¿Qué sucede Ai-chan? —preguntó sorprendida por la actitud de la chica.

—¿No han considerado que haya dos huevos? —Conan y ella se acercan a los dibujos —Porque, mira detalladamente cada uno. —dijo a Natsumi mientras señalaba los planos.

—¡Es cierto! Miren, si fuera un solo huevo, ¿no tendrían que coincidir los bordes? Por lo que... —dijo señalando también los planos, pero cortándose antes de explicarlo completamente, al querer que ella lo haga.

—Deben haber hecho dos huevos, creo que en el plano debió ser muy largo y tener los dos huevos allí, pero se perdió la mitad. —dijo esta, sin darse cuenta de lo que el chico había hecho, al estar muy concentrada tratando de explicar lo que creía.

—¡Ya veo! —habló el señor Suzuki.
Conan empezó a mirar el huevo dándolo vuelta una y otra vez, sin ningún tipo de cuidado, tratando de descubrir el truco que seguramente tenía el huevo.

El último mago del sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora