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Llego a la casa, escucho a Judith discutir por teléfono.

-¡¿Como puedes ser tan miserable?!... ¡Arg! ¡Dejanos en paz ya!- Dice cabreada. -¿Por qué tienes que aparecer y más ahora? ¿Por qué no sigues con tu puñetera vida de mierda y nos dejas a nosotros en paz?- ¿Con quién hablará? ¿Algún ex suyo? Lo dudo. -¡Ya está bien! Si no nos dejas en paz te voy a denunciar otra vez.- Dice colgando y apoyándose en la mesa. Me ve aparecer y se recompone. -Ludo, no te había escuchado.

Hago como que noche escuchado la conver que ha tenido hace unos segundos y me acerco a ella.

-Aqui tienes la bolsa.- Le digo extendiendole la bolsa. Ella la mira y sonríe.

-Gracias.- Dice, sin yo esperarlo, me abraza. Yo me sonrojo al ver su reacción, tiene el corazón acelerado.

Estamos así durante un rato hasta que se da cuenta de su propia reacción, se separa de mí.

-Lo siento. Ve a hacer tus cosas.- Dice girándose hacia la cocina, frunzo el ceño.

Subo a mi habitación para leer un rato pero el móvil me vibra, lo cojo y veo un mensaje de un número desconocido.

« Hola, Ludovica. »

Vuelvo a fruncir el ceño al ver ese mensaje. Lo elimino de inmediato y me dirijo a la cama, cojo el libro y comienzo a leer.

Al rato, bajo a la cocina a por algo de comer pero me paro en mitad de la escalera ya que escuché a Judith y Terens discutir.

-Pero ¿Por qué no le denuncias ya?- Escucho decir a Terens.

-No lo entiendes. Es un trámite largo y más ahora... No sé qué más hacer.- Dice finalmente.

Bajo las escaleras hacia la cocina donde están ellos.

-¿Ocurre algo con alguien?- Digo finalmente. Judith finje una sonrisa para no preocuparme.

-No pasa nada. ¿Por qué lo di....- La corto antes de que acabe la frase.

-Te escuché esta mañana discutir con alguien por teléfono... ¿Te están acosando?- Le pregunto. Ella se ríe.

-¿Que? No, no. Es... Es una persona con la que no nos llevamos bien y es muy pesada, tan pesada que tuvimos que denunciarle una vez... Pero no te preocupes.- Miente, cuando miente mira hacia abajo y empieza a rascar. En este caso rasca la mesa y la mira. No le digo nada, hago como que la creo pero no sé porque me oculta cosas, nunca lo hacía.

-Si tienes algún problema puedes contarme lo ¿Lo sabes?- Ella sonríe como respuesta.

-Bueno ¿Comemos?- Dice Terens.




A pasado ya una semana, estoy recogiendo para irme a casa. Durante toda la semana me he seguido preguntado el qué me está ocultando Judith y Terens. Bajo al salón con la mochila, me vibra el móvil, lo saco y veo que es un mensaje de Christopher.

« Buenos días. Hoy vuelves a casa ¿No? »

Le respondo rápido y guardo el móvil, dejo la mochila en la entrada y voy al salón a esperar a que llegue mamá para recogerme. Me siento en el sillón al lado de Judith.

-Te voy a echar de menos.- Me dice dándome la mano.

-Y yo a ti. Pero vendré cuando nazca el bebé.- Le digo para tranquilizarla.

-He estado pensando nombres...- Dice mirando su barriga.

-¿Y cuáles has pensado?

-Si es niño, he pensado en llamarlo Leo. Y si es niña, Zoey.- Dice, me alegra que haya cogido el nombre que le dije si fuese niña.

-¿Cuando nacerá?- Le pregunto para hacer tiempo.

-Se supone que en abril. Pero no sé, puede nacer antes.- Dice, en ese momento suena la pita de un coche. Debe ser mamá. -Ya está aquí.- Se levanta a la misma vez que yo y me abraza.

Me acompaña a la puerta donde me da otro abrazo y donde me despido de Terens, cojo mi mochila y abro la puerta pero en vez de estar el coche de mamá estaba el coche Christopher. Enarcó una ceja cuando lo veo, pero de repente sale del coche él. Mis ojos se abren como platos y sin darme cuenta estoy corriendo hacia él. Salto a sus brazos para abrazarle. El me coge en el aire y me aprieta contra él, noto su sonrisa. Mis lágrimas se deslizan por mi cara, lágrimas de felicidad. No me creo que esté aquí.
Me suelta, le sonrío mientras me seca las lágrimas. Me giro hacia Judith que está sonriendo.

-¡Sorpresa!- Dice desde la puerta.

-Estas aquí.- Le digo sin creerme que esté aquí. -¿Como que estás aquí?

-No es muy difícil de convencer a tu madre la verdad.- Dice bromeando.

Vamos en el coche camino a casa, lo miro mientras conduce, el me mira de reojo y sonríe dándome la mano. Miro a la carretera que está cubierta de nieve. Me gusta que haya venido para pasar la Navidad conmigo.

-Estas preciosa.- Dice pellizcando me suavemente la barbilla. Poso mi mano sobre su nuca y le empiezo a acariciar. -Te he echado de menos.- Dice sin quitar la mirada de la carretera, su mano pasa a mí muslo y me da un pequeño apretón.

-Y yo a ti.- Le digo sonriendo. -Me ha sorprendido verte aquí.

-Cuando me gusta alguien de verdad hago cosas así. No conduzco 15 horas para ver a cualquiera.- Dice mirándome. Esa mirada me volvía loca. -Brice va a hacer una fiesta de bienvenida para mí esta noche ¿Vamos?- Dice mirándome a la espera de una respuesta.

-Eres el anfitrión ¿No?- Le respondo, el ríe.

-Mas o menos.

Nos quedamos en silencio durante un rato hasta que rompo el silencio.

-¿Que tal por Nueva York?

-Bien, mucho trabajo la verdad. Pero estoy viviendo bien.

-¿Y los estudios? ¿Dejaste el bachillerato?- Le pregunto. Por lo que sabía de él, había repetido varios cursos y ya estaba en el último año de bachillerato.

-Clases online. Papá tiene varios contactos que me hicieron hacer clases online.- Dice mirando hacia la carretera.

Todo el trayecto transcurre en silencio excepto a veces que Christopher cantaba y tamborileaba con los dedos el volante y yo me reía mientras le decía que cantaba mal.

Llegamos a casa, el coge mi mochila y se la cuelga. Abrimos la puerta y la primera en recibirnos es mamá que viene corriendo hacia mí.

-¡Ludo! ¿Que tal por Texas? ¿Y tu hermana? ¿Está bien? ¿Le habrás ayudado?- Me bombardea a preguntas, no se percata de Christopher hasta que cierra la puerta. -¡Christopher! Que alegría verte. ¿Que tal por Nueva York?

-Bien. Mucho trabajo. ¿Está mi padre?- Dice intentando esquivar una conversación incomoda con mi madre.

-En su despacho.- Le dice ella.

Christopher se dirige al despacho de Mario sin antes dejar mi mochila justo a mi lado. Mamá y yo nos dirigimos al salón. Desaparece por la cocina mientras yo pongo Friends en la tele. Mamá aparece con dos tazas de chocolate caliente y un bol de palomitas. Corro hacia ella para ayudarla con las palomitas o sino se le caería. Nos sentamos en el sillón a la vez. Nos vemos casi toda una temporada entera hasta que mamá pone en pausa el capítulo.

-¿Que pasa?- Le digo.

-Nada... Hacia mucho que no hacíamos esto.

-Ya... Mamá... En verano...- Me dispongo a decirle pero aparece Mario interrumpiendo.

-¡Ludo! ¿Que tal te ha ido con tu hermana?- Dice con una sonrisa.

-Bien... Me voy a mi habitación que estoy cansada.- Digo con una excusa.

-Buenas noches cielo.- Dice mamá.

Subo a mi habitación con mi mochila, entro y cierro la puerta, dejo la mochila la lado de mi casa y me acuesto. Miro el móvil, tengo mensajes de Lluís. Le respondo sin ganas.

« Siento no contestarte, pero ha sido un día duro. Mañana quedamos. »

Apago el móvil e intento dormir.

Entonces, me volvió a besar. (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora