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-¿Llevas un muerto aquí dentro?- Bromea él, yo me río y le miro.

-Alomejor.- Le digo con una sonrisa.

Estamos de camino al coche que estaba en el aparcamiento. Cuando llegamos, yo me subo y Christopher guarda la maleta en el maletero. Sube al coche y lo pone en marcha, mientras conduce pone su mano en mi muslo, lo pillo varias veces mirándome de reojo.

-¿Que tal el vuelo?- Pregunta después de un rato de silencio donde solo se escuchaba la radio.

-Agotador, aunque las azafatas fueron muy majas.- Le informo. -¿Esta muy lejos el apartamento?- Le pregunto curiosa.

-Un poco ¿Por qué?

-Para dormir un poco.- Digo acomodándome, el se ríe y sigue conduciendo.

Duermo durante todo el trayecto, cuando llegamos, Christopher con cuidado me da pequeños golpes con su dedo indice en el hombro para despertarme.
Abro los ojos y lo veo sonriendo.

-¿Ya hemos llegado?- Digo algo adormecida y frotandome el ojo.

-Si, termina de despertarte.

Sale del coche para coger mi maleta del maletero. Me desabrochó el cinto y salgo del coche. Cuando me bajó, cierro los ojos por la claridad del sol, me pongo la mano por encima de los ojos para hacerme sombra. Christopher vuelve a donde estoy, se quita sus gafas y me las da a mí.

-Pontelas.

Yo me las pongo y le sigo cuando comienza a caminar. Andamos por unos minutos hasta llegar a un gran edificio, era más alto que los edificios que lo rodeaban.
Entramos en el gran edificio, portal era enorme y de color blanco, en las paredes estaban los buzones de color gris, un poco más al fondo se ven algunas puertas donde vivían las personas, también había una puerta donde se guardaban las cosas de la limpieza. En el fondo se encontraba el ascensor, nosotros nos dirigimos hacia él.
Christopher lo llama y cuando se abren las puertas entramos, pulsa el número 10 y se cierran de inmediato las puertas.
Mientras subíamos íbamos en silencio, yo miraba de reojo a Christopher. Estoy algo nerviosa, estar dos meses con Christopher a solas, nunca me lo imaginé. Christopher me mira y me sonrojo mientras aparto rápido la mirada.
Cuando llegamos a la décima planta, las puertas se abren y salimos del ascensor, sigo a Christopher hasta una puerta donde vivia el este año.
Mete la llave en la cerradura y abre la puerta, se hace a un lado para dejarme pasar a mí primero. Lo primero que me llamó la atención fueron las enormes ventanas, el sillón es de cuero negro y detrás hay una mesa para almorzar, a mi derecha se encontraba la cocina y a mi derecha un pasillo donde estaba el baño y las habitaciones. Vuelvo la mirada de nuevo hacia la cocina y veo que sale un chico alto de pelo rubio y ojos azules, no llevaba camisa solo un pantalón corto. Yo me sonrojo, el enarca una ceja al verme.

-¿Quién eres?- Dice mientras le da un mordisco a la manzana que tiene en la mano.

Christopher entra cerrando la puerta, levanta la cabeza y ve al chico.

-Joder Joe.- Dice él. -Ponte una camisa.

-Chris ¿Quién es ella?- Dice señalándome.

-Ella es Ludo. ¿Te acuerdas que te dije que se quedaba dos meses?- Le recuerda. Yo sigo callada en el mismo sitio mientras Christopher deja mi maleta a mi lado y el se va a la cocina.

-¡Ah! Ella es Ludo.- Se acerca a mí para darme dos besos. -Soy Joe, encantado.

Le devuelvo los dos besos y sonrío.

-Igualmente.- Le respondo.

Christopher asoma la cabeza para dirigirse a mí.

-Cielo, en el pasillo al fondo a la izquierda es nuestra habitación, coloca tus cosas.- Yo asiento y cojo mi maleta para ir a la habitación.

Entonces, me volvió a besar. (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora