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Christopher.

-¿Por qué no quieres ir?- Le digo a Ludo mientras se viste.

-Porque paso de que haya problemas.- Dice dándome la espalda.

-¿Problemas? ¿Por qué? ¿Piensas que me voy a meter en problemas? Sabes que esas cosas han cambiado, Ludo.- Digo algo enfadado pero intento controlarme.

-No es por ti, Christopher, lo digo por mí.

Dice finalmente, yo enarco una ceja ante su respuesta.

-¿Estas celosa de Sophia?

Ella se queda en silencio unos segundo, yo me apretó la cien y la vuelvo a mirar.

-Sophia solo es una amiga. Llevo hablándole de ti desde que he llegado.- Me acerco a ella, le doy la vuelta para que me mire. -Si piensas que me gusta estás muy equivocada, cielo. Yo solo te quiero a ti, y soy sólo tuyo. ¿Si?

Ella asiente con la cabeza, le doy un beso en la frente.

-Ahora, busca un modelito para esta noche.

Digo mientras salgo de la habitación.

-¡No he dicho que si todavía!- Dice desde la habitación, yo me río.

~~~

Llegamos a la casa, ayudo a bajarse del coche a Ludo, está preciosa. Lleva una falda negra suelta y un top blanco, va ligeramente maquillada, ni mucho ni poco, y el pelo lo lleva recogido en una coleta alta. Se ha puesto tacones, no muy altos, ahora me llega por encima de la boca.
Yo no voy tan arreglado como ella, llevo unos vaqueros negros y una camisa blanca metida en los pantalones, el pelo lo tengo engominado porque Ludo se empeñó en que fuera bien peinado.

Le cojo de la mano y caminamos hacia la puerta que estaba abierta. Nada más entrar, vemos una multitud bailando en el centro del salón, Sophia aparece y se nos acerca.

-¡Chris! ¡Has venido!- Doce dandome un abrazo, noto como Ludo se tensa. Sophia me suelta y mira a Ludo. -¡Al final has venido!- Le da un abrazo a Ludo, ella se queda un poco parada.

Se aparta y nos mira, sonríe y habla.

-Espero que os lo paséis genial. Y Ludo, estás muy guapa.

Ludo sonríe, Sophia se va y nosotras vamos hacia la cocina. Al llegar, yo le sirvo una copa a Ludo, ella la coge pero enarca una ceja.

-¿Que pasa?- Le pregunto cogiendo mi copa.

Ella analiza unos segundos su copa y luego me mira.

-¿Vas a beber?- Me dice finalmente. Me río y la miro.

-Tranquila, me he puesto refresco. No tengo ganas de beber, además, tengo que conducir.

Escuchar eso le relajó un poco, le da un sorbo a su copa y yo hago lo mismo pero sin dejar de mirarla.

Salimos a la pista de baile después de estar un rato con mis amigos y presentándola. Ha bebido lo suficiente como para estar ya algo borracha.
La observó desde el sillón, baila de escándalo, sus caderas se mueven al ritmo de la música. Solo se deja llevar, sonríe y no solo porque esté borracha sino porque lo disfruta, ella para y me mira.

Lentamente se acerca a mí y se sienta en mi regazo llevando mi boca a la suya, poso mi mano en su muslo frío.

-Vamos arriba.- Dice sonriendo junto a mi boca. Trago saliva nervioso, noto una presión en mis pantalones solo con escuchar esas palabras. Joder, ella sabe cómo ponerme solo con un par de palabras.

La levanto para llevarla a una de las habitaciones de arriba, subimos las escaleras y nos encerramos en la primera habitación que vemos. Yo me aseguro de que está cerrada con llave y cuando me doy la vuelta veo a Ludo en ropa interior. La presión que tenía en el pantalón cada vez es más fuerte. Rápidamente me acerco a ella, cojo su nuca y llevó su boca a la mía salvajemente, necesito su tacto. Nuestras lenguas se entrelazan como si de un baile se tratara.
La tumbo en la cama, me quito la camisa y me pongo encima de ella. Coloca sus delicadas manos en mi nuca y voy besándole el cuello y mordiéndole con delicadeza. Ella suelta gemidos de placer mientras entierra sus uñas en mi piel. Succiono una parte de su delicada piel, intento no hacerle un chupetón, se que no le gustan.

Voy bajando por su pecho dándole besos, paso la punta de la lengua por su estómago, mientras bajo voy quitándole sus braguitas de encaje. Una vez desnuda me coloco para pasar mi lengua por su parte más sensible. Cuando lo hago, ella me coge del pelo sin hacerme daño, introduzco dos dedos dentro de ella para darle más placer. Ella arquea la espalda, yo coloco mi mano libre sobre su abdomen haciendo presión para que se colocase bien. Una vez que terminó vuelvo a subir, pero ella me pone debajo suya haciendo que ella tenga todo el control sobre mí, su boca se encuentra con la mía una vez más, pero cuando se separa veo que me mira pícaramente.

-Ahora me toca a mí.- Dice quitándome los pantalones.

Yo la ayudo para hacerle más fácil el trabajo. Ella se pone de rodillas delante mía y comienza meterse mi miembro en su pequeña y delicada boca. Yo suelto un gemido al notar su le gua, coloco mi mano en su cabeza para moverla de manera que me dé más placer, hago la cabeza hacia atrás de placer, en una de esas la miro y veo que me está mirando. Joder, si sigue así no aguantaré.

Cuando estoy apunto la paro cogiéndola y poniéndola debajo de mí y entrando en ella. Suelta un gemido fuerte de placer, sus uñas se clavan en mi espalda. Nuestras bocas se encuentran de nuevo pero esta vez salvajemente, muerdo su labio mientras gime con más fuerza.
Con cada envestida que le doy más le gusta, joder, ella sabe cómo moverse de la manera en la que me gusta .

Bajamos al salón después de estar arriba. Sophia nos ve y sonríe.

-¡Hey! ¿Donde os habíais metido? Os llevo buscando toda la noche.- Dice acercándose mientras contonea sus caderas.

-Ludo tenía que ir al baño.- Miento.

Sophia sonríe mirándome y luego a Ludo.

-Veniros al jardín, estamos jugando.

-No creo que sea buena idea...- Digo pero Ludo me corta.

-¡Vamos!

Me coge de la mano y me arrastra hacia el jardín. Allí hay una pequeña hoguera con gente al rededor. Ludo y yo nos sentamos al lado de un chico rubio que no conozco de nada, en frente mía está Chuck, un compañero de Sophia, un capullo en concreto, nunca ame ha caído bien. Las demás personas son conocidas del trabajo o gente que he conocido por Joe, entre ellos está él.

Sophia se sienta al lado de Tim, uno de sus miles de rollos.
Me mira y luego a Ludo.

-Chuck ¿Has traido lo que te pedí?- Dice mirándole.

Chuck saca de su chaqueta un porro enorme, yo frunzo el ceño al verlo. Me temía esto, dejé el tema de las drogas cuando me arregle con Ludo y no quiero volver a tener problemas por esas mierdas.
Sophia se prende el porro y coge humo, unos segundos después lo suelta. Mira a Ludo con una sonrisa pícara.

-Ludo ¿Fumas?- Joder, sabía que le preguntaría.

-No, lo siento.- Dice ella, le agarro de la mano.

-¿Te gustaría probarlo?

Me tenso al ver las intenciones de Sophia, apretó el puño intentando relajarme cosa que es imposible. Veo que Ludo duda si en decir que sí o que no. Me acerco a su oreja.

-No estás obligada a hacerlo.- Le susurró, le coge de improvisto y sobresalta un poco.

-Venga, solo una calada.- Dice Sophia, noto como la rabia va aumentando dentro de mí.

-Sophia déjalo, no quiere.

-¿Que pasa? ¿Sigue siendo una niña?

Dice. Mierda, la ha cagado. Miro a Ludo, tiene el ceño fruncido.

-Dame el porro.- Dice ella decidida.

Sophia sonríe victoriosa, ella se levanta y le pasa el porro. Ludo lo coge aún dudosa. Yo la miro con algo de enfado, ella me mira de reojo y, decidida, le da una calada. Tose pero se le pasa, le pasa el porro a la persona de su lado y me vuelve a mirar, se asusta un poco por mi enfado. Venir ha sido una mala idea.

Entonces, me volvió a besar. (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora