~Vulnerable~

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El tiempo puede volver a un hombre más vulnerable, puede ser más débil ante ciertas acciones, más si de un niño lindo y caprichoso se trataba. No solo se encargó de volver más blando a Enji, que el tiempo le permitió amar una ves más.

...

Una semana ya había pasado desde que Hawks había entrado sin permiso a la vida del empresario N°1 Todoroki Enji. Se la pasó visitándolo toda la semana a su querido Todoroki-san, el cual ya estaba acostumbrado totalmente a la presencia del menor, aunque seguía pensando que de ciertas formas, el niño no dejaba de ser una molestia. Los empleados del edificio ya conocían un poco más el paradero del joven, aunque algunos insinuaban que era la pareja del Jefe aún no se confirmaba eso, pues no solo ellos no sabían que era el niño para el Jefe, sino que el mismo Enji no sabía aún que es lo que Keigo era para él, ¿Un amigo? era raro pensar en eso, no lo veía así, pero seguía en sus dudas.

...

- Enji-san~ cuando podré ir a tu casa? - pregunta el rubio acostado en el sofá del mayor, mientras comía un pastel que le pidió a una empleada del edificio.

- Para qué quieres ir? solo molestarás a mis hijos- responde serio, sin despegar la vista de los papeles  que organizaba y sin esperar una respuesta seria por parte del niño.

-Vamos Enjiii, podríamos llevarnos bien, no seas malo- dice con un puchero y ojos semi llorosos.

A pesar del truco barato que utilizaba para intentar convencer al mayor, no iba a caer más de 10 veces en esa trampa, además no entendía por que quería ir a su casa, aunque de no hacerlo no dejaría que este insistiera, era bastante molesto. Miró la hora y eran las 5:30 y solo le quedaban un par de hojas que entregar, llamó a una secretaria para que se llevara estos y así poder irse, estaba cansado de ver papeles ya.

- Jefe Todoroki, buenas tardes, en qué puedo ayudarle?- pregunta con formalidad una mujer bien arreglada, en tono coqueto con la mirada pícara posada sobre el mayor, sin embargo esta notó una presencia molesta a su lado, y pronto frente suyo, era el rubio el cual la observaba molesto, hasta que en un momento se levantó estirando sus brazos y yendo donde Enji.

- Toma estos papeles, entrégalos por mí, dí que me iré a casa temprano, estoy cansado- mientras decía esto, el pollito de Enji se encontraba abrazando su espalda mientras veía como le entregaba los papeles a la mujer de en frente, si bien el gran empresario no se inmutaba con la presencia del niño tras de el, la mujer no pudo evitar sentir rabia contra el mocoso, sabía lo que hacía y qué planeaba, pero la impotencia era absoluta, se limitó a despedirse, dar una reverencia e irse. Mientras que Keigo seguía abrazando a Enji quien solo le dedicaba una sonrisa, que cualquiera que no lo conociera pensaría que es una mueca.

-Vamos, deja de molestar - safándose del agarre del joven, trata de agarrar su saco pero otro abrazo inesperado lo interfiere - qué te pasa ahora? - no entendía muy bien, si bien este siempre le daba afecto, ahora era un poco raro.

- Enji, me quieres?- soltó sorpresivamente y con algo de capricho en sus palabras, el mayor se quedó inmóvil pensando, no porque no supiera que decir, sino porque no sabía lo que sentía, para él, todo era raro, más no entendía que es eso a lo que denomina "raro", no se sentía mal con eso, es más, estaba bastante a gusto con ese sentimiento. Los días que pasaba con la presencia de ese mocoso interfiriendo a la fuerza en su vida, en su aburrida rutina, haciendo que pensara en cosas sin sentido, respondiendo preguntas extrañas y escuchando historias nuevas todos los días era molesto, pero no se sentía mal con ese tipo de molestia, estaba a gusto pero solo con la molestia de ese chico. Entendió un poco más, aunque sea un poco lo que sentía, luego de unos segundos de estar mudo ante la pregunta, el joven se desprende de él asumiendo una respuesta la cual no era la que pensaba, pero fue golpeado por unas palabras que no esperaba en absoluto.

*El niño mimado del Jefe* (EndeHawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora