*El niño mimado del Jefe* (EndeHawks)

Quién es esa mujer?

Yo no he podido defenderte, no he podido cuidarte como debí, ni hablarte como quería, yo.. lo siento, no estoy ahora en tu mundo y tu tampoco en el mío, este hombre es todo lo que tengo y tú...todo lo que alguna vez tuve pero no merecí tener.

....

Lunes - 6:30 a.m

Los rayos de luz se adentraban a la gran habitación en la cual yacía el pelirrojo Enji y su pareja, Keigo, los ojos del mayor se abren con dificultad mientras visualiza poco a poco su entorno con cierta pereza y molestia, común en él por las mañanas. A su lado se encontraba un pequeño rubio quien solo se encontraba con una gran remera la cuál era suya, mientras estaba hecho bolita debajo de su brazo, como si de un pequeño pollito se tratase. Enji lo observa unos minutos, aquella tranquilidad que le brindaba el pequeño era lo suficientemente satisfactoria como para quitarle de encima esa molestia matutina de todas sus mañanas, se levanta cuidadosamente mientras vuelve a arropar entre las sábanas a Hawks, colocándose unos pantalones sueltos, sus pantúflas esponjosas, regalo de sus hijos por cierto, y se dirige a la cocina para preparar el desayuno. 

Al llegar a la cocina nota que el menor de los hermanos se encontraba allí también, pero no solo él, sino que estaba acompañado de Tokoyami quien se posaba tranquilamente en la mesa mientras comía un pan junto a Shoto quien tomaba tranquilamente un té con tostadas. Alzó una ceja el mayor mientras tomaba paso en aquella sala, okey, a penas empezaba el día y era bastante raro, pero decidió ignorarlo.

- Papá, hiciste mucho ruido anoche, como está papi Hawks?- Shoto lo miraba sin expresión alguna mientras Tokoyami también dirigió su mirada al mayor, esa ave no era normal.

Enji, por su lado, quedó helado en el lugar mientras se servía el café, mierda, al parecer ni siquiera en su habitación podían tener intimidad, tragó duro mientras se daba vuelta tratando de verse imperturbable a la vista de su hijo para así contestarle.

- Hijo... eso no te incumbe, come rápido y saca a ese pollo de la mesa- Enji lanza fríamente mientras sale de la cocina para agarrar unas tostadas, colocarlas en una bandeja y dirigirse a su habitación dejando a Shoto y a Tokoyami viendose extrañados.

Ya en su habitación, coloca la bandeja en su mesa de noche mientras se sienta nuevamente en la cama y mueve levemente al rubio quien ni por casualidad parecía querer levantarse, eran ya las 6:50 y en 10 minutos su alarma sonaría, debía estar en su Universidad a las 8 y el pelirrojo debería llevarlo. Luego de un par de intentos más, la alarma del menor sonó, despertándolo así, aquel maldito aparato era un interruptor de encendido para ese mocoso.

Keigo vio a su lado a su querido pelirrojo, serio e imponente como siempre, sonrió levemente mientras se sentaba con cuidado en la cama y apoyaba su cabeza en el brazo del mayor, lo había visto sin remeras pocas veces, y esta era una de ellas, se veía tan malditamente bien, cerró sus ojos y sintió un leve rubor en sus mejillas, era inevitable. Enji coloca en sus piernas una bandeja con un café con leche caliente y unas tostadas recién hechas, mientras él tomaba por su parte un café cargado y amargo, su favorito.

- oh~ Gracias cariño y buenos días- Se separa de su brazo para verle al rostro y dedicarle une sonrisa tierna, el pelirrojo solo le dedicó sus típicas muecas que el pequeño amaba, acarició su cabello mientras lo veía comer y sentía tanta tranquilidad que podría morir, estaba bien? no, no todo estaba bien.

....

- Bien, cuídate, no te vayas solo luego de clases, vendrán a buscarte y te llevarán a mi oficina- Enji estacionaba el auto mientras el rubio tomaba su bolso y asentía para así bajarse de este, era un lujoso auto que era poco probable que pasara desapercibido por el resto, así que la mayoría de los alumnos que por ahí pasaban observaban como el pequeño sol de la U.A bajaba de este.