♡Nuevas amistades♡

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Esa noche fue inolvidable para ambos, ya que habían pasado muchas cosas en un sólo día.
Después de bailar, Yudith invitó a Erick a su departamento, para que él pudiera cambiarse la ropa mojada, así que ambos regresaron al departamento casi a las once de la noche, y como Yudith no tenía ropa de hombre, tuvo que prestarle su ropa más ancha a Erick.

— Erick lo siento pero no tengo ropa de hombre, así que ¿O la tomas o la dejas? -dijo Yudith riendo mientras le daba la ropa a Erick-.

— ¿Es encerio? -rió-.

— Si, ¿O acaso prefieres enfermarte? Si quieres puedes ir a tu casa -dijo Yudith riendo-.

— No, no, está bien, no quiero enfermarme. Pero, ¿Me tengo que poner este buzo rosa si o si? -dijo Erick mientras sostenía el buzo-.

— Es lo más grande que tengo, ¿O prefieres un buzo más pequeño? -dijo Yudith aguantando la risa-.

— Retiro lo dicho, me voy a cambiar.

Yudith le mostró a Erick dónde quedaba el baño, y él entró, pero por alguna extraña razón estaba tardando mucho en salir. Mientras tanto Yudith ya se había terminado de cambiar, así que fue a ver porque Erick tardaba tanto.

— Hey Erick, ¿Por qué no has salido aún? ¿Estás vivo? -dijo Yudith casi riendo-.

— Prométeme que cuando salga del baño no te reirás de mí. -dijo Erick nervioso-

— Si, si, lo intentaré, pero sal ahora.

Erick abrió la puerta lentamente, y Yudith al verlo no pudo contener la risa, puesto que se veía muy tierno, aunque con los pantalones cortos se parecía a Dora la exploradora. Solamente le faltaba una peluca.

— Hey, dijiste que no te ibas a reír de mi.

— Yo dije que lo intentaría. Además me río contigo, no de ti. -dijo Yudith riendo-.

— Me veo bastante bien ¿No? -dijo riendo-.

— Si, digamos que eres la versión hombre de "Dora la exploradora", aunque te falta la peluca de pelo corto. -rió-

— Hey, ¿Cómo voy a ser Dora? Ni siquiera soy de baja estatura.

— Como tú digas, pero de ahora en más te pondré "Dorito" como apodo. -dijo Yudith entre risas-

— Estoy seguro de que jamás olvidarás ese apodo -dijo Erick riendo-.

— Si tienes razón, es que te queda perfecto. Por cierto, dormirás en el sofá, y ahí te dejé unas mantas para que puedas taparte.

— Gracias. ¿Te digo algo? Me siento como en una pijamada, aunque nunca he estado en una -rió-.

— Yo tampoco, pero si quieres podemos mirar alguna película, después de todo la noche es joven. -dijo Yudith riendo-.

— Esta bien, pero ¿Qué película elegimos? -preguntó Erick-.

— Cualquiera, aunque no estaría mal una de acción o misterio. ¿Te gusta ese género de películas?

— Si, me encantan, entonces vamos a mirar una acción. Tengo una en mente que creo que te gustará.

— Mucho mejor, así nos ahorramos tener que buscar películas. Vayamos al sofá.

Yudith dejó secando la ropa de Erick en un tendedero, y ambos fueron al sofá, mientras que Erick ponía la película que había dicho.
Para Yudith la película era bastante entretenida, pero antes de terminar de verla le ganó el sueño, y se quedó completamente dormida.
Erick se percató de que Yudith estaba dormida, así que apagó la televisión, y como no quería despertarla la acomodó en el sofá, y luego la tapó con las mantas, mientras él se acomodó a su lado quedándose dormido.

A la mañana siguiente Yudith despertó en el sofá dándose cuenta que se había quedado dormida, pero al no ver a Erick miró hacía todos lados y encontró un papel que decía:

"Querida Yudith, seguramente te estés despertando tarde, como solías hacerlo, así que tomé mi ropa y te dejé el encantador trajecito de "Dorito" en un costado del sofá. Aunque seguramente te moviste demasiado, y ahora la ropa debe estar en el piso.
En fin, gracias por la maravillosa noche.

Ps: Hoy estaré trabajando en la empresa, así que luego te llamo.
Te amo.

                          Con amor, Erick"

Al terminar de leerlo Yudith no pudo evitar reírse, y a la vez sentir ternura por aquellas palabras, pero al instante fue interrumpida por el ringtone de su celular, el cual provenía de su habitación.
Yudith dejó la nota en la mesa, y fue a buscar su celular a la habitación, y rápidamente contestó la llamada.

— ¿Hola? -preguntó Yudith-.

— Pensé que me llamarías en algún momento, pero me quedé esperando como una tonta.

— Disculpa ¿Quién eres? -preguntó confusa-.

— ¡Soy yo!

— ¿Quién es yo?

— Oh vamos, ¿No reconoces mí voz? ¿Ya te olvidaste de tu compañera de trabajo, y además tu nueva amiga?

— Ah, ya sé quién eres, lo siento, no te reconocí -rió Yudith-.

— ¿Hoy estás disponible cierto?

— Eh, si, ¿Por qué? -dijo dudando-.

— Perfecto, entonces hoy va a ser noche de chicas, además no tuviste tu "fiesta de bienvenida" en tú departamento.

— ¿Fiesta? ¿Noche de chicas? ¿De qué hablas? -preguntó Yudith confundida.

— Hoy voy a tu casa con una amiga, así tenemos noche de chicas, ¿Qué te parece? -preguntó Magui-.

— Bueno, creo que no es una mala idea, pero nada de alcohol, porque mañana tengo que ir a la Universidad.

— Está bien, mándame la dirección de tu departamento.

— Okey, pero no se pierdan -dijo Yudith riendo-.

— Tu tranquila, llegaremos en casi media hora. Te veo allá, ¡Adiós!

Al terminar la llamada, Yudith se puso a ordenar la casa rápidamente, y luego se cambió su pijama por una ropa igual de cómoda.
Tal y como dijo Magui, llegó en media hora a la casa de Yudith junto con otra chica. Tocaron el timbre y Yudith las hizo pasar.

— Hola chicas

— Hola Yudith, te presento a Caro -dijo Magui señalandola con el dedo-.

— Hola Caro, mucho gusto, espero que podamos ser buenas amigas -dijo Yudith estrechando su mano-.

—Yo también espero lo mismo -dijo Caro con una sonrisa-.

— Bien chicas, ¿Tienen algo pensado para hacer? -preguntó Yudith-.

— Obvio Yudith, eso no se pregunta. Primero comencemos por ir al súper en mí auto, y vamos a comprar lo necesario para una pijamada divertida. -dijo Magui animada-

— ¿Entonces qué esperamos? ¡Vamos por comida! -dijo Yudith decidida-.

— ¡Vamos! -gritaron todas felices-.

La vida de Yudith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora