La boda

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Ya en el camino al Gran Hotel Palace, Yudith les explicó el plan a todos, y luego continuaron la charla.

— Magui, ¿Esta vez compraron vino? -preguntó Yudith-.

— Si, ¿Por qué?

— Será perfecto para el plan, así que cuando bajemos del auto baja el vino. -dijo Yudith-

— Está bien, espero que no sea lo que estoy pensando -dijo Magui-.

— Por cierto Yudith, ¿Hace cuanto lo conoces? -dijo Caro apuntándo a Jack con el dedo-.

— Desde hace un buen tiempo, es un amigo.

— ¿Entonces me lo regalas? -dijo Caro bromeando-.

— Vas a ponerlo nervioso -Yudith rió-.

— ¿Y qué nos cuentas del prometido de la boda? No nos habías dicho nada de tu romance -dijo Magui-.

— Bueno, él se llama Erick, es un hombre divertido, que me gustaba desde hace tiempo, y después de años regresó a Francia, así que volvimos a estar juntos. Pero los demás detalles ya se los contaré otro día -dijo Yudith mirando la hora en su teléfono-.

— Ya veo, espero que todo el plan resulte a la perfección. -dijo Magui-

— Magui, ¿No puedes ir más rápido? Ya son casi las 7 pm, estamos tardando demasiado. -dijo Yudith nerviosa-

— Ya revasamos la velocidad promedio, así que ya no puedo ir más rápido. Debes tranquilizarte. -dijo Magui-

— Maldición, ¿Por qué la boda tenía que ser en un lugar tan lejos? y aún nos falta medio camino hasta llegar allí. -dijo Yudith mirando por la ventanilla del auto-

— No te preocupes, te prometo que llegaremos. -dijo Magui-

— Si, eso, tú tranquila Yudith. Además no creo que sean tan puntuales. -dijo Caro tocando el hombro de Yudith-

— Si, tienen razón. Llegaremos cueste lo que cueste. -terminó de decir Yudith-.

Al cabo de media hora llegaron al Gran Hotel Palace, y estacionaron el auto en un rincón de la entrada.
Pudieron notar que ya casi no había gente en la entrada, y eso indicaba claramente que los invitados ya estaban adentro, al igual que la novia, puesto que había un gran auto nuevo, lleno de listones en la entrada.

Yudith estaba impaciente, y podía ver a los guardias a la entrada como supuso, por lo que el plan ya estaba en marcha.

— Okey chicos, ya saben todo lo que tienen que hacer ¿Cierto? -preguntó Yudith-.

— Tú tranquila Yudith, déjalo en nuestras manos, ahora ve a esconderte antes de que te vean. -dijo Jack-

Yudith rápidamente fue a ocultarse entre medio de unas cajas en la entrada, y se quedó allí en silencio.
Mientras tanto Magui sacó la botella de vino del auto, la abrió, y se la dió a Caro.
Rápidamente Jack comenzó a simular una discusión con Magui y ambos comenzaron a empujarse.
Por otro lado Caro simulaba intentar separarlos, mientras ocultaba la botella de vino abierta en una bolsa marrón.

— ¡¿Acaso eres imbécil? ¿Cómo pudiste?! -dijo Magui-.

— ¡¿Acaso estás loca? No me vuelvas a gritar de nuevo o te golpearé! -dijo Jack-.

— ¡¿Qué esperas maldito loco?! ¡Vamos, hazlo si te crees tan hombre! -dijo Magui empujando a Jack-.

— Ahora Jack, hazlo -dijo Caro en voz baja-.

Jack empujó a Magui un poco más fuerte, y ésta cayó al piso simulando golpearse la cabeza, y Caro al instante tiró el vino al piso, debajo de la cabeza de Magui simulando un sangrado.

— ¡Oh rayos, no! -gritó Caro-.

— ¡Guardias vengan por favor! ¡Ayuden a mí amiga, se está desangrando! -gritó Caro-.

Los guardias notaron la conmoción, y fueron corriendo a resguardar a Magui, mientras que ella mantenía los ojos cerrando, tratando de verse inconsciente.
Caro ocultó el vino atrás de ella. Jack sólo quedó mirando casi quedando en shock, y Yudith aprovechó que los guardias dejaron al descubierto la entrada y entró corriendo al lugar.
Al parecer el plan había salido a la perfección con los guardias de la entrada.

Tras cruzar dos puertas, Yudith vió por la comisura de otra puerta a Erick en el altar sosteniendo la mano de su prometida Kaily, así que entró al lugar de la ceremonia y comenzó a gritar, consiguiendo la atención de todos.

— ¡Erick no lo hagas! ¡Por favor! -gritó Yudith entre lágrimas-.

Erick miró a su prometida, y luego miró a Yudith con ojos de tristeza, aún sosteniendo la mano de Kaily.

— ¡¿Ves esto Yudith?! ¡Ya sabes lo que significa! ¡Debes irte ahora! -dijo Erick mostrando sus manos entrelazadas con las de su prometida-.

— ¡Si, lo veo Erick, pero eso no quiere decir nada! ¡Tú sabes lo que ambos sentimos y eso jamás lo cambiarás!

— ¡Debo hacer esto Yudith, es mí deber, ya no puedo regresar atrás!

— ¿Quién es ésta cualquiera Erick? ¿Qué hace irrumpiendo nuestra boda? -dijo Kaily señalándo a Yudith-.

— Ella es..

— ¡Vamos Erick dile, dile que me amas a mí y no a ella! -gritó Yudith interrumpiendo a Erick-.

— ¡Por dios Yudith, no hagas esto más difícil de lo que ya es! -gritó Erick dándole la espalda-.

— ¡Guardias! ¡Saquen a ésta cualquiera de aquí inmediatamente! ¡¿Acaso les pago para que cuiden el aire idiotas?! -gritó la madre de Erick enojada-.

— ¡Lo sentimos señora! -dijeron los guardias-.

Los guardias tomaron a Yudith de ambos brazos y se trataron de sacarla, pero les era difícil ya que ella oponía resistencia, mientras gritaba.

— ¡Erick no! ¡Yo te amo! ¡Escucha tu corazón, y recuerda las promesas! -gritó Yudith mientras era sacada a la fuerza-.

La madre de Erick indignada con lo que estaba pasando se acercó a los guardias y les dijo algo al oído. Al terminar de susurrarles, la madre se acercó al altar y se mantuvo en pie al lado de Erick.
Los guardias rápidamente se llevaron a Yudith y el padre continuó la ceremonia.

— Ahora continuemos, usted señorita Kaily, ¿Acepta recibir a Erick como esposo, promete serle fiel
en la prosperidad y en la adversidad,
en la salud y en la enfermedad,
y así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida? -preguntó el padre-.
 
— Si, acepto -dijo Kaily-.

— Bien, y usted señor Erick, ¿Acepta recibir a Kaily como esposa, promete serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

— Vamos Erick, ¿Por qué tardas tanto? -dijo Kaily preocupada-.

— Yo, yo..

La vida de Yudith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora