¿Amigas al fin?

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Todas se fueron en auto al súper, y en el viaje las tres parecían congeniar bastante bien, y rápidamente comenzaron a generar confianza entre ellas en ese mismo momento.

Al llegar al súper, bajaron y lo primero que hicieron fue agarrar un carrito, y a Yudith se le ocurrió una "gran idea", así que se metió dentro del carrito, Magui se subió atrás, mientras que Caro, iba moviendo el cortito como loca desde atrás.
Luego fueron metiendo comida al carrito, y como Magui y Caro querían subirse al carrito fueron cambiando lugares a cada rato.
Y como siempre, la diversión nunca dura por mucho tiempo, casi a la hora de estar corriendo por el súper con el carrito, las chicas fueron frenadas por un guardia de seguridad.

— Chicas no corran por todos lados encima del carrito, es contra las reglas. -dijo el guardia enojado-

— Oh lo lamentamos -dijeron la tres al unísono-.

— Además ya están bastante grandecitas para que un guardia las tenga que estar retando. ¿Acaso no les parece inmaduro? -preguntó él-.

— ¿Acaso escuché bien? ¿Inmaduro? -dijo Yudith acercándose a él enojada-.

— Si, ya son adultas, así que no tendrían que estar correteando por ahí como niñas pequeñas.

— Disculpe señor, pero usted se equivoca, no hay edad para divertirse y hacer locuras. Acepto que hicimos mal en correr por ahí con el carrito, pero no está mal divertirse de vez en cuando. Además eso no significa que seamos inmaduras ¿O no chicas? -dijo Yudith mirando a Magui y Caro-.

— Exacto -contestaron ambas-.

— Me da igual, si no quieren que las eche, dejen de jugar como niñas -dijo el hombre mientras se iba-.

— ¡Ay, viejo amargado! -gritó Yudith-.

— ¡¿Cómo me dijiste?! -gritó el guardia dándose la vuelta-.

— ¡Vámonos chicas, corran! -gritó Caro-.

Magui agarró el carrito, y todas se fueron corriendo a pagar las cosas que habían puesto en el carrito para llevar.
De tanto correr se quedaron exaustas, pero eso no impedía que siguieran haciendo locuras.
Luego de guardar las bolsas en el auto, todas se subieron y fueron camino al departamento de Yudith.
Pero en el camino vieron un Shopping que se estaba inaugurando, así que frenaron el coche y fueron allí.

Al entrar, vieron que habían muchos juegos, e incluso estaban haciendo una competencia en la cual se podían ganar muchos premios.
Como a las chicas les llamó la atención la competencia decidieron participar, pero Yudith notó que la competencia estaba patrocinada por una empresa con un nombre extraño, y rápidamente se percató de que empresa se trataba. Era nada menos que la empresa "Magic Mirror", en la cual trabajaba la familia de Erick.
Yudith miró más detenidamente a su alrededor y vió una multitud aplaudiendo, así que dejó a las chicas en la competencia, y se asomó a ver porque había tanto revuelo.
Entre medio del revuelo Yudith vió a la madre de Erick, y en un momento hubo un choque de miradas entre ambas.
Mientras la madre de Erick caminaba y saludaba a la gente, se fue acercando a Yudith poco a poco, y cuando ambas estaban frente a frente, la señora le susurró algo a Yudith.

— Ya sé que estás saliendo con mi hijo, pero esa relación no durará mucho tiempo. Al parecer hay algo que aún no sabes de Erick. -susurró la señora y se marchó entre medio de la gente-.

Yudith quedó desconcertada, y no sabía si creer o no en las palabras que aquella mujer le había dicho, después de todo era una arpía, y nunca le había caído bien Yudith.
Al instante, Yudith sintió que alguien le tocó el hombro, y cuando volteó eran Magui y Caro.

— Hey Yudith ¿Qué pasó? ¿Donde te habías metido? Te estábamos buscando, y al final no entramos a la competencia-dijo Magui-.

— Ah, eh, lo siento, creo que me perdí buscando el baño. -dijo Yudith tartamudeando-

— Está bien, pero ¿Cómo explicas esa cara de shock? -dijo Magui-.

— Magui ¿Te acuerdas que te dije que nada de alcohol hoy? -preguntó Yudith-.

— Si claro ¿Por qué?-respondió Magui-.

— Bueno, ahora creo que no es una mala idea, así que vamos a comprar un buen vino para compartir, ¿Que les parece? -dijo Yudith-.

— Está bien, pero lo dejaremos para la noche -dijo Caro-.

— Okey, ahora vamos a buscar un buen vino por este shopping. ¡Vamos chicas! -dijo Yudith-.

Las tres fueron a buscar el vino por el shopping, y finalmente encontraron uno a buen precio.
Luego regresaron al auto, y se fueron al departamento de Yudith.
Al llegar, las tres comenzaron a comer algunas frituras, y preparaban galletas para merendar, y mientras esperaban que las galletas se cocinaran, Yudith comenzó a preparar capuchinos.
Luego de un rato, las galletas salieron un poco quemadas, pero aún así las comieron mientras se reían del gran desastre que habían dejado en la cocina.
Entre risas y carcajadas terminaron de merendar, y ordenaron la cocina.
Ya había llegado la noche, y Caro se encargó de pedir pizzas. Al esperar un buen rato, el delivery llegó con las ricas pizzas, entonces las chicas pusieron una alfombra en el balcón y se sentaron a mirar las estrellas.
Magui se encargó de abrir el vino, y Yudith alistó tres copas de vidrio.

— Bueno chicas, nosé como me convencieron para hacer esta pequeña fiesta, pero me gustó mucho pasar este día con ustedes.
A veces es bueno dejar de pensar por un momento, y ponerse a hacer locuras un rato. -dijo Yudith sonriendo-

— Si, es bueno olvidarse del mundo por un rato -dijo Magui-.

— Espero que surjan más salidas imprevistas como éstas, y espero que nos reunamos más seguido. Además sería bueno que podamos tenernos más confianza con el tiempo, y quién sabe, tal vez seríamos tres amigas contra el mundo. -Caro rió-.

— Concuerdo contigo Caro, espero que seamos buenas amigas.
Ahora levantemos las copas chicas, y brindemos. ¡Arriba, abajo, al centro y adentro! -gritó Yudith, y luego bebió-.
Ahora intentenlo ustedes chicas, es divertido -Yudith rió-.

— Okey, okey, ahí te vamos querido vino. -dijo Magui riendo-

— ¡Arriba, abajo, al derecho y al revés! -dijo Caro riendo-.

— ¿Qué haces? -dijo Yudith y rió a carcajadas-.

— Me olvidé como era, lo sé soy un desastre -dijo Caro mientras reía-.

— Otra vez, todas juntas, pero vamos lento. -dijo Yudith levantando su copa-

— Okey, okey, ahora si estoy lista -dijo Caro levantando su copa-.

— ¡Arriba, abajo, al centro y adentro! -gritaron las tres al unísono-.

Esa noche las tres conversaron, comieron, rieron, pusieron música, y bailaron como locas, mientras saltaban en el sofá y luego en la cama.
De tantas locuras que hicieron esa noche, quedaron exaustas y se terminaron durmiendo entre las sábanas que habían tirado al piso.

La vida de Yudith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora