Continuando con la vida

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Cuando Erick llegó a Alemania, cumplió su promesa de hablar todo el tiempo con Yudith, y al principio todo era color de rosas más allá de la distancia, pero fueron pasando los meses, y todo cambió.

Erick dejó de escribirle a Yudith sin previo aviso, mientras que ella, aún sin perder las esperanzas, esperaba por lo menos un mensaje de él, o incluso que apareciera de nuevo en París, pero no fue así.

Yudith comenzó a sentirse una tonta por querer esperarlo aunque ya no supiera nada de él, e incluso algunas veces el dolor de extrañarlo la consumían, hasta llegar al punto de llorar, pero como dice el dicho; "el tiempo siempre lo cura todo".

El tiempo pasó y Yudith ya había cumplido 20 años, ahora era más madura que antes, y aunque todo el tiempo trataba de olvidar a Erick, no lo lograba, ya que era algo imposible para ella.
Por suerte, gracias al tiempo y el esfuerzo, Yudith cumplió su primera meta, que era encontrar un trabajo de medio tiempo para ahorrar y mudarse.
Trabajaba día y noche, mientras seguía estudiando en la Universidad, su vida no era nada fácil, y la adolescencia ya había quedado atrás. Ahora la vida de una adulta se estaba comenzando a formar, y las cosas que le esperaban a Yudith eran completamente inciertas.

Un día normal, Yudith regresó a su casa de trabajar, por lo que ya era tarde y estaba cansada, así que alistó sus cosas para la Universidad, y se quedó dormida en su escritorio terminando un trabajo de la Universidad.

A la mañana siguiente Yudith se despertó un poco tarde, por que la alarma no había sonado, así que se puso lo primero que encontró, agarró sus cosas, y salió corriendo disparatada sin desayunar nada. Al correr para tomar el bus se dió cuenta que se había olvidado su pendrive, en el cual tenía uno de los trabajos que entregaría ese mismo día.
Así que regresó a su casa completamente agitada, agarró el pendrive, tomó un vaso de agua y salió corriendo de nuevo, pero cuando corría hacia la parada, vió como el bus que tenía que tomar se iba.
Aunque Yudith quisiera alcanzarlo ya no podía, puesto que ya era demasiado tarde, por lo que no podía esperar a otro bus, así que siguió corriendo como pudo, y llegó a la Universidad completamente cansada.

Al llegar allí tomó un poco de aire y corrió a su salón, ya que su profesora no era una persona tan paciente que digamos.
Antes de entrar a su salón tocó la puerta, y luego ingresó, pero su profesora comenzó a regañarla sin preguntarle los motivos de su tardanza.

— ¿Si quiera puedes mostrar la cara apareciéndote a estás horas niña maleducada? Que estudiante más irresponsable, nosé cómo te pudieron admitir en ésta Universidad.

Mil disculpas por llegar tarde profesora, pero lo mínimo que podría hacer usted como buena docente, es preguntarme el "porque" de mí llegada tarde. Además usted sabe que yo soy una alumna responsable, y que siempre llego temprano, nosé que tiene en contra de mí, así que hágame saber lo que le molesta de mí por favor, ¿o es que acaso le gusta molestarme sólo por diversión? -dijo Yudith con respeto-.

— ¿Cómo se atreve a contestarme de esa forma alumna? ¿No le da vergüenza querer enseñarme a mí como ser docente? -dijo la profesora enojada-.

Discúlpeme profesora pero así funciona una conversación, usted me habla y yo contesto, ¿O se lo explico con manzanas? Y no, no me da vergüenza enseñarle a una persona mayor como usted, porque tal vez se le olvidó como ser una docente, y tengo que hacerle recuerdo de como hacer su trabajo. -contestó Yudith-

— Que niña más maleducada. Ten por seguro que a mí materia no la apruebas, en este momento ya estás reprobada, así que vete a sentar niña incompetente. Después de todo ni el director te quiere aquí.

Pero si ni siquiera vió mí trabajo, no puede hacerme ésto. No me importa con quién tenga que hablar, pero yo tengo derecho a presentar mí trabajo, porque hoy es el día de entrega, y ni usted ni nadie me va a rebajar. Además tengo derecho a presentar mí trabajo como cualquier alumno. -dijo Yudith con determinación-

— ¡UHH! -gritaron todos los alumnos del salón-.

En ese momento un profesor nuevo interrumpió, entrando al salón aplaudiendo.

— Hola alumnos, disculpen la interrupción, pero no pude evitar escuchar ésta conversación tan estupenda. -mirando a la profesora- Discúlpeme por interrumpir su clase profesora, pero ¿Cómo se llama está alumna con un vocabulario tan excelente?

— Se llama Yudith, y yo no le veo ningún buen vocabulario, al contrario, por eso acabo de desaprobarla.

— Discúlpeme profesora, pero por lo que escuché ésta alumna aún no presentó su trabajo, y además como nuevo vicedirector y profesor, estuve revisando los informes de cada alumna, así que déjeme decirle que Yudith es una fabulosa muchacha.

— No me interesa lo que piense, así que no se meta dónde no lo llaman profesor. -dijo la profesora enojada-

— Si usted tiene preferencias con sus alumnos es cosa suya profesora, así que si no quiere perder su trabajo dejé que su alumna presente su trabajo ya mismo. -dijo el profesor tomando asiento en una silla-

— Está bien, pero esto no se quedará así. -contestó la profesora completamente enojada-
-mirando a Yudith- Ahora alumna párese al frente, ponga su pendrive en la computadora, y presente su trabajo.

Está bien profesora. -dijo Yudith sonriendo-

Rápidamente Yudith colocó el pendrive en la computadora de la profe, y comenzó a explicar su trabajo. Al terminar de explicar su trabajo, todos sus compañeros se levantaron junto con el profesor, y le aplaudieron por el grandioso trabajo que presentó.
Luego sonó el timbre y la profesora, agarró sus cosas, le dijo la nota final a Yudith, la cuál era un 10 gracias al profesor que la había ayudado, y la profesora se retiró enojada.

El profesor emocionado, se acercó a Yudith para felicitarla.

— Explendido trabajo alumna Yudith, la felicito, siga así, y no deje que ningún profesor la rebaje nunca.

Gracias profesor, si no fuera por usted, no hubiese podido presentar mí trabajo, creo que esa profesora me odia, siempre me hace lo mismo. -dijo Yudith contenta-

— ¿Y por qué no le ha informado de esto al director? -preguntó el profesor desconcertado-.

Créame que lo hice, pero a nadie le importa lo que le pase a los alumnos como yo. El director siempre que me ve me termina echando de su despacho, así que no puedo hacer nada. -dijo Yudith cabizbaja-

— Ah con que incluso el director es corrupto. Tú no te preocupes, yo te ayudaré con gusto si así lo quieres.

— ¿Encerio? Wow muchas gracias, pero ¿cómo los enfrentaremos a todos? Después de todo estamos hablando del director.

— Eso déjamelo a mí, hablaré con los inspectores del Consejo escolar, y les llevaré las pruebas que acabo de sacar. -dijo el profesor decidido-

— ¿Pruebas?

— En mí adolescencia pasé lo mismo que tú, así que ya me sé algunos trucos, por eso grabé a la profesora mientras te rebajaba, y hace rato tuve una charla con algunos otros profesores, así que mañana firmaremos un papel para sacar al director de su cargo.

¡Al fin un profesor realmente decente! Y eso que hoy es su primer día.

— -riendo- En realidad vine hace una semana atrás, y ví como era la situación en ésta Universidad, así que me puse al día desde la semana pasada. Ya nos reuniremos de nuevo el miércoles alumna, porque si vamos a ir hasta el final para terminar con ésta corrupción necesito su ayuda como testigo.

— Si profesor, cuente conmigo. Por cierto profesor, olvidé preguntarle su nombre, que desubicado de mí parte, disculpe.

— No se preocupe alumna, pronto estaré dando clases en su salón, si no me despiden, claro, así que nos veremos más seguido. Soy el profesor Iraola Omar.

Antes de terminar su charla, fijaron horarios para encontrarse el miércoles en la Universidad, y luego Yudith se despidió del profesor yendosé a su casa completamente emocionada, ya que era la primera vez que un profesor se ponía de su lado.

La vida de Yudith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora