Capítulo 13: EL TANQUE

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CAPÍTULO 13

EL TANQUE

Cuando vamos de camino a la feria, ya es completamente de noche. Las estrellas brillan entre la oscuridad del cielo nocturno, iluminando levemente la pequeña senda sin asfaltar que nos conduce al lugar donde se ubican las atracciones.

A medida que nos vamos acercando, comienzo a notar la presencia que me sigue a todas partes. Esta vez, no es acogedora ni cálida, sino que me proporciona cierto nivel de malestar y angustia. Sobre todo la noto cuando Kenneth y yo nos cogemos de la mano, para evitar tropezar con alguna piedra entre las sombras. Es extraño, porque a pesar de que sé que debe haber algo paranormal por el hecho de ser capaz de sentirla, no me asusta.

Estoy confundida. No voy a mentir, comienzo a sentirme bien con Kenneth cerca. Es guapo y agradable, y me ha demostrado que por el momento, puedo confiar en él. Es la persona más cercana de la que dispongo. Sin embargo, en contraposición, otra parte de mí espera a alguien más. No creo que le guste a Kenneth, pero aun así, no es él el que debe gustarme a mí. Es extraño... y perturbador.

Sacudo la cabeza y me deshago de los pensamientos tan raros que se me pasan por la mente.

—¡Aaaah!—grita Victoria por detrás.

Todos nos volvemos hacia ella y en medio de la oscuridad, nos percatamos de que se ha caído al suelo. Mi primer instinto es agacharme para ayudarla, pero cuando hago el ademán, se me adelantan.

—¿Estás bien?—Lena entra rápidamente en acción, levantándola. Con un solo movimiento de brazo, la levanta rápidamente. La chica es realmente fuerte.

Puedo ver entre la claridad que la luna nos proporciona un riachuelo de sangre que desciende desde la rodilla de la muchacha hasta su sandalia.

—Creo que sí.

Kenneth me suelta la mano y se acerca a ellas, preocupado. Se acuclilla, pero no puedo distinguirlo bien, pues está muy oscuro.

—Tienes una piedra clavada en la herida—anuncia, y al parecer, la toca, haciendo que Victoria se vuelva a quejar.

—Ahora mismo la curo—decide Archie.

—No, no...—Kenneth lo detiene, y hay un silencio algo misterioso en el cual creo que se intercambian susurros—. Tengo vendas en coche.

—Eso es estúpido—exclama Steve, casi gritando—. Que la cure ya, y así nos marchamos.

—El estúpido aquí eres tú—le recrimina Lena, como si el chico tuviera que sobreentender algo que quizás ya hayan hablado antes.

—No discutamos, por favor.—Kenneth se pone el brazo de Victoria sobre sus hombros—. Iremos al coche a curarla. Archie vendrá con nosotros. Volveremos enseguida.

Kenneth se marcha con Archie, Lena y Victoria, y yo me quedo con los demás. Elijah se queda mirándolos durante unos segundos, como si pretendiera ir tras ellos para ayudar a curar a su novia, pero finalmente, no lo hace. Todos echan a andar hacia la feria y yo los sigo, intentando no quedarme atrás. Hay un momento en el cual Poppy se gira hacia mí y me espera, para que camine a su lado.

—¿Dónde queréis montaros primero?—inquiere Poppy.

—Yo casi que prefiero fumar un poco antes de que vengan los otros—dice Steve—. Cuando vuelva Kenneth, nos prohibirá a todos los cigarrillos. Es un aburrido cascarrabias—gruñe, y después, se dirige hacia Zack—. Lo siento, tío, pero es lo que pienso.

Zack se encoge de hombros, fingiendo indiferencia, pero sé que no le ha gustado ese comentario.

Cuando llegamos a la feria, me quedo embobada mirando todas las luces parpadeantes y coloridas que desprenden las atracciones. Kenneth tenía razón: es preciosa y hay una noria a la que merece la pena subir.

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⏰ Última actualización: May 29, 2020 ⏰

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