𝐃𝐑𝐎𝐖𝐒𝐄 ━ Nikki Sixx & Axl Rose

XXIV. Nobody's Fool

«I count the falling tears
They fall before my eyes
Seems like a thousand years
Since we broke the ties
I call you on the phone
But never get a rise
So sit there all alone
It's time you realize
I'm not your fool... »
–
Nobody's fool, Cinderella

—¡Hey, Jud! ¡Ya ven acá y termina de contarle a las chicas la historia de cómo te encontramos! —gritó Jamie sacándome de la intromisión de mis pensamientos tras colgar el teléfono.

—Los muy idiotas formaron una banda sin guitarrista. Una idea brillante por cierto —ironicé mientras encendía un cigarrillo y así traté de volver a distraerme de vuelta a la reunión—. Encontraron el anuncio en el periódico, y el resto... Bueno, aquí nos ves.

Así continuaba la pequeña celebración-reunión del estudio, con un par muchachas que les acompañaban, junto a un reducido grupo de personas que jamás podría recordar. Ocurría que la llamada me había quitado cualquier ánimo de sociabilizar aquella noche, por lo que me volvía esquiva ante cualquier tipo de conversación, así que de nuevo decidí apartarme por algunos momentos para poder procesar aquella amarga llamada.

—No estaba muy contento por la canción, ¿eh? —preguntó el bajista apoyándose en la pared cerca de la entrada junto a mí.

—La odia. Siente que lo ridiculicé —repliqué tras un suspiro cabizbajo.

—¿Invirtieron roles? Pensé que él era quien hacía eso en la relación —bufó dándole un sorbo a su botella de cerveza—. No me malinterpretes, adoro a Nikki como músico, pero como persona...  Deja mucho que desear. Solo expresaste tus sentimientos de la manera más indirectamente directa del mundo. Eres valiente por hacer eso, no deberías porqué lamentarlo.

—Supongo que puede irse a la mierda —me encogí de hombros para intentar minimizar su importancia.

—Recuérdame nuevamente, ¿por qué nunca pueden terminar?

—Es más complicado que solo terminar, Rob...

—Claro que no. Deberías darle oportunidad a otras personas en su lugar, ni siquiera te haz dado el tiempo de considerar otras opciones.

—¿Cómo tú por ejemplo? —chisté por lo bajo.

—Claro que no, tengo una novia genial desde hace meses y la amo. Melissa, es estupenda, deberías conocerla —abrí mis ojos en señal de sorpresa, lo cual se extendió al luego señalarme con la mirada a Axl, quien entraba despistadamente al estudio—. Como a él me refiero.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté caminando hacia él—. Qué sorpresa. ¿Te invitaron?

—No. Estaba cerca, sabía que tu estudio es el de EMI, y... Quería felicitarte por lograr el top diez, y traje esto —me extendió un pequeño ramo de rosas rojas que escondía tras su espalda—. Si sientes que es demasiado cursi me detendré en este momento.

—Nunca sé cómo responderte —ruborizada por el gesto, rasqué mi nuca y besé su mejilla en forma de saludo para luego recibir las flores—. Gracias. ¿Debería empezar a acostumbrarme a esto?

—No es ni una pequeña parte —me sonrió provocando un enrojecimiento mayor en mejillas, gesticulación que desconocía de mí por completo.

—¡Axl! Ese es tu nombre, ¿no? —exclamó el baterista desde el círculo para intervenir en el momento, no sé si para mi ayuda o para mi perjuicio—. ¿Quieres pasar a beber con nosotros? Ya que Jud jamás te invita pero siempre habla de ti.