XV. Teenage Dream

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«Surprise, surprise
The boys are home
My guardian angel
Run down my telephone
The heats on, mister
Can't you hear them scream,
What ever happened to the teenage dream?»

T- Rex, Teenage Dream


14 de Febrero, 1986

Aquel año fue la primera vez en que nos encontrábamos de gira por mi país natal, Inglaterra, por el cual no sentía más que un ligero resentimiento por las experiencias vividas en el pasado. ¿Cómo no hacerlo? Era volver a revisitar las viejas y grises calles tan ingratas que me vieron crecer e intentar sortear mi suerte como músico adolescente, pero ahora con la facultad de poder enrostrarles que aquella adolescente lo había logrado cruzando el charco. Y mierda que lo había hecho. Con Loveless Red habíamos conquistado con creces la escena continental y ahora apostaríamos por una gira europea que recién comenzaba y que traía consigo -como siempre- tanto la destrucción como la autodestrucción. Este era el comienzo de mi 1986. Abróchense los cinturones y disfruten del recorrido.

Nuestra primera fecha de la gira con Mötley Crüe sería en Hammersmith, en Londres, lugar en donde solía fantasear que serían mis conciertos una vez lograra triunfar como guitarrista. Recuerdo que el primer show que presencié en vivo allí fue Queen en el 79', un día después de Navidad. Ese fue el día que perdí la cabeza con Brighton Rock, y bueno, con toda la imponente maestría y virtuosismo de una de mis bandas favoritas en escena. Fue una jornada de iluminación de cierta manera, pues Freddie Mercury fue quien me mostró indirectamente el camino hacia la cima y el que debería seguir. Dos días después en el mismo lugar vi a The Clash, y esa fue la confirmación de que mis ansias de hacer música eran la misión de mi vida y eso lo podía lograr sin tener que perder mi esencia desadaptada de paso.

Ansias de éxito en la industria de la música que nunca se ofuscaron, ni siquiera por la mierda que tanto tiempo me tragué tras huir de casa, y posteriormente alcanzara dicho éxito con la idea falsa libertad disfrazada de estrella de rock cliché en Estados Unidos que creía que tenía que cumplir... No obstante, allí me encontraba en pleno camerino con Nikki penetrándome por detrás minutos antes del espectáculo y con media botella de whisky en el cuerpo. Pero supongo que no te das cuenta de lo que logras, incluso si lo tienes inhalándote cocaína de puto trasero, hasta que todo eso ya no está.

Sixx me tenía apoyada contra la pared mientras con vehemencia me embestía una y otra vez, haciéndome aferrar contra aquella superficie y clamando porque no se detuviera.

—Feliz día de San Valentín, cariño —me besó una última vez luego de recuperar el aliento tras haber eyaculado en mí.

—Feliz día, Sixxter —suspiré mientras recogía mis prendas del piso—. No sé qué haría en los tour sin ti.

—Yo viajaría a dónde sea con tal de follar de esta manera, eso es seguro —susurró contra mi espalda mientras me ayudaba a abrochar de vuelta mi brasier—. Las giras sin ti no son nada como esto.

Sin poder contener una sonrisa por lo que había dicho, la disimulé de inmediato una vez me volteé para burlar con ironía.

—No tienes porqué seguir mintiendo, ya conseguiste que viviera contigo en tu ridículamente enorme mansión gótica.

—Nuestra ridículamente enorme mansión gótica —me corrigió con media sonrisa en sus labios luego de tomar asiento en el sofá rojo de cuero del camerino.

Nos vestimos sin prisa alguna, no sin antes sentarme en su regazo para retocar su maquillaje, asegurándome así de que no luciera más desprolijo de lo habitual.

𝐃𝐑𝐎𝐖𝐒𝐄  ━  Nikki Sixx & Axl RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora