XXIX. Bizarre Love Triangle

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1988 fue un año de nuevos amores y mejores expectativas que el pasado 1987, en donde tan fatídicos hechos que me llevaron a mí y a los que me rodeaban al extremo; algo que para esta nueva fecha esperaba no volver a cometer, y creía fielmente que sería así. Para comienzos de enero, una sesión de fotos nos esperaba a algunos de los principales exponentes de la escena musical de los 80's, enfocándose en gran parte en los bateristas, con una pequeña particularidad: Y es que Steven había fracturado su mano, y Fred, baterista de Cinderella le reemplazaría.

—Oye, ¿cómo estás? —le pregunté Adler en cuanto tomábamos asiento mientras estábamos a la espera de que llegara el resto de artistas.

—Duele a ratos, pero es el precio que tengo que pagar por ser tan torpe —se quejó levemente señalándome el yeso en su mano derecha—. Fue un ataque de imbecilidad.

—No, me refiero a cómo estás después de todo lo que pasó ese día.

—Bien, es decir, no lo sé —rascó su nuca con desazón—, fue algo traumático y ya todo está borroso. Pero bien, supongo. No es que sea tan amigo de Nikki como lo soy contigo, pero...

—Ya lo solucionamos. No hay rencores, estamos siendo adultos. Al fin —le sonreí posando mi mano sobre la suya—. ¿Los muchachos están bien? No tienes idea de cuánto extraño visitarlos.

—Sí, la misma rutina de siempre; beber, fumar, inhalar, inyectarse lo que haya. Aunque Axl está cerca de mudarse junto a Erin. Le convenció... —pero entonces su tono comenzó a apaciguarse a medida que daba cuenta de sus palabras— Oh, están juntos de nuevo. Lo siento.

—No es que haya sido mi novio o algo así. Lo intentamos, pero fracasamos terriblemente en el intento. Fue una lección —chisté y coloqué un cigarrillo entre mis labios—. Prosigue.

—Creo que esa era toda la historia. ¿Tú? ¿Estás bien con Tom? ¿Te trata bien?

—Solo han salido cosas creativas estando con él, y me sigue sorprendiendo el hecho de que pueda cantar y tocar así de increíble a la vez —reí—. Él es agradable, considerado, lindo... No me puedo quejar.

—¿Pero él te gusta?

—Claro que me gusta, no estaría con él si no —fruncí el ceño y encendí el tabaco—. ¿Por qué la pregunta? 

—No, solo preguntaba —negó.

—¿Qué es ahora?

—Porque te he visto cuando alguien te gusta... —torció su boca en una media sonrisa.

—¿Como por ejemplo... ? —me defendí de brazos cruzados—. Si esperas verme perder la cabeza de nuevo, sigue esperando. Además, yo no hago las cosas de relaciones convencionales con la jodida cursilería y el romance. Él es un amigo con el que puedo hacerlo, me acompaña y eso me basta. Eso es el «romance» para mí.

—Eso solo tú lo sabrás, Judy. Si dices que te hace feliz entonces me quedo con eso —se encogió de hombros.

—No voy a estar con Axl si te refieres a eso también —dije después de un rato de haber pensado la segunda parte de la respuesta.

—Nunca te pediría que estuvieras con Axl. Sé que tiene su lado bueno, pero su lado malo...

Así concluyó aquella conversación, dejándome nuevamente con la duda de aquél lado de Rose. No es que tuviera que preocuparme, ya que estaba convencida de no volver a coincidir románticamente con él, pero como siempre, me seguía intrigando el descubrir qué era aquello que todos parecían ver menos yo en las personas con las que me relacionaba en ese sentido. Afortunadamente, logré salir de dicho pensamiento gracias a la llegada de Tommy al estudio.

𝐃𝐑𝐎𝐖𝐒𝐄  ━  Nikki Sixx & Axl RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora