Dicen que polos opuestos se atraen, y que si juegas con fuego te quemarás, pero ¿que sucede cuando en vez de miedo sientes placer y deseo por comprobar si es cierto o no?
ADVERTENCIA:
Contenido:
↬ Escenas explícitas.
↬ Contenido sexual.
↬ Les ac...
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Los chicos se miraban el uno al otro, Yeosang aún seguía sobre el regazo de San quien tenía una de sus manos en la cintura del contrario y la otra que permanecía en su boca poco a poco la retiró. Ambas respiraciones volvían a su normalidad. San rodó los ojos al escuchar lo insistente que estaba Mingi. Yeosang solo permanecía mordiendo su mejilla interior derecha un tanto avergonzado y curioso del por qué Mingi insistía tanto en hablar con San.
San levantó el mentón de Yeosang con una de sus manos y besó este mismo con delicadeza. Bufó cuando escuchó que Mingi aún insistía en entrar.
—Acuéstate en la cama, y yo me deshago de Mingi ¿entendido?— Susurró San contra los labios del rubio dejando un casto beso en ellos.
Yeosang asintió. Levantó su cuerpo para tirarse en la cama y meterse debajo de las sábanas al punto en que solo parte de su cabellera rubia. Escuchó como San se alejó de la cama para caminar hacia la puerta y soltó un suspiro.
San caminaba molesto hacia la puerta, no solo le molestaba que lo interrumpiera sino también el hecho de que la mayoría del tiempo hiciera comentarios molestos hacia Yeosang. Abrió la puerta y le miró esperando a que dijera algo. El pelirrojo solo lo miró e intentó acercarse a él pero San dio un paso hacia atrás.
—¿Que quieres, Mingi? ¿Que es tanta insistencia? ¿No ves que Yeosang está dormido?— Apuntó hacia la cama donde el rubio estaba acostado.
Mingi rodó los ojos cuando nombró a Yeosang. —Yo quería estar contigo—. dijo sin dejar de mirarle a los ojos, pero sus ojos iban más allá del rostro del contrario, sus ojos iban hasta el rubio quien estaba sentado sobre la cama observando lo que sucedía. Mingi tomó a San de ambas mejillas y sus labios se estamparon contra los del pelinegro sin perder de vista al rubio quien solo bajó la mirada.
—¿Que mierda te sucede?— San lo empujó pea alejarlo de él. Sentía molestia y tensión al saber que Yeosang estaba ahí y pudo haberlos visto.
Mingi sonrió y luego cambió su semblante cuando San lo volvió a mirar.
—¿Que sucede? Antes no me alejabas así— respondió Mingi.
En un par de ocaciones los chicos habían tenido un enredo, pero todo bajo efectos del alcohol. San siempre le había dejado en claro que no se tomará nada enserio ya que arruinaría su amistad. Y hasta hace un mes Mingi estaba de acuerdo con eso, pero cuando Yeosang entró a la vida de San por alguna razón sintió celos hacia él. No solo porque el pelinegro se interesara por él, sino porque sus atenciones hacia él no eran las mismas ya que tenía tiempo enamorado de él, pero San nunca lo vio o se interesó por él como pareja.
—Porque ahora me interesa alguien más, y quiero algo serio con esa persona—. replicó San volteando a ver a Yeosang quien al parecer seguía acostado.
—Vamos, San. Tú no eres de enamorarte ¿a quien intentas engañar?
San estaba furioso por todo lo que había dicho y había hecho el pelirrojo. Sabía que estaba tomado, pero lo suficiente sobrio como para saber cuando decir las cosas.
