Una, dos, tres vueltas a la cama y el rubio no podía conciliar el sueño. Había transcurrido casi una semana desde que San había venido a ayudar en su cafetería. Esa vez fue la única vez que había tenido un acercamiento que no había sido por pelea. Se sentía extraño, sentía cierta atracción hacia él, y eso le provocaba una cierta inquietud en él. Uno, porque era un chico, era la primera vez que sentía atracción hacia una persona de su mismo sexo, y dos, solo había tenido acercamientos diminutos; ni siquiera lo conocía, pero al parecer ese chico poseía algo que provocaba que sintiera la necesidad de verlo. Era raro y complicado de explicar, gracias a eso no podía conciliar el sueño en tres días seguidos, el mismo se sentía raro. Soltó un suspiro, cerró sus ojos y sin darse cuenta pudo lograr quedarse dormido.[...]
En el otro lado de la cuidad se encontraba San entrenando en el mini gimnasio que tenía en su departamento. Con él se encontraba Mingi, eran mejores amigos, y compartían departamento desde que se conocieron, y ese momento fue cuando San apenas comenzaba a meterse en eso de las peleas de artes marciales mixtas. Mingi siempre había estado con él desde el inicio, se conocieron en el gimnasio ya que Mingi es muy amante de las peleas pero no para participar él, decía que era muy perfecto como para tener un ojo morado a causa de golpes; por esa misma razón él se dedicaba a administrarle las peleas. San le tenía mucho aprecio por haber creído en que jamás se diera por vencido en seguir su sueño de ser un reconocido luchador de la MMA (Artes Marciales Mixtas) aunque lo único que había logrado era participar en peleas ilegales, el sueño aún seguía ahí gracias a Mingi, y sí, era bueno y reconocido pero no nacionalmente.
Sus puños golpeaban una y otra vez el saco de arena que estaba colgado del techo. Solo llevaba puestos unos shorts deportivos, y unas zapatillas deportivas. Su torso se encontraba descubierto, por su bien definida espalda y marcado abdomen recorrían las gotas de sudor, al igual que su rostro, su cabello estaba empapado del mismo. Tenía uno hora golpeando ese saco de arena, no solo con sus puños sino también con sus pies.
—¿Sabes? El rubio no me da buena espina—. Soltó Mingi mientras se incorporaba junto a San sosteniendo el saco de arena para que se mantuviera firme.
San le miró rápidamente y rodó los ojos. —¿A que te refieres con eso?— Preguntó.
—Si, ¿no se te hace raro que solo fue aquella noche a golpearte? Quizás alguien lo mandó, ya sabes, tienes enemigos casi en toda la cuidad—. El pelirrojo apretó los labios, y soltó un suspiro.
San soltó una carcajada. Era la cosa más chistosa que había escuchado, de ninguna manera el chico era empleado de alguien más. Seguro lo sería si se tratara del traficante de café, cosa que no existía.
—No sé, algo me dice que solo te traerá problemas si sigue viniendo a las peleas, escuché que la otra noche te fue a buscar.
—¿A buscarme?— Frunció el ceño.
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Mist (Ateez ;; Sansang ;; SanxYeosang)
FanfictionDicen que polos opuestos se atraen, y que si juegas con fuego te quemarás, pero ¿que sucede cuando en vez de miedo sientes placer y deseo por comprobar si es cierto o no? ADVERTENCIA: Contenido: ↬ Escenas explícitas. ↬ Contenido sexual. ↬ Les ac...