Por muchos años Seokjin vivió entre un jardín marchito por el rencor y el dolor, su vida no era perfecta, perdió todo lo que tenía, hasta que sucumbió, afortunadamente conoció personas que lograron brindarle estabilidad y la comodidad que necesitaba...
Las últimas semanas han sido un caos, entre la finalización de la sede Japonesa y las juntas con los accionistas, estoy cansado hasta los huesos, pero feliz de saber que podré pasar tiempo completo cerca de mi familia.
Las cosas cayeron por su propio peso en el lugar exacto, pienso que para cuando Beomgyu llegue a casa, podré recibirle yo mismo.
Temía que recibiera las noticias por teléfono y no poder estar cerca para Jin de nuevo.
Afortunadamente su embarazo ha ido de maravilla y sin ninguna complicación, si las cosas salen a como el obstetra mencionó, nuestro precioso Beom estaría naciendo en Marzo.
Apenas es Enero, pero ya espero con ansias su llegada.
Soobin ha iniciado su primer año de escuela primaria y con ello han llegado más responsabilidades, cambios de horarios y demás que nos han dificultado mucho tener horarios familiares.
Sobretodo con la expansión de la academia de cocina de Jin, ahora que Jimin y Jungkook están cómo instructores han logrado llamar más la atención, Jimin ha abierto un curso de repostería y está teniendo mucha aceptación.
Mi avión aterriza justo a tiempo para poder pasar por Soobin a la escuela, he extrañado mucho pasar tiempo con él, por lo que, si me apuro, podemos comer algo antes de ir a casa.
Estaciono el auto justo cuando la campana suena, y a lo lejos veo a mi cachorro, ha reconocido el auto y está tan ansioso cómo yo de que nos encontremos.
Después de besos y abrazos lo llevo a comer, espero que Jin no se enoje por alimentarlo con comida rápida, pero la verdad es que mis habilidades de la cocina quedaron vetadas desde la intoxicación de Seokjin.
El tiempo pasa volando y cuándo me doy cuenta ya está cayendo la noche, Soobin me ha dicho que tiene que entregar una maqueta para el día siguiente y si no nos apuramos a llegar a casa probablemente sea imposible terminarla.
Por la mañana mi omega me ha dejado claro que llegara tarde por lo que le envió un mensaje preguntándole si ya ha llegado a casa, luego otro y otro, al parecer está muy ocupado porque no me contesta.
La noche cae rápidamente y con ella una enorme preocupación, cuando llegamos, la casa está completamente en silencio, por lo que no me molesto en revisar, sé que cuando Jin está en casa las luces están encendidas o hay movimiento en la cocina.
Tengo que comenzar con la maqueta de Soobin, hemos comprado algunos materiales, pero no creo que quede muy bonita, siendo sincero, mis habilidades motrices no son muy buenas y las manualidades se me dan fatal, pero haré ese esfuerzo por mi hijo aunque el cansancio me esté ganando.
He pasado las últimas horas tratando de armar el parque de juegos por el que me he decidido viendo tutoriales en internet, mis dedos están pegajosos por el pegamento y el banquillo en el que estoy trabajando no se sostiene, he llamado a Jin tantas veces que probablemente ya se ha hartado de mi.
Son más de las once, Soobin duerme sobre el sillón y me da envidia, quiero ir y dormir con él tal vez sea el día más largo que he vivido en todos mis años, mis ojos empiezan a lagrimear, no logro identificar si se debe al fracaso de la maqueta, a la frustración o al cansancio acumulado.
Escucho sonidos afuera, lamentablemente no es Jin quien llega, veo bajar a Yoongi de su camioneta y me desanimó aún más.
Han pasado algunos días desde la última vez que lo vi, con sus frecuentes viajes al extranjero es difícil encontrarnos.
La puerta se abre y yo muero de vergüenza, porqué, justamente que él me vea llorar por una tontería, me pone de peor humor.
–¿Namjoon?– Saluda.–¿Qué te pasa? ¿Ocurrió algo con Jin?– dice después de notar mis lágrimas.
–No, no, es sólo que Soobin tiene que entregar esta maqueta mañana y no puedo hacerla bien, aparte Jin ya ha tardado en llegar y me estoy empezando a preocupar y estoy muy cansado.
–¿Revisaste la casa?
–No…– Yoongi me mira incrédulo.
Sube las escaleras casi corriendo y después de un momento lo veo bajar con una carcajada contenida.
–Namjoon, todo este tiempo has tenido a tu esposo, literalmente, sobre tu cabeza.
–¿De que hablas? Cuando llegue las luces estaban apagadas, supuse que aún no había llegado.
–Está dormido, pienso que el embarazo drena todas sus energías, déjalo dormir, yo te ayudaré con esto.
Yoongi se sienta enfrente de mi y comienza a armar las pequeñas bancas, tal parece que es mejor en esto que yo.
Cerca de las tres de la mañana terminamos de montar todo, me he sorprendido por lo cómodo que me sentí platicando con él en el transcurso.
–Casi hemos acabado, no era tan difícil como parecía.– digo más relajado.
–Es porque lo estabas haciendo todo al revés, pero ya está, nada más falta poner todo sobre la base.
–Puedo hacer eso, si quieres ve a descansar– ofrezco, los viajes son cansados, él debe de estarlo también.
–De hecho, hay algo que quisiera preguntarte, sé que no nos hemos llevado muy bien este tiempo pero es momento de ponerle fin a esa frialdad entre nosotros.
–Tranquilo Yoongi, estamos bien, pero, ¿De que se trata?
–¿Crees que Taehyung quiera un bebé?
Me he ahogado con mi propia saliva, un bebé de estos dos, no me lo había planteado.
–A Taehyung le encantan los niños, estoy seguro que sería feliz con uno, pero la verdadera pregunta es si tu quieres tenerlo.
–Quiero estar seguro de dar ese paso, llevo mucho tiempo pensando en pausar mi carrera, estoy cansado de los viajes, quiero pasar tiempo en casa, aparte quiero hacer mi propia línea de ropa y no podré hacerlo si sigo modelando.
–Estoy seguro que podrás con cualquier objetivo que te propongas, si quieres un bebé y estás convencido deberías hacerlo.
–Tengo miedo de no ser un buen padre– dice mientras pega uno de los juegos en la base de madera.
–Criaste a Soobin junto con Jin, sé que no debo volver al pasado, pero en esta ocasión lo haré, la forma en que cuidas de los demás es muy buena, no temas, no hay un manual del padre perfecto, simplemente con el tiempo vas aprendiendo de tus errores, apuesto a que mi hermano y tu harán un excelente trabajo.
–¿Lo crees?
–Estoy seguro.
–Gracias Namjoon, no eres tan malo después de todo.
Una risa se escucha sobre nosotros y ambos nos avergonzados de ser atrapados en nuestro pequeño momento.
–¿Sabías que es de mala educación espiar conversaciones ajenas, Seokjin?– le grita un enojado Yoongi.
Los tres terminamos riendo, me gusta este estilo familiar.
Es verdadero.
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