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Ah... lunes. Tú sabes que todos te odian y sigues apareciendo. Bueno, tal vez la razón por la que el 99.99999% de la población humana odia los lunes es que es el día que marca el final de las súper micro vacaciones de dos días. No es tú culpa lunes, no. Es que también influye el hecho de todo el horario de estos dos haya sido cambiado de pies a cabeza.

A las 5:00 AM se levantan porque ahora hay un nuevo y grandioso problema. Romeo no es una persona tan pesimista (lo es bastante pero se niega a admitirlo), pero después de que todos sus horarios que comenzaban a las 8:00 dándole la posibilidad de dormir hasta las 6:15, ahora comienzan a las 7:15 AM. Romeo mucha veces tiene miedo de sus corazonadas, pero con ese mismo miedo cuando su roommate más pequeña llegó a casa el viernes a las 10:40 le preguntó sin muchos rodeos su nuevo horario.

Wendy se encogió porque no lo había detallado en el sofá viéndole como si fuese un mafioso que iba a sentenciar su muerte. En ese momento la peli-azul se preguntó por qué demonios estaba pidiendo su horario, de igual modo se lo dio. Romeo maldijo a todos los profesores de la institución y comenzó una pequeña planeación.

Ya que ahora Romeo y Wendy comparten casi el mismo horario, mucho más importante, entran todos los días a las mismas horas, tienen que coordinarse mejor en la cocina por las mañanas. Aunque Wendy le dijo que no era problema, que hiciese sus cosas a su ritmo que ella no estorbaría Romeo se negó y dijo que tenían que ser equitativos. Perdiendo al piedra, papel o tijeras, Romeo es quien tiene que levantarse más temprano para realizar sus cosas.

Cuando son las 6:00 AM se extraña de que Wendy no esté despierte. Piensa que no debería importarle porque no es su mamá para andar pendiente de su vida, por lo que lava sus platos y termina de arreglarse. Agarra el peine y comienza a luchar un poco con su cabello. Está tan largo que puede sentirlo en la nuca. Estresado, toma una de esas ligas que Gajeel le regaló cuando tuvo el cabello tan largo que le llegaba a los hombros, y se amarra una colita ordenando un poco su flequillo.

Mientras que Romeo se daba los postines del mundo, todos en casa de Lucy están en una pequeña vida a doble velocidad. Mavis despertó a las 4:45 AM para poder usar el baño y despertar a todos para repartirse tareas. Mientras dos se bañaban, el resto se encargaba del desayuno. Como Lily es un hombre duró menos de 10 minutos en el baño para ducharse, vestirse y salir como un príncipe de las tinieblas porque sus ojeras son gloriosas. Mavis le dice a Asuka que se bañe porque Lucy siempre dura mucho (una de las razones por la cual fue la primera en bañarse). La chica asiente y corre al baño.

Wendy sirve el desayuno de manera excesivamente equitativa ante ojos de Mavis y Levy, quienes le restan importancia. Mientras que la de cabello celeste va hasta su papá diciéndole que debe despertarse porque debe ir al trabajo picando su mejilla, papá Kuroda suplica por cinco minutos más. Lucy y Asuka salen casi al mismo tiempo del baño, por lo que terminando de comer Levy y Wendy son las siguientes en adentrarse en los baños del departamento. Cuando ellas terminan Juvia va a ducharse junto con el señor Kuroda.

Mavis muerde su pancito pensando en que debe comprar otros suplementos alimentarios porque están consumiendo muchas harinas. Cereal sirve. Mientras todos comen, Lucy pasa las fotos que tenía en la memoria de su cámara a la computadora porque olvidó hacerlo el día anterior. Sonríe un poco cuando encuentra su primera foto grupal decente, porque siempre salen feos cuando lo intentan.

— ¡Es hora de irnos! — Dice Levy cuando ve el número 6:45 AM en el reloj de la entrada de Lucy. Todos corren y toman sus pertenecías. Lily ayuda a Asuka con sus portafolios y a Wendy con su violín para poder correr hasta la parada porque papá Kuroda es pobre y no tiene carro, mucho menos una empleada de sueldo aceptable como Mavis.

— ¡Qué les vaya bien! — Gritan los dos mayores de la casa también preparándose para salir.

Mientras los jóvenes universitarios entre risas corren hacia la parada donde el autobús está llegando, pegan gritos de súplica porque no se vaya. El hombre les espera, sorprendido cuando el varón salta dentro del bus y ayuda a sus amigas a subirse mostrando sus carnets estudiantiles cuando ya están sentados y agotados a primera hora de la mañana. Se ríen de sus aventuras y sólo pueden concentrarse en el camino.

Sweet Chaos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora