Cuerdas

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Hay objetos que colecciona cada persona porque le recuerdan algo o alguien, yo colecciono cuerdas, cada una representa la fuerza de la unión con cada quien, desde mi familia hasta la señora de grandes cachetes que me vende las verduras en mi barrio, cuando me preguntan por qué lo hago, mi respuesta es la misma, siempre ha sido ella.

Ella me crió, me acompaño en los momentos difíciles y cuando compre el primer ramo de flores que le regalaría a la niña que me gustaba cuando tuve 14 años, sin ser mi madre fue quien lo dio todo por mi, aquella viejita que desde sus 65 años que se hizo cargo de mi cuando perdí a mis padres a los 10 años, ella era quien coleccionaba cuerdas, compraba una por cada persona que la vida le presentaba, cuando cumplió sus sagrados 80 años ya no podía salir sola a la calle y yo debía trabajar todo el día, en una pequeña compañía como asesor de ventas, ella solo tejía.

Muy delicadamente junto sus cuerdas y empezó a tejer con todas ellas y sin ninguna herramienta extra más que sus propias manos, yo siempre pensare que era toda una hazaña, primero parecía un mantel gigante,  pero pronto comprendí que eran las miradas de muchas personas, con distintas edades y expresiones, le tomo 3 años completar el tejido, en una tarde hermosa de verano, solo me lo entrego sin decir una palabra, esa noche ella sufrió un infarto y sus ojos grises como los de un gato jamás se volvieron a abrir.

Desde entonces yo también colecciono cuerdas y aunque soy consciente de que cuando llegue a mayor no podre hacer lo mismo que ella, al menos su recuerdo estará conmigo en esas cuerdas junto con las miradas de las personas que conocí.

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