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—¿Entonces estás diciendo que te acosa?— Kun no podía creerlo, el chico japonés que era crush de media universidad estaba acosando a su mejor amigo.

—Sabes que no me gustan los problemas Kun... Pero lo he visto siguiéndome... Siempre me escribe y me invita a citas, estoy asustado porque hasta cuando voy a casa siento sus pasos cerca y...—

—Deberías hablar con tú madre, con el director, mierda JungWoo debes hacer algo, esto es grave. — Yuta estaba al otro lado de aquellos casilleros.

Y su corazón dolía con ganas, ¿por qué JungWoo mentía así? Él no era ningún acosador, JungWoo le coqueteaba y ahora se hacia el desentendido.

—Lo haré Kun.— el coreano le regalo una sonrisa amplia al chino y lo vio irse, apenas segundos más tarde vio a Nakamoto pararse frente a él.

Oh, ¿había oído aquello?

—Acosador, dices.— se cruzo de brazos frente a él, la mirada de JungWoo no reflejaba absolutamente nada. —JungWoo te das cuenta de lo horrible que suena eso, tú eres el que viene a mí, ¿por qué mientes?— reprochó.

JungWoo ya no le parecía tan angelical.

—A veces me aburro.— JungWoo se acerco con lentitud hasta él, rodeando su cuello con sus delgados brazos, su perfume de frutos rojos embriagó a Yuta casi al instante. —¿Puedes jugar a ser mi acosador?— él buscó los ojos del japonés y Yuta no pudo negarse, no cuando sonreía de esa forma y estaba así de cerca. —Prometo dar buenas compensaciones. — acortó la poca distancia entre sus labios, iniciando un suave beso, Yuta estaba rendido, estaba perdido, así que solamente rodeo su cintura, acercándolo más a él.

Para poder besarlo y transmitirle lo mucho que lo amaba. Porque Yuta ama mucho a JungWoo y él sólo se aprovecha de ello.

—Kun es agradable me cae muy bien, aunque también es muy ingenuo, cree que soy un niño inocente y pequeño. — JungWoo comenzó a dejar pequeños besos por todo el cuello del más bajo, soltando pequeñas risas. —Si tan sólo supiera que ya me cogí a su novio.— rió con tranquilidad mientras Yuta reforzaba su agarre en su cintura, evidentemente molesto. —Pero tranquilo, ahora soy solamente tuyo. —

Oh no, ahora el infierno empezaba.

- ̗̀ʚᴏʙsᴇssɪᴏɴ;; ʏᴜᴡᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora