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El eco de los golpes resonó por toda la habitación, Nakamoto estaba golpeando con fuerza a aquellos dos imbéciles que tenían la tarea de hacerles pasaportes falsos.

—Es que en verdad no puedo creer que hayan sido tan estúpidos cómo para entrar en la casa de mi chico...— los dos hombres lloran, habían sido muy presionados con los papeles que creyeron que tener alguna documentación oficial haría las cosas más rápidas, pero no contaban con que la casa no estaba vacía.
—Se dan cuenta de lo que hicieron... ¡Malditos inservibles! Les haré pagar por lo que sus actos provocaron— Yuta soba sus sienes y se da la vuelta en aquella habitación, haciéndole una señal a sus propios matones, sale del cuarto y es entonces dónde escucha los gritos provenir de ahí.

La madre de JungWoo había sido atacada por su gente y no se los perdonaría, menos sabiendo lo que mal que le haría a su ángel.

Con un dolor de cabeza, entra a su auto y comienza a conducir al hospital.

Jungwoo suspira aliviado cuando Yuta le avisa que pronto vendrá, tuvo que insistirle a Jaehyun que se fuera y que estaría bien, los doctores habían dicho que no era nada grave afortunadamente

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Jungwoo suspira aliviado cuando Yuta le avisa que pronto vendrá, tuvo que insistirle a Jaehyun que se fuera y que estaría bien, los doctores habían dicho que no era nada grave afortunadamente. La policía también le hizo preguntas, pero realmente no hubo mucho que decir, no había visto nada sospechoso y los objetos de valor seguían ahí.

Cuando el japonés llega a la habitación observa a JungWoo sentado a lado de su madre. JungWoo estaba durmiendo y la señora dormida. Tenía moretones y la cabeza vendada, suponía había sufrido una contusión. Sin hacer mucho ruido entra a la habitación y toca suavemente el brazo de JungWoo.

—Yuyu... Dios te extrañé tanto.— JungWoo lo abraza con fuerza dejando salir los sollozos que había guardado casi todo el día.

El corazón del japonés se hace pequeño y se encarga de acariciar su espaldita, le murmura frases dulces y no lo suelta.

—Debes tener hambre mi amor, vamos a la cafetería te compro todo lo que desees y me cuentas todo, ¿Sí? Tu madre estará bien lo prometo.—

El castaño duda y voltea a ver a su madre, siente pena y su corazón se hace pequeño porque él pudo haberla defendido. Pero finalmente accede a salir junto a su novio quién lo guía hasta la zona de comida en el hospital.

No pide mucho, solamente un café y unas galletas de avena, está callado y aunque el japonés lo tiene abrazado él desea que quién lo consuele sea Jaehyun.

Y se siente mal por pensar eso.

- ̗̀ʚᴏʙsᴇssɪᴏɴ;; ʏᴜᴡᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora