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En los aposentos de Lucía siendo ya de noche, cerca de las ocho y media, la mujer se alistaba con un fino vestido de seda negra, ligeramente transparente que remarcaba sus curvas, así como sus pechos prominentes, expectante al momento en el que por fin saciaría sus insanos deseos con el lobo. Dos de sus sirvientes estaban con ella, uno de ellos era Baekhyun, quien la ayudaba a peinar su sedosa cabellera negra. La mujer hubo estado preparándose desde hace horas para ese momento, con el cuerpo lavado en perfume de rosas y su cabellera ondulada cayendo como una cascada hasta su media espalda. Sus labios teñidos de rojo eran seductores igual que sus llameantes ojos que incitaban al pecado.

—Traigan a Chanyeol aquí —ordenó la mujer haciendo un ademán con la mano.

Baekhyun palideció al escuchar el nombre de su destinado salir de los labios de su ama. El otro sirviente acató la orden rápidamente al reparar en la estupefacción del otro omega, entonces salió de la recámara en compañía de dos guardias que lo escoltarían a las celdas y a traer al alfa.

—Por favor, enciende los candiles de toda la recámara —pidió, ya que unos pocos faros estaban con luz cerca de su tocador.

Temeroso, el joven omega hizo lo que la mayor le pidió sintiendo el corazón martillear muy fuerte, tan desastroso como se sentía. El estómago le dio un vuelco al imaginar lo que dentro de esa recámara sucedería, era fácil de intuir conociendo que la mujer se hubo flechado de Chanyeol desde su llegada.

—Dime, Baekhyun, ¿es cierto que los alfas sangre pura están tan bien dotados? —cuestionó con descaro sin saber que Baekhyun conocía de primera mano la herramienta de Chanyeol.

—No lo sé, mi señora, nunca he estado con un alfa —mintió rogando por que su voz no temblara.

—¿Y te gustaría?

La pregunta lo tomó por sorpresa, aún más siendo que no deseaba volver a intimar con un alfa, no al menos tan pronto.

"No creo querer pasar por algo así de nuevo"

—Puedes quedarte y mirar, no me molestará tu presencia aquí.

Parecía que la mujer estaba muy entusiasmada por ser observada mientras un alfa la tomaba, tan morbosa como podía ser la situación para ella, era repugnante para Baekhyun. El pensar en Chanyeol intimando con una mujer, con otra persona que no fuera él, le destrozaba el corazón. Era su destinado. Suyo. Y aún así no lo quería ni cerca suyo ni de nadie más. Estaba asustado, temía del alfa, pero sus celos salían a flote instantáneamente y no quería que nadie se acercara a quien le pertenecía. Posiblemente estaba siendo irracional, aunque no podía evitar que esa parte saliera. Su animal hablaba en esos momentos, y quizás..., podría entender a Chanyeol.

—Prefiero darles intimidad.

Y la pregunta que torturaba su mente era, ¿lo haría? ¿Chanyeol lo haría?

Unos pasos fuera de la puerta y su subsiguiente apertura le indicaron que el lobo estaba aquí, acompañado del sirviente y de los guardias. El lobo esta serio, estoico, y aparentemente de muy mal humor. Sus miradas se encontraron, Baekhyun y Chanyeol viéndose a los ojos luego de una trágica noche, pero el pura sangre no pudo mantener sus ojos fijos en el omega, no cuando la culpa y la vergüenza lo consumían.

—Pueden retirarse —mandó la mujer e inmediatamente todos salieron.

Baekhyun se quedó parado fuera, con el corazón desbocado y doliendo por la inminente traición; sus ojos picaban y sus manos se hicieron puños. Si Chanyeol lo hacía, si se atrevía a tocar a la mujer, aquello sería mucho peor que haberlo tomado como un animal salvaje, que haberlo usado como un muñeco para satisfacer sus deseos. Esa traición podría terminar de matar su corazón.

Amor en la arena de Roma (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora