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Con el sudor cubriéndole la piel a causa del sol y el ejercicio, Chanyeol se dedicaba a golpear una saca colgada en un poste de madera. Sus ojos estaban centrados en el objeto y sus puños rojos se impactaban contra este sin medir la fuerza ni el dolor que le causaba. Llevaba así más de dos horas, sólo golpeando la saca como si la vida se le fuese en ello. Y posiblemente así era, después de lo sucedido hace dos noches con ese omega... su orgullo estaba algo herido por el rechazo que presentó el chico, y estaba disgustado, profundamente molesto por ello.

- No por ser parejas destinadas significa que vayamos a estar juntos -fue lo que le dijo antes de marcharse.

"Siempre esperé encontrar a mi pareja enlazada, y ahora... no sé qué resultó peor, si la espera o el rechazo"

El Señor de la casa Di Genova supervisaba los entrenamientos de los gladiadores desde el balcón superior de la casa, aquel que daba justo frente al campo de entrenamiento. Y, por supuesto, desde ahí tenía una vista privilegiada del esfuerzo que Chanyeol le ponía, y se sintió bastante complacido por ello.

- Tu nuevo peleador parece estar mejor preparado que cualquier otro.

- Es un alfa pura sangre entrenado en la arena.

- ¿Y cuándo piensas estrenar semejante adquisición en el Coliseo?

- He pedido una contienda con los gladiadores de su alteza, claro que, para ello, mi peleador deberá primero demostrar su valía en otras batallas.

Sin embargo, el hombre estaba seguro de poder llevar a Chanyeol las grandes batallas en el coliseo Romano, así mismo, estaba seguro de que el alfa le rendiría generosos réditos con varios ceros. Admirando el entrenamiento del alfa, se sintió bastante complacido y orgulloso de haberlo escogido.

En el campo apareció la esposa del Señor de la casa acompañado por el joven omega, su pareja; tal parecía que el chico era de sus sirvientes personales, quizás.

- Veo que te esfuerzas mucho, gladiador -elogió la mujer estando bastante cerca de Chanyeol.

- ... Hago lo que puedo -bisbiseó con molestia.

- Qué modesto. Aunque me parece que estás desfogando tu ira, ¿acaso estás molesto con algo, o alguien?

Chanyeol estuvo tentado a ver al omega, pero de antemano sabía que el chico le evitaba la mirada desde que llegó. Aún así, eso no funcionaría. ¿Qué ganaría con verlo? Nada, muy posiblemente sólo le dirigiese una mirada de desprecio, y Chanyeol ya tuvo suficiente de sus desplantes hace dos noches.

El alfa no le contestó a la mujer, en su lugar siguió golpeando la saca hasta que sus nudillos, estando tan sensibles y raspados, comenzaron a sangrar. Sus heridas no fueron obviadas ni por la mujer ni por el omega.

- Debes tomarte un descanso, ya te has hecho daño.

- Estoy bien.

- Esa es una gran mentira, nada más mirar tus manos... Baekhyun ve por bandas para sus manos.

- No -gruñó Chanyeol-. Estoy bien, no necesito nada.

- Pero-

Y dejándola con la palabra en la boca, Chanyeol dio vuelta y se encaminó a un pequeño pozo para tomar agua y enjuagarse las manos, quitando la sangre de sus nudillos, al menos hasta que el líquido carmesí volviese a salir de su piel. Advirtió de la presencia de Baekhyun a su espalda y quiso gruñirle para que se fuera.

- Necesitas cubrirte los nudillos o-

- Vete.

El omega sintió su corazón torcerse al oír tan contundente respuesta, claro que no le parecía del todo extraño.

Amor en la arena de Roma (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora