Capítulo 14

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Me latía el corazón demasiado fuerte debajo de la camisa, pero mantuve mi posición y observé como no separaba su cabeza de entre mis senos y la mano acariciaba mi espalda y subía raspando con los callos por la columna vertebral. Puse las manos  alrededor de su cuello y acaricié su cabeza. Me di cuenta que solo llevaba una camisa de tirantes, la ropa interior de encaje y los pantalones cortos.

-¿Que pasó con tu hermano...? — esas palabras las dije un poco insegura, ya que no sabía si era lo correcto preguntarle, pero el no pareció molesto, es más, parecía que quería contármelo con detalle.

Separó su cabeza, se levantó y se sentó a mi lado. Yo le observé la mirada triste.

-Mi hermano era un niño feliz y sano, estaba feliz con su familia y sus amigos. Pero mi padre abusaba de el, ya que Kyle es un chico muy sigiloso y hábil con la espada, y mi padre quería llevarle con el a la guerra, y quería que se separara de nuestra madre, de mi y de nuestra aldea la que tanto amaba. Mi padre siempre le obligaba a entrenar más de dos horas al día, y si fallaba en algo.., en algún simple paso o movimiento... —cada palabra le salía entrecortada por la tristeza y la rabia mezcladas como una sola—le daba una paliza. Y una vez yo fui a ayudarle, y le rajó el ojo. Por eso tiene esa cicatriz tan horrible  que recorre todo su ojo derecho. A él nunca le ha gustado luchar, pero desde lo sucedido, ha estado enterando para ser más fuerte, ya que mi padre le hacia pensar que era debil. Por eso quiere sorprendernos, quiere que veamos que se ha hecho fuerte y que ya no es el mismo de antes. Sigue siendo el mismo, solo que finge ser otra persona que no es. Todo por culpa de mi padre. Y yo soy el hermano mayor, y luchábamos juntos, y yo siempre le vencía, por velocidad y sigilo, lo que fuera, pero siempre acababa ganando contra el. Hubo una vez que me dijo que me odiaba y que un día me vencería en una pelea uno contra uno, y le tomé la palabra. Tanto como el prometió matar a nuestro padre. Y se que lo cumplirá, cueste lo que cueste.

Respiró hondo mirando al suelo y me sentí apenada.

- Yo solo me acuerdo de los nombres de mis padres, de sus aspectos, sus sonrisas, pero no recuerdo nada más...— me rasqué la cabeza— Pero si recuerdo una cosa. Mi madre por la mañana siempre nos preparaba un delicioso desayuno, las hojas otoñales cayendo en pequeños círculos sobre las calles de Nueva York cubriéndolas completamente. El delicioso aire impregnado de petalos de rosas. Cuando era pequeña dábamos paseos por central Park y yo chapoteaba sobre los charcos que formaban las lluvias frecuentes. Y mi madre siempre me perseguía y yo la salpicaba y nos reíamos juntas. Hasta que... Aparecí aquí, sin si quiera saber nunca nada más de mis padres de nuevo. Solo recuerdo cosas esenciales. Recuerdos.

Me empezaron a escocer los ojos de manera descontrolada

- Cuando mi padre me regaló mi primer skate. Lo recuerdo perfectamente. Era una tarde de primavera. Las hojas de los árboles estaban coloridas y brillantes y el sol estaba alto en el cielo, ilumamando los edificios de Nueva York. Era mi cumpleaños. Cuando me subí por primera vez me caí al instante de colocar un pie, pero cada vez fui cogiendole el truco y me acabó encantando. Tanto, que pasaba mis tiempos libres al aire libre montando en skate, haciendo trucos, volteretas. Una vez me caí de cara y me rompí la nariz—me reí— Y mi padre me curó. Yo... no he vuelto a saber nada de ellos, y les amaba mucho.

Rompí a llorar sin poder evitarlo. Me tapé la cara con las manos mientras temblaba y sollozaba. Sentí como Satter me cogía las manos y me tumbaba sobre la cama, con las manos por encima de mi cabeza. El estaba encima de mi, y me miraba con ojos intensos. 

-No estás sola... 

aflojó el agarre en mis manos y las soltó. Y yo me pegué a la pared y abracé mis rodillas y le observé.

- Cuando te besaste con mi hermano... Me puse celoso. Cuando te vi así de malherida, me destrocé por dentro, no soportaba verte sufrir. Te veía tan indefensa... el intentó acostarse contigo, ahí, sin importarle nada, y yo me puse celoso, y triste por otra parte. El otro día te toqué de esa manera porque quería sentirte cerca, quería sentir el calor de tu piel con la mía. Y no podía evitarlo. Cada vez que te miro siento que no tengo aire. Y siento que este sitio es muy pequeño para hacerlo correctamente.

Intenté no parecer sorprendida, pero tenia el corazón alocado.  Se me calentaron las mejillas.

- Yo.. siempre te he deseado.

Y entonces, sin avisarme, se lanzó de nuevo sobre mi y me besó con pasión, fundiéndonos en un lento y profundo beso.

Claire y el loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora