Day ninety / ninety-five

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Una tos hizo que Haechan se despertara rápidamente.–¿Estás bien?–Él se acercó a Heesook quien asintió levemente con sus ojos cerrados.

Hacía días que no podía dormir bien, estaba pendiente de ella, cuidando de que no le sucediera nada. Tenía unas ojeras notables pero eso no importaba ahora.

–Vuelve a dormir.–Heesook murmuró débilmente.

–Lo haré cuando tu lo hagas.

Las noches así se repetían seguido, Haechan cuidándola, Heesook durmiendo la mayor parte del día.

Donghyuck se sentó en la silla y recostó su cabeza en las piernas de Heesook acariciando el brazo de la misma.

Sooyoung y Solji pasaban a verlos por turnos, y siempre los encontraban igual. Jaehyun había ido para alegrarles el rato, Yeri dejaba comida para ambos de vez en cuando.

Era tiempo de chequeos para Heesook, Haechan se negaba a dejarla ir sola con miedo de que no volvería.

Heesook acarició su rostro.–Volveré lo más rápido posible, ya hemos hecho esto antes.

–Lo sé, solamente es que...

Heesook se quitó la máscara de oxígeno que tenía puesta para acercar sus labios a los de Haechan y callarlo.
Una lágrima se le escapó al muchacho, que se mezcló con su beso, un beso triste.

Heesook se separó rápidamente al sentir que se estaba quedando sin aire para volver a poner la máscara en su lugar. Haechan acarició su cabello oscuro, había perdido el brillo característico, todo ella había cambiado en cuestión de tiempo. Pero para Donghyuck seguía siendo lo más hermoso que sus ojos habían podido ver.

–Heesook.–La voz de Solji hizo que ambos dejaran de mirarse.–¿Lista? Hay que irnos.

–Volveré en un rato.–Murmuró ella.

Haechan asintió.

Solji se llevó a Heesook en una silla de ruedas con su mochila de oxígeno. La vio desaparecer por la puerta hasta que recordó algo.

–¡Heesook!–Llegó torpemente a la puerta sosteniéndose del borde.

Solji se detuvo y miró a Haechan, Heesook la imitó.

–¿Si?–Preguntó ella.

–¡Te amo!

Una sonrisa se escapó de Heesook provocando que sus ojos se escondieran.–También te amo.–Respondió.

Donghyuck se pasó las horas en la habitación, contando los minutos y segundos para que Heesook volviera.
Cuando escuchó la puerta abrirse de levantó de golpe de su cama, la vió entrar con Solji nuevamente, tal como se fue.

Corrió los pocos metros que los separaba y la envolvió en sus brazos, hundió su rostro en su cabello. Sus finas manos se envolvieron en su cintura.

–¿Ves? Te dije que volvería.–Heesook murmuró para él.

–Te extrañé.

El corazón de Heesook dolió al escucharlo decir eso.

–Ya estoy aquí, no hay nada de que preocuparse. ¿Quieres que juguemos a algo?–Preguntó acariciando su espalda lentamente.

Él negó. No quería jugar a nada, quería estar así, abrazado a ella. Ambos se dirigieron a la cama de Heesook. Donghyuck descansaba su cabeza en el hombro, sus brazos estaban envueltos en su cintura.–¿Donghyuck?

Al no recibir se movió un poco para verlo. Estaba profundamente dormido, sus labios estaban entreabiertos, luciendo tentadores para cualquiera.
Volvió a acomodarse bien, su mano derecha se dirigió a la mejilla izquierda de Haechan, dejando leves caricias allí. Sintiendo la piel suave del mismo.

I'll be your home → Lee HaechanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora