XIII

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La luz intensa del sol de mediodía se colaba por la ventana de la alcoba, parecía que la victoria lo hiciera brillar más que nunca. A los pocos segundos de abrir los ojos, Jaime recordó la noche anterior, mientras se miraban en la bañera disfrutando el uno del otro permanecieron en silencio, ambos tenían muchos pensamientos que ordenar antes de ponerlos en común. Se sonrió al recordar que por momentos olvidaba respirar, y había llegado a plantearse que estando con Brienne ya no lo necesitaría más, ni comer, ni dormir... pero una hora después, cuando el agua se había ido templando, su cuerpo le devolvió a la realidad y, tras meterse en la cama no tardó más de un minuto en dormirse, con Brienne apoyada en su regazo.

Cuando se despertó comenzó a ser consciente de su cuerpo, completamente dolorido. Se recostó de lado para observar a Brienne y empezó a creerse que estaba allí con él. Quiso despertarla, decirle que la quería, contarle todas las veces que se había imaginado aquello y que ninguna estaba a la altura de lo que sentía en ese momento, pero no quería interrumpir su merecido descanso. Decidió ir a buscar algo de desayunar, no sin antes avivar el fuego. Volvió con una bandeja llena de dulces, pan recién hecho, mantequilla, membrillo, leche, zumo, fruta y varias infusiones; no sabía cuál era su desayuno favorito, pero tenía claro que se lo iba a procurar.

Cuando Brienne se despertó se encontró con la mirada atónita del Lannister clavada en ella. Inspiró profundamente al oler el pan y sonrió.

-Buenos días.

-Buenos días.-La besó y notó cómo sonreía incluso antes de separar sus labios de los de ella.-Os he traído el desayuno.

-No hacía falta.-Brienne se incorporó mientras Jaime tomaba un dulce de la bandeja y se lo acercaba a la boca; Brienne rió al ver cómo él abría la boca inconscientemente. ¿Era real? ¿Estaba allí? Tras ese primer dulce Jaime puso la bandeja sobre la cama. Brienne inclinó la cabeza-¿No deberíamos hacer acto de presencia?

-La celebración terminó pasado el alba, apenas se ha levantado nadie, creo que hoy es un día libre, el primero en mucho tiempo para todos.

-Bueno...-Brienne tomó otro dulce de la bandeja.-Podría acostumbrarme.

Tras meditar unos segundos sintió que tenía que preguntarle algo. Había reprimido ese instinto durante todo el baño de la noche anterior, pero necesitaba saberlo; puso su mano sobre la mejilla de Jaime, acariciándolo suavemente.

-Jaime... ¿cuándo decidiste...?-Se había tornado seria-¿Cuándo empezaste a sentir algo por mi?

La tez de Jaime se relajó, había entrado en pánico durante unos segundos, tras la rudeza de la batalla se sentía frágil, como si todo lo que se había construido entre Brienne y él pudiera romperse con solo mirarlo, pero finalmente la pregunta no era para tanto, podía seguir soñando.

-En los baños de Harrenhal.

Ella se quedó perpleja, el primer recuerdo que le vino a la mente sobre aquel día era que Jaime la había visto desnuda, durante menos de un segundo intentó encontrar la forma de relacionar los dos hechos pero, actuando su boca más rápido que su mente, se lo preuntó.-¿Por qué?

Jaime terminó de masticar un dulce y contestó sin un atisbo de duda:

-Porque os conté lo que pasó en la Rebelión de Robert y me creísteis.-Hizo una pausa, Brienne no supo qué decir así que el león continuó-Cuando Ned Stark apareció empecé a ensayar mentalmente mi alegato, la historia que os conté, que era la verdad, y por aquel entonces yo aún me la creía. Pero El Lobo no me escuchó, al igual que el resto. Tras 17 años de comprender con una sola mirada que el juicio terminaba antes de empezar... la verdad se convirtió en un cuento, palabras vacías, sin significado, que yo me repetía para que no se me olvidara... pero ya era el matareyes, ya lo había aceptado,-Brienne tomó la mano de Jaime entre las suyas y él continuó hablando mirándolas fijamente-muchos creerían tener el título de persona que más odiaba a Jaime Lannister, y todos estarían equivocados, nadie me detestaba más que yo. Esa rabia me convirtió en el monstruo despreciable que fui, pero cada vez me envenenaba más, me odiaba por ser ese monstruo. Cuando os dije aquello sobre Renly...-levantó la mirada, sus ojos estaban inundados de lágrimas-me arrepentí nada más decirlo, me odié por ello.-Brienne se sentía estúpida por no haberse dado cuenta antes de cuán necesitado de amor estaba aquel Jaime roto en pedazos.-Pero no quiero entristeceros

FUCK LOYALTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora