-No sé si quiero ser caballero.
No se sentía cómoda mintiendo así, pero todos sentirían lástima si admitía que era lo único que siempre había deseado. Desde que pudo coger una espada, incluso antes, cuando su padre le contaba las historias de los antiguos caballeros que luchaban para defender al inocente, con valentía, con bravura, con honor. Pero dar lástima era lo último que quería, le dolía incluso más que cuando se mofaban de ella. Sus ojos inquietos se cruzaron con los de Podrick y se encontró con una mirada severa. Él lo sabía. No se lo había dicho nunca pero no hacía falta.
-No soy un Rey, pero si lo fuera os armaría caballero diez veces.
-No necesitamos un Rey.-Jaime se dio cuenta de que estaba celoso. A Tormund le gustaba Brienne y no lo había ocultado nunca, lo demostraba a su manera y lo vivía de la forma más natural que era posible, sin tabúes, sin miedo. Podría hacer cualquier cosa por ella y no tenía reparo en admitirlo. En ese momento Jaime comprendió que si no era un poco más como Tormund, si no actuaba, nada tenía sentido.-Todo caballero puede armar a otro caballero.-Brienne se cuestionó si realmente Jaime había sonado tan celoso como ella lo había oído. ¿Era posible? Sí, Tyrion conocía a su hermano y lo había notado. Jaime posó la copa de vino que se acababa de servir-Lo demostraré.-Brienne vio atónita como Jaime desenvainaba la espada.-Arrodillaos, Lady Brienne.-Y la miró. Y ella solo pudo sostenerle la mirada durante un segundo antes de sonreír irónicamente.-¿Queréis ser caballero o no?-Entonces volvió a mirarlo y él inclinó la cabeza.-Arrodilláos.
Lo que más había ansiado durante toda su vida estaba a punto de cumplirse, en la que podría ser su última noche con vida. El sentimiento de incredulidad que la invadió hizo que todos sus pensamientos se centraran en Podrick, la única persona allí presente que podía comprender lo que significaba para ella ser nombrada caballero. Lo miró con expresión interrogante y él supo que necesitaba una respuesta. Podrick asintió sutilmente y solo entonces fue consciente de que era verdad. Volvió a mirar a Jaime, el cual asintió también.
Se levantó y ante la expectación de todos los presentes miró a Jaime unos segundos, para finalmente acercarse a él. Tyrion se puso de pie, Podrick posó su copa y Davos se giró sobre su silla. El silencio se apoderó de la estancia, a excepción del crepitar del fuego en la chimenea, y el ambiente se tornó solemne.
Brienne se arrodilló.
Su corazón latía tan fuerte que podía sentirlo en la sien y pensó que, de no ser por la armadura, se le habría salido del pecho.
Vio como Jaime apretó un momento la empuñadura de la espada con su mano izquierda justo antes de levantarla sobre sus hombros y pronunciar las palabras:
-En nombre del Guerrero, os encomiendo ser valiente. En nombre del Padre, os encomiendo ser justa. En nombre de la madre os encomiendo defender al inocente.
»Levantaos Brienne de Tarth, Caballero de los Siete Reinos.
Hacía rato que Jaime había olvidado que no estaban solos en la estancia. La miraba con una admiración profunda, no conocía a nadie más noble en los Siete Reinos, nadie que se mereciera más aquel nombramiento. Cuando se levantó siguió sus ojos con la mirada, fascinado. Creía que si los miraba con atención podría verla por dentro, entender de dónde salía tanta fuerza. "Realmente hay Zafiros en Tarth" se sorprendió a sí mismo sumergido en ese azul intenso. No era la primera vez, era algo recurrente desde el momento en que Catelyn Stark había cruzado sus caminos, pero era la primera vez que veía a Brienne sonreír de verdad, sonreír con los ojos. Era lo único que quería ver el resto de su vida.
De pronto el aplauso de Tormund lo trajo de vuelta a la tierra, el salvaje los miraba emocionado y Podrick estaba lleno de orgullo.
Tyrion se unió al aplauso-Ser Brienne de Tarth, Caballero de los Siete Reinos.-Alzó su copa y los demás lo imitaron. Jaime alzó la suya hacia ella, el calor la inundó por dentro y las lágrimas resbalaron por sus mejillas.
Cuando la algarabía cesó, el grupo se volvió a reunir alrededor de la chimenea, pero Jaime abandonó la estancia. La mirada de Brienne se cruzó con la de Tyrion y éste señaló hacia la puerta con la cabeza, sugiriéndole que lo siguiera. Le hizo caso y salió al exterior, encontrando al mayor de los hermanos asomado entre dos almenas. Se puso a su lado y durante algo más de un minuto observaron la fortaleza, en cada esquina había grupos de gente aguardando la batalla. El silencio era el habitual entrada la noche, pero estaba enrarecido, no era lo normal con miles de personas despiertas, expectantes. Era un silencio que te hacía sentir incómodo, pero no entre ellos. Finalmente Jaime lo rompió.
-Nunca os había visto sonreír.
Sin poder evitarlo Brienne volvió a hacerlo y Jaime la miró, no quería perdérselo. Aún podía ver las lágrimas de felicidad brillar en su tez, reflejando la luz de las antorchas. Vaciló un momento y finalmente se las secó con la mano. En ese momento sonó un cuerno y ambos sabían lo que significaba. Jaime mantuvo la mano en la mejilla de Brienne unos segundos, pensando a toda velocidad en mil y una cosas, pero había un pensamiento que predominaba sobre el resto: si uno de los dos moría esa noche, jamás se perdonaría no haberle dicho que la amaba.

ESTÁS LEYENDO
FUCK LOYALTY
RomanceFanfic de Juego de Tronos centrado en Jaime y Brienne, continuación del final de la S7. Jaime parte hacia el norte desobedeciendo las órdenes de su hermana Cersei, desahuciado de sí mismo, sin expectativas, no puede imaginar el destino que le aguard...