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Renjun honestamente no puede decir cuándo, dónde o cómo, pero en ese instante se encontraba en una cama, sus manos atadas al cabezal y los ojos vendados.

Renjun recuerda cuando fue sacado de aquel espantoso lugar donde había estado encerrado, no podía decir que fue "a la fuerza" porque aquellas no tenia, pero si intento resistirse, o más bien rogar porque lo dejarán en paz. Una chica que en ningún momento le hablo lo obligo a comer y lo ayudo a ducharse, luego de eso fue pasado a aquella habitación y había caído rendido.

Recordaba haberse dormido con ropa pero en aquel momento sentía como estaba desnudo a excepción de su ropa interior. Sintió asco, se sintió tan expuesto en aquel momento y solo quería gritar por ayuda, pero en ese lugar sabía que sería un caso perdido.

Pensó en Jeno, pensó en su familia, en sus amigos, su pequeña hermana, hasta pensó en los hermanos de Jeno y eso solo lo hizo enojar y querer arrancar las esposas de sus muñecas, rápido se rindió al darse cuenta que solo se hacía daño. Sollozo con fuerza y aunque quiso evitarlo comenzó a removerse en la cama, de alguna manera quería cubrirse, no quería que nadie lo viera, nadie tenía ese derecho en el.

La puerta se abrió segundos después y pudo escuchar unos pasos acercarse hacia donde estaba.

-Ayúdame por favor, por favor.-giró su cuerpo hacia donde sentía estaba la persona.

Sintió la cama hundirse en un lado y luego unos dedos acariciar sus muslos, encorvó los dedos de sus pies sintiéndose asqueado, negó con la cabeza efusivamente.

-No...

-De verdad eres hermoso.

-Adler.-su voz salió quebrada.-Ayúdame, dijiste que me ibas a ayudar...

La mano del chico continuó recorriendo sus piernas, a veces subía a sus muslos y paseaba entre ellos.

-Si, hice que te ducharan y te dieran comida.-soltó una risa.-¿Quieres algo más?

El silencio se hizo presente por varios segundos.

-Quiero irme.

-Mm...-Adler subió su mano a su abdomen y Renjun pudo sentir varios anillos.-Aún no muñeco. ¿No dijiste que harías todo por Jeno?

Jeno.

Cierto, Renjun se prometió hacer todo lo que estuviera en sus manos por el chico.

-¿Tu padrino quiere estar conmigo?-sintió las lágrimas correr por sus mejillas.

-Cualquiera en su sano juicio quería estarlo muñeco.-dijo con tono insinuante.

-Lo haré.-hablo desesperado.-Dile que venga, haré lo que sea pero por favor no toquen a Jeno.

Adler hizo un sonido de afirmación, su mano ahora acariciando su cuello.

-Vendrá pronto, se va a divertir con nosotros.

Renjun quería preguntar, pero decidió ahorrárselo e intentó calmarse para cuando el hombre llegara, no lucir como un desastre. No sabía si ya estaba volviéndose loco, pero de verdad que por Jeno, como lo más importante en su vida, haría lo que sea.

No le importaba el precio que tuviera que pagar, el haría lo que sea por su bebé.

La puerta se abrió minutos después y Renjun volvió a removerse, los toques de Adler se habían detenido pero sabía que el chico estaba a su lado porque seguía lanzando sus comentarios acerca de su belleza.

-Nunca creí tener a la puta de Lee en mi cama.

La voz, que de inmediato Renjun catalogó como asquerosa se hizo presente junto a risas que fueron acompañadas por Adler.

M A F I A [NOREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora