Dos años después...
-Solo debe procurar que tome sus medicinas a la hora indicada y verá que mejorará.-sonrió acariciando la mejilla del bebé que estaba en el regazo de su madre.
-Muchísimas gracias.-soltó la mayor poniéndose de pie con una sonrisa.-Usted es el primer doctor que lo atiende y no llora, es realmente bueno.
Renjun se sintió halagado por aquel comentario, volvió a sonreír inclinándose y se despidió de la mayor junto al bebé mientras sacudía su mano. Soltó un suspiro mirando la hora, ya su turno en emergencias estaba por terminar así que ya era hora de que fuera a cambiarse.
-Interno Huang.
Se giró al escuchar la voz de su jefe y se inclinó saludándolo con una sonrisa.
-Doctor Wen.
-Dije que me podías llamar por mi nombre.-soltó el mayor con una sonrisa.
Renjun colocó sus manos en los bolsillos de su bata mientras hacía una mueca.
-No creo que eso pueda suceder.
El mayor negó con la cabeza comenzando a caminar y Renjun lo siguió.
-Bueno, como sea, ¿Aceptarás mi invitación para cenar hoy?
-Uy, lo siento mucho pero hoy no puedo.-hizo otra mueca.
-¿Qué? Es injusto, desde tu cumpleaños te estoy invitando a cenar. ¿Sabes cuanto se cumple de eso hoy? Justo un mes, ¿me vas a seguir rechazando?-pregunto desanimado.
Renjun lo miro con una pequeña sonrisa, no era su intención rechazar tanto las invitaciones de su jefe pero por alguna razón siempre terminaba haciéndolo, aunque justamente ese día no podía. Jamás podria.
-¿Qué tal si salimos mañana?-se giró a mirarlo deteniéndose en el vestuario de los internos.-Prometo aceptar la cena para mañana.
-¿En serio?-se cruzó de brazos.-Esperó que cumplas tu promesa.
-Por supuesto, Jefe Wen.-se inclinó con una sonrisa.-Ahora, debo cambiarme porque mi turno terminó, así que...
-Feliz resto del día interno Huang.
-Igual para usted jefe Wen.
El mayor se retiró y Renjun soltó un suspiro entrando a cambiarse, cuando estuvo dentro decidió ducharse mientras mil y un pensamientos inevitablemente cruzaban por su cabeza. Quería estar bien ese día pero parecía ser totalmente imposible, muchas fechas le resultaban difíciles ya que cada día al lado de él habían sido una experiencia totalmente diferente y única.
Se cambió y cuando salió secando su cabello encontró a su mejor amigo sentado en la banca que había en el vestidor, de la cual se puso de pie inmediatamente al verlo.
-¿Qué haces aquí?-pregunto sonriendo.-Tu turno aún no acaba.
-¿Estas bien?-se acercó tomando su rostro en sus manos, examinó su cara, sus manos y toda parte del cuerpo del mayor que estaba a su vista.-¿A donde vas?
-Donghyuck, estuve aquí desde anoche, ahora solo voy a ir a mi departamento a descansar.-soltó riendo.
El menor lo miro fijamente cruzándose de brazos.
-Llamaré a Mark para que se quede contigo.
-Claro que no.-detuvo al menor cuando sacó su celular.-Hyuck, estoy bien. Estoy demasiado cansado para siquiera hacer otra cosa.
-¿Crees que soy idiota?-pregunto incrédulo.
-No eres idiota, eres el mejor amigo del mundo...
