Asesinato Número 8

|Capítulo 15|

Una vez más estaba en la soledad de mi habitación, el silencio era lo único que me acompañaba porque papá se había quedado hasta tarde a trabajar en la mina, otra vez. No importa, eso me permite pensar mejor y no estar al pendiente de que me descubra.

Luego del incidente con aquel asqueroso carnicero me di la tarea de investigarlo, no fue fácil, de hecho si lo fue. Lesminton es un pueblo pequeño y la verdad; es que en un pueblo pequeño no existen muchos secretos.

Resulta que Emilio llegó a Lesminton hace menos de un año, se mudó de Claunort porque le impusieron una orden de alejamiento.

Supuestamente había abusado de su pequeña vecina de tan solo siete años, y digo supuestamente porque no hallaron pruebas que lo inculparan, solo tenían el testimonio de aquella niña y al ser tan pequeña no era una testigo confiable, pero hasta donde averigüé no fue la primera y creo que sí yo no hubiera reaccionado a tiempo yo habría sido la siguiente.

El punto es que, eso me dejó pensando. No hay muchas personas "malas" aquí, son reservados e hipócritas pero no malos como para violar a alguien o matar.

¿Si Emilio fue capaz de abusar de niñas que me garantiza que no es capas de asesinar a alguien?

Y es así como mi lista de sospechosos aumenta:

*Nicolás.
*Clarissa.
*Dominick.
*Jackson.
*Emilio.

Genial, no hago más que agregar sospechosos sin tener pruebas contundentes de ninguno. Parece que voy de mal en peor.

El timbre de la casa suena sacándome de mis pensamientos y mi entrecejo se frunce. Yo no espero a nadie.

Miro la hora en mi teléfono y son las dos de la tarde, tal vez sea papá que decidió volver al menos para que almorcemos juntos.

Salgo corriendo de mi habitación y no me da tiempo de buscar algo para ponerme en mis pies descalzos, eso no importa ahora. Podré pasar algo de tiempo con papá.

Cuando llegó a la puerta arreglo un poco mi desordenado cabello antes de abrir, siempre discutimos por lo mismo, él dice que tengo que verme presentable y a mi no me importa eso.

Abro la puerta con una sonrisa en la cara y estoy apunto de hablar cuando me quedo paralizada.

Ese no es mi papá. Cuando veo de quién se trata verdaderamente intento cerrar la puerta en su cara pero con una de sus manos impide el proceso, forcejéamos por un rato pero en inútil, Jackson es mucho más fuerte que yo. Dejo de luchar para cerrar la puerta y me cruzo de brazos.

—¿Qué quieres? —trato de sonar fuerte, pero su sola presencia me intimida, además hoy no está con Dominick.

—Yo estoy bien, Alesha. Gracias por preguntar. —responde sarcástico, ignorando mi pregunta.

—¿Qué quieres, Jackson? No tengo todo el día. —Sigue sin responder, no tengo tiempo para perder con él—. Si no piensas decir nada, te agradecería que te vayas de mi casa, mi papá está apunto de llegar y no le gustaría encontrarme a solas con un desconocido.

—Mientes. —afirma muy seguro—. Tu papá no llegará sino hasta después de las cinco eso sí no pidió otro permiso para quedarse hasta tarde trabajando en la mina.

Dejo de respirar cuando lo escucho, ¿Cómo sabe eso?

Desde que inició el toque de queda, nadie tiene autorización de estar fuera de sus casas a excepciones de ciertas personas como médicos y los que trabajan en la mina, pero ellos tienen que pedir un permiso en la comisaría y no se lo dan a todo el mundo, además de que no pueden salir de su entorno de trabajo por ningún motivo mientras dura este permiso.