Asesinato Número 8

|Epílogo|

Una sonrisa triste apareció en mi rostro al ver a Dominick entrando a mi casa. Había decidido darle una copia de las llaves para que entrara cuando quisiera.

—¿Estás lista?

No le contesté, simplemente asentí y empecé a caminar hasta salir de la casa en la que había vivido tantos años y, aún así, ya ni sé sentía como mi hogar. Dom me siguió hasta afuera y luego de cerrar la puerta empezamos a caminar en dirección al cementerio, envueltos en un corto silencio.

—No era necesario que vinieras.

—Lo sé, Al. Estoy aquí porque quiero, sabes que apreciaba mucho a tu madre.

—Quiero que me des mi espacio. Hay algo que me gustaría decirle a solas— aunque ella no me escuchara necesitaba hacer esto, necesitaba contarle.

—Como quieras, yo voy a estar en la tumba de Amber y cuando termines me mandas un mensaje, ¿Te parece?

—Si, me parece perfecto.

Cuando llegamos al cementerio cada uno tomó caminos diferentes, caminé hasta la tumba de mamá que, tristemente, estaba justo al lado de aquel hombre que se que había ganado mi odio.

—Hola mami— sonreí porque ella amaba que la llamara así, a mí no me gustaba tanto pero siempre hice lo que estuvo en mis manos para complacerla, me pareció una buena ocasión para llamarla de tal manera— ¿Adivina qué?— guardé silencio, sabiendo que nadie respondería pero aún así necesitaba mi tiempo—. Lo logré, mami. Ya puedes descansar tranquila, no habrá más muertes, ya todos están a salvo. Lo hice por tí, pero no lo hice sola, recibí mucha ayuda.

Acaricié la lápida en la que se encontraba el nombre de mi madre, limpié algunas hojas que estaban a su alrededor y las coloqué a un lado. Le hubiera traído flores.

—Dominick me ayudó, igual que Jackson— una lágrima cayó por mi mejilla al mencionar al último-, ellos me salvaron y me ayudaron a hacer justicia, pero... pero... Jackson se llevó la peor parte de todo esto— más lágrimas salían de mis ojos sin parar— Mamá, lo amo. Los amo a los dos.

Listo. Se lo dije.

Hace años le prometí ser sincera con ella en todo momento, y no podía ser más sincera que esto.

—Ellos se convirtieron en mi nueva familia y desearía haber muerto a tener que sufrir este dolor otra vez. Jackson... Jackson no se merecía eso— le confesé con algo de odio en mi voz— Ese hombre me arrebató tanto. Y lo odio, mami, lo odio aunque ese sentimiento no debería tener lugar en mi corazón. Lo odio. No me arrepiento de lo que le hice, no me arrepiento de haberlo matado con mis propias manos— le aseguré.

Mi mirada se enfocó en la tumba al lado de la de mi madre, no entiendo porqué, si el cementerio es tan grande, tenían que colocar justo a ese hombre al lado de mi madre. Claro que nadie sabe que él fue el causante de todas esas muertes. Luego de llevar a Jackson con uno de los dos médicos del pueblo llegaron los oficiales de policía y su madre, nos hicieron mil preguntas a Dominick y a mí, tuvimos que improvisar y decir que; antes de que los chicos se fueran por la llamada de Clarissa yo les había dicho que tenía que ir a ver cómo estaba mi papá y que nos encontraríamos en la mina— sí, todo el tiempo estuvimos ahí aunque yo no lo sabía—, les dije que al llegar me golpearon en la cabeza y quedé inconsciente, cuando desperté solo vi a un enmascarado clavándole un cuchillo a mi "papá" y luego me hizo todos los cortes que tenía en los brazos. Los chicos llegaron pelearon con el enmascarado y él le clavó la navaja de bolsillo a Jackson para después huir y desaparecer de nuestra vista.

Al principio ellos no nos creyeron pero luego de ir a la mina y corroborar que ahí se encontraba el cuerpo sin vida de mi "padre" no les quedó más remedio que aceptar nuestra versión de los hechos, por primera vez la ineficiencia de la policía nos sirvió de algo. Sé que se preguntarán por qué mentimos en lugar de decir la verdad. Bueno, sé que si hubiéramos dicho lo que verdaderamente pasó todos me juzgarían a mí por lo que hizo ese degenerado, yo tendría que cargar con sus errores y las atrocidades que él hizo y yo no quiero vivir así, ya bastante tengo que soportar sabiendo que el hombre que se hacía llamar mi padre mató cruelmente a mi mamá e intentó matarme a mí.