|Capítulo 22|

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—Sigo sin entender que hacemos aquí. —nos reprochó, Jackson a Dom y a mí—. Solo perdemos el tiempo.

—Estamos buscando pistas Jack. —hablé yo—. Aquí han pasado cosas muy raras últimamente, solo quiero asegurarme.

Estábamos en la plaza del pueblo, sentados en las escaleras y observando todo a nuestro alrededor. Algo dentro de mí me dice que podemos encontrar algo aquí, han pasado cosas realmente raras; el incidente con Erika, la muerte de Timothy, todo es muy extraño.

—Al, hemos estado aquí por horas y no pasó nada. Quiero irme. —dijo muy seguro—. Tal vez solo sea una coincidencia, ¿Qué podría pasar en la plaza del pueblo a las doce de la tarde?

—Tal vez Jackson tenga razón, aquí solo perdemos tiempo y energías. —Dominick parecía frustrado, desde que habíamos escuchado esa conversación entre Rebecca y Thomas no habíamos encontrado nada que lo inculpara, nada que ayudará a demostrar que él era el asesino.

—Hagamos algo, —propuse, la verdad es que también estaba aburrida de todo esto, el sol estaba inclemente y me estaba dando jaqueca—, demos una vuelta por los alrededores, si no vemos nada sospechoso nos vamos.

—Me parece bien, yo voy contigo. —me sorprendió la propuesta de Jack, no éramos muy unidos y desde el incidente en mi casa casi ni hablábamos, seguro se quiere disculpar.

—No. —dijo Dom antes de que pudiera decirle que sí—. Lo mejor será que busquemos por separado, así abarcaremos más terreno y terminamos antes.

—Si, es mejor así. —trate de regalarle una mirada a Jack de “lo siento", espero que haya entendido.

Antes de separarnos, Jackson, tomó mi mano y en un tono muy bajo, casi confidencial, me preguntó:

—¿Cómo sigue tu papá? —sonreí con tristeza.

—Mucho mejor, gracias por todo, Jack. —sentí ganas de abrazarlo como agradecimiento a todo lo que había hecho, pero me contuve, eso de los abrazos no era mi cosa favorita en el mundo. Dominick nos estaba viendo con el ceño fruncido a unos metros de nosotros, él no sabía nada.

—Para eso están los amigos. —dijo y se alejó de mí empezando a caminar—. ¿Qué esperan? Nos encontramos aquí en una hora, no más.

Dominick y yo evitamos responder pero también empezamos a caminar en direcciones diferentes, alejándonos unos de otros.

Solté un suspiro mientras pensaba en cuan mal había estado juzgando a Jackson. Vale, no es la persona más normal que existe pero lo que hizo por mí y mi papá no tiene precio.

Aquella noche en el festival, luego de que pasó todo lo de Erika me quedé con Dominick y Jackson, esperando que mi papá volviera, cosa que nunca hizo. Lo llamé a su celular repetidas veces pero sonaba apagado, al final tuve que irme a casa, en compañía de Dom. Pensé que lo encontraría en su cuarto, que equivocada estaba.

Esa noche, me acosté e intenté dormir, cosa que no funcionó. Al día siguiente lo busqué en la mina y no estaba, me preocupé mucho y por un momento pensé en poner la denuncia pero no lo hice porque tenía que esperar setenta y dos horas para que ellos pudieran hacer algo.

Ese mismo día en la tarde, luego de comerme todas las uñas de las manos por tanta preocupación, llegó Jack, me dijo que mi papá estaba detenido en la comisaría, que tenía que ir a pagar una multa.

A la velocidad de la luz nos dirigimos hasta la comisaría juntos y pagué su multa, sin siquiera preguntar porqué lo tenían detenido, Jackson nos esperaba afuera, los tres fuimos hasta el restaurante del pueblo y solo papá comió, ya que Jackson y yo ya habíamos almorzado, me sorprendió mucho verlo devorar la comida de tal manera, pero toda sorpresa se disipó y una furia inmensa apareció en mi interior cuando él nos explicó que, «no había comido nada desde el día anterior» ¿Cómo podían ser tan miserables?

Asesinato Número 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora