|Capítulo 17|

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En Lesminton un aire de paz y tranquilidad se respiraba desde el momento en que el alguacil había informado que tenia al asesino en sus manos, han pasado varios días desde su pequeña y feliz reunión informativa, desde entonces la gente en el pueblo ha estado más animada, las cosas han cambiado para bien en tan solo unos días, es como si las muertes anteriores quedaran en el pasado, como si nadie recordara lo sucedido meses atrás, como si la tristeza y el sufrimiento se hubiese esfumado de la noche a la mañana siendo reemplazado por una felicidad incomparable, la gente del pueblo puede olvidar fácilmente las cosas trágicas y hacer como si nada fuera pasado, hacen borrón y cuenta nueva.

Olvidan lo malo del pasado y se enfocan solo en el futuro, en lo que vendrá y en si será bueno o no para sus vidas, ya el dolor que llegaron a sufrir por la pérdida de las víctimas será reemplazado rápidamente y dejado en el olvido como si nada, como si jamás paso lo de los asesinatos, como si varias personas no hubiesen muerto.

Las desoladas calles vuelven a estar repletas de niños que corren y juegan de un lugar a otro, de personas que caminan sin apuro por entre la acera, de oficiales de policías vigilando de vez en cuando a las personas. Todo esta empezando a volver a la normalidad, o por lo menos están intentando que Lesminton sea el pueblo de antes, donde todo era paz y tranquilidad.

Coloco el último plato de comida en la bandeja de la última persona en la cola y suspiro cansada, hoy el turno en el comedor ha sido más agotador que cualquier otro día. El comedor volverá a estar abierto durante el día para las tres comidas diarias, cosa que no hacíamos desde que comenzaron los asesinatos, durante esos meses solo abríamos dos veces al día, en la mañana y en la tarde y cuando comenzó el toque de queda todo se complico mucho más, ahora todo esta volviendo a su curso, así que mi trabajo como voluntaria en el comedor pasó al grado de trabajo a tiempo completo lo que quiere decir que aparte de quedarme a trabajar más horas de las que trabajaba antes podré tener un sueldo, algo mínimo pero que me satisface porque me lo gano haciendo algo que me gusta; servir y ayudar a los demás.

Ayudo a las cocineras a limpiar y acomodar todo antes de irme a mi casa, cuando salgo del comedor el reloj marca las 6:30 por lo que me apuro en llegar a casa.

Aunque las cosas en el pueblo están en calma, y aunque el alguacil ya encontró al asesino, las medidas de seguridad colocadas por el mismo siguen establecidas, hacen turnos de guardia durante la noche y parte del día, y la hora del toque de queda se extendió solo un poco más. El toque de queda comienza a las 7:30 de la noche y termina a las 6:30 de la mañana, todo eso sigue intacto por medidas de seguridad según el alguacil.

Paso por una de las calles principales del pueblo para cortar un poco de camino sin tener que meterme en un callejón y al llegar casi al final vislumbro varias personas reunidas a fuera de un hogar, a medida que me acerco veo a varios oficiales de policías, incluidos la oficial Clarissa y el alguacil Nicolas, miro a las personas para detallar en ellas algo que me pueda indicar que sucede pero en sus rostros solo detallo horror, mi corazón se agita en mi pecho al imaginarme cualquier cosa horripilante que pueda suceder.

¿Quizás el asesino volvió?
¿Sus ayudantes volvieron a atacar como muestra de enojo por encarcelar a su jefe?
¿Hay una nueva víctima?

Las preguntas surgen de mi mente rápidamente haciendo que me imagine cualquier escenario posible menos el que acabo de presenciar.

Un gato gris esta guindado boca a bajo en la puerta de una casa, amarrado de las patas traseras y con la cabeza colgándole al vacío, su cuerpo esta lleno de sangre y cuando el aire golpea su cuerpo haciendo que de vueltas de un lugar a otro, unas ganas de vomitar invaden todo mi cuerpo, la barriga del animal esta abierta desde la parte baja del cuello hasta llegar a sus patas traseras, la enorme línea vertical deja entrever un espacio negro y vacío, donde se supone que deberían estar los órganos del animal no hay nada, absolutamente nada, solo un vacío y sangre por doquier, en el cuello del animal hay un papel doblado por la mitad, sujetado con una cuerda parecida a la que sujeta al animal por las patas.

Asesinato Número 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora